jueves, 7 de febrero de 2013
La desafección de Grau
Ayer Juan Carlos Grau, diputado por les Illes Balears al Congreso Portavoz de la Comision de Cooperacion Internacional al Desarrollo del Grupo Parlamentario Popular (es su bio de twitter) tuvo su momento de gloria en la red de microblogging.
Básicamente, lo resumo mucho.
Le preguntaron si iba a votar a favor de la ILP de la plataforma de afectados por la hipoteca y el tipo contestó que votaría lo que le dijera su partido.
Así de claro.
140 caracteres o menos.
Haré lo que me digan.
Y claro, estando como está el patio de inflamable pues llamas a tutiplén.
Y el tipo contestando a cada mención, bravo ahí, pero con máximas muy generales.
Así funciona la Democracia.
Así son las cosas.
No estáis acostumbrados a la verdad.
Es duele que sea sincero.
A ver, señor mío, nos duele que el sistema sea tan abiertamente borregil y que usted o quién sea el que ocupe el puesto de diputado, es solo un dedo que pulsa el botón que le dicen que pulse. No es, cómo decirlo, nada personal. No es culpa de Grau, eso está claro. Pero permite detectar lo mal que está montado el tema de las votaciones para que realmente sea un debate público y no sé, cómo decirlo, honesto, individual, de ciudadanos que actúan acorde a sus conciencias y no por instrucciones o directrices de partido. Es así de sencillo, Grau. No tiene usted la culpa.
Pero Grau sí que es culpable de incitar a un debate estéril y de provocar al chamuscado ciudadano medio confesando la vacuidad de sus atribuciones en temas de debate que están en la calle y el tema de los desahucios está más en la calle que nunca y mejor empleada esa expresión que nunca, así que, Grau córtese un pelo.
Grau que tiene competencias en Cooperación internacional y digo esto y me tiembla todo porque viendo ese modo de comunicarse con los ciudadanos, ¿qué actitud tendrá ante, no sé, conflictos de intereses fuera de nuestras fronteras con gente necesitada y proyectos de subsistencia? Es que me da miedo pensarlo. una persona que se expresa en esos términos de dureza y que dice, así es el sistema, estoy en contra moralmente y en conciencia pero voto lo que diga mi jefe.
Ese nivel de lameculismo intelectual que he referido mil veces en el blog no se puede poner en el escaparate, señor Grau y se lo escribo humildemente desde el blog pero no me cabe duda que su jefe se lo dirá tarde o temprano. Que es el modo en el que usted funcione, como un robot, con el programa que le mete su jefe, el chip de lo que hacer y dice y espero, que este pequeño maremoto entre su cuota de poder isleña y la península flotante de twitter espero que le pase factura a largo o medio plazo, porque lo que es evidente siendo verdad eso de que le sistema es como funciona, que si no estás de acuerdo con un partido, te vas y que es la forma en la que se hacen las cosas, muy bien de acuerdo en todo eso, pero alguien con responsabilidad en materia de cooperación internacional, necesita una sensibilidad especial que usted demuestra abiertamente no tener con lo que escribe y la forma en la que interpela a los ciudadanos anónimos de twitter. Le recrimino, no el fondo del mensaje que podría hacerlo, por obvio e innecesario de remarcar, pensando como usted piensa en términos de partido, pues mismamente se lo apunto que polemizar en twitter tampoco creo que sea muy apreciado para el partido en estos tiempos tumultuosos, pero bueno, que principalmente le recrimino su desafección, Grau, con la jodida realidad actual de muchos de sus conciudadanos a los que, para bien o para mal, gobierna y con los que no puede ser usted sincero, limitarse a ello, ante la palmaria injusticia. Como mínimo, cállese. Si encima, vocea. Es que está un paso más allá.
Espero que le echen la bronca desde Génova sinceramente, Grau, porque parece que es el único lenguaje al que usted atiende y espero también que en su próximo puesto a dedo que le den, cobre menos.
Un saludo.
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