sábado, 9 de febrero de 2013
No es tan rey el deporte rey
Es una lucha antigua. Estéril y antigua. Las secciones de deportes de los telediarios también dan noticias y configuran un discurso informativo, que no es el mismo que hace diez años, ni veinte, ni cinco... Y con respecto a otros deportes frente a la hegemonía del fútbol, me indigno. O la hegemonía en general de lo supuestamente noticiable, como por ejemplo, tenis. Si no juega Nadal, lesionado más de media temporada, apenas si se mencionan las victorias de otros tenistas igualmente españoles y supuestamente menos mediáticos o noticiables. Es una lucha antigua pero que renace cada día ante las barbaridades que se ven en las escaletas y en su jerarquía.
Viene esto al caso por la vibrante eliminatoria Madrid Barca en la copa del Rey de Baloncesto con dos prórrogas y un final abierto y de infarto. Es baloncesto y por lo tanto se ignora por costumbre, da igual que lo que ocurra sea totalmente atípico, eso no entra en las valoraciones de los jefes de sección que, atención, en el telediario que yo vi mientras almorzaba, ¿con qué abrían? Efectivamente, fútbol. ¿El qué? ¿Acaso una noticias? No. Una respuesta de Sandro Rosell, presidente del Barca, a la pregunta: ¿Ficharía algún jugador del Madrid? Alguno hay que me gustaría, creo que dijo. Eso es todo. Noticia de apertura de deportes.
Batallita de turno. Hace muchos años en una conferencia que perpetró el inclito José Antonio Alcalá (SER/Cope) sobre periodismo deportivo, en el turno de preguntas, levanté la mano para sacar la vieja cuestión de la supremacía futbolística. El deporte rey, ya se sabe. Yo puse el acento en Estados Unidos. ¿Cómo es posible que allí tengan cabida cuatro grandes ligas y ninguna desmerezca? Y, casualmente ninguna es del deporte rey. Baloncesto (NBA), Fútbol americano (NFL) Beisbol (MLB) y Hockey sobre hielo (NHL) son lo que peta en Estados Unidos, ¿cómo es posible que en España solo haya audiencia para el fútbol y nada más? ¿Ningún deporte más? ¿Ninguna liga? La respuesta de Alcalá como podéis imaginar no fue nada receptiva con mi planteamiento. El fútbol es el fútbol y punto.
Última vuelta de tuerca. ¿A alguien le interesa que solo interese el fútbol? Dejo unos segundos para que flote en el aire la cuestión.
De hecho, me contestaré a mí mismo en otra entrada que ya me he cansado de la antigua lucha estéril.
Pero vaya, que sí, que interesa.
Que le interesa a alguien.
A un gran grupo.
A hombres de negocios.
Al que le hayan vendido los derechos de retransmisión a precio de oro. O más caro que el oro. Inflando un mercado y un ecosistema de chupópteros alrededor. Los interesados en blanquear su dinero sucio dándoselo bajo cuerda a las supuestas estrellas. Los potentados del negocio inmobiliario, esa jauría. Y de esto me gustaría decir mucho más, en relación a la Liga, las estrellas y los supuestos contratos all over the world y la venta de camisetas... Pero lo petan de aquella manera. Quiero decir, un país roto no se puede costear un fútbol tan caro. nuestra liga tendría que estar como la holandesa o menos. Ajustada al nivel de vida. Tenemos estrellas del fútbol por encima de nuestras posibilidades y creo, lo escribí aquí hace mil, que el ciudadano medio percibiría la crisis con otra claridad si no quedase más remedio que vender a Messi o a Cristiano Ronaldo. Si seguimos teniendo a los mejores siendo nosotros, como país, bastante de los peores, pues es como para mirárselo. Creo que se fomenta un falso perfil de notoriedad, de importancia... Como si ser los campeones del mundial de fútbol fuera algo más que eso, el trofeo para un equipo de veintidós jugadores que son los mejores o lo han sido en el campeonato. Sin más. No hay que dárselas de nada porque el país hace aguas por todos sitios. Y ese tipo de chulería, de prepontencia, de creerse importante porque entre o no entre la pelotita, nos convierte en un chiste. En una broma. Que hace que el deporte sea algo de lo que no se pueda bromear, ejemplo perfecto sobre ello, los guiñoles franceses. pero volvamos al principio del párrafo: ¿a quién le interesa darle más importancia al fútbol de la que simplemente tiene, como deporte y como espectáculo o negocio, o lo que sea, como producto a la venta, por resumir? Le interesa al que lo vende. En este caso, Canal +. Que era del mismo grupo de SER, en la que trabajaba entonces Alcalá, en un programa en el que hacían bromas sobre su ignorancia sobre el baloncesto. ¿Se imagina eso alguien en Estados Unidos, que los que retransmiten la NBA no sepan lo que es un touchdown y hagan bromas o chanza sobre ello en antena y le quiten tiempo al colaborador de basket que tiene sus minutos, y que bueno, al ser por ejemplo, Miguel Ángel Paniagua, que colabora en la SER desde siempre, pues le hace caso, porque es seco y un tío así en plan que no sigue el rollo con polladas y que es pro, de lo suyo y punto. Lo normal, por otro lado. Bueno, en fin, me he aturullado al final, pero que los hinchas más hinchas y más cazurros del fútbol no ven la riqueza que significa que entren más deportes en la escaleta y sobre todo cuando también tienen clásicos, en los que se enfrenta el Madrid y el Barca y es la misma clásica rivalidad, etc etc... Y la riqueza social. Que en los colegios no solo se practique un deporte, que el chico alto tenga también su faceta deportiva en la que destacar o el que no es hábil con la piernas pero tiene reflejos y maneja bien la raqueta, en fin, no sé. No me parece sano un país en el que todos los niños quieren ser futbolistas. Y lo que más me molesta es que se vende como algo natural, como que es lo que la gente quiere y no. Ahí están las audiencias de las dos prórrogas. No es el deporte. Es la forma de verlo, de retransmitirlo. Solo hay que fijarse en las grandes ligas norteamericanas, cada una tiene su rollo, sus programas, sus especialistas, sus equipos, sus ciudades con equipo... En fin, hay intereses creados. En vender el fútbol. Y no se vende. Da pena ver como Canal + baja y baja y baja el precio y no termina de funcionar. No termina de funcionar por algo. ¿por qué? Porque no es tan rey el deporte rey como nos lo quiere vender. Y ya. No creo que escriba más al respecto. Y ya.
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