jueves, 29 de noviembre de 2012

Me he propuesto escribir sin puntos

En el blog una entrada entera sin un solo punto, ni seguido ni final si pudiera aunque la tentación de darle un pequeño y redondo remate al esfuerzo de líneas es oceánica y creo, que aparte del bregarse con comas, de todo tipo y especie, pues tendrán que estar bien elegidas, por ser más frecuentes y con algo esponjoso para dar aire a la lectura, pues me mola eso porque escribir sin puntos supone o debería suponer escribir mejor solo con comas, o quizá no en mi caso, pero es una legítima aspiración y también te pide mejores conjunciones e interjecciones, mejores goznes además de la libertad, el aire aspirado, el espacio para la verborrea sin limites, repite conmigo, ejercicio de estilo, ejercicio de estilo, ejercicio de estilo, sin trabas para que se aprecie que se corre si los ojos lo permiten al leer y sigues leyendo, sigues leyendo, no se ha perdido la conexión, adelante, funciona, sigue, se solapan ideas como si fueran papeles encima de una mesa de trabajo y los argumentos por sedimentación van llegando, mientras que te acuerdas de una anécdota, un chascarrillo o una idea, es una nueva capa de tierra y sale, sola, como si nada, como sin proponértelo y creo que ayuda no puntuar, un texto sin pausas, sin puntos, sin paradas y sin pararte a pensar, ¿qué estoy haciendo? Y qué más da, las preguntas son como puntos, de hecho es como una trompa de elefante encima de un punto, ahí está el punto, no de la cuestión sino de la frase y obliga a usar mayúsculas que sin ser lo mismo que poner puntos, pues casi que sí, de modo que para que no se note, siempre después de una pregunta, me respondo a mí mismo con un qué más da, porque realmente no importa pero está bien que quede por escrito, como todo lo importante, lo importante hay que escribirlo, de eso no me cabe duda desde que soy pequeño y lo veo día a día, en las empresas, en los contratos, en las cláusulas, en las condiciones, por escrito, todo por escrito, me he equivocado y he escrito por escroto, pero lo he corregido, aunque como idea no me parece mala o más bien como imagen, todo lo que va por escrito va por escroto, porque por eso que está escrito y más aún si va firmado te pueden coger por ahí mismo, lo cual es notablemente importante, lo de los puntos no importa un pimiento, ni las preguntas, ni las trompas de elefante, lo que importa es escribir sobre ello y para hacerlo a veces es necesario un reto, imponerte una meta, ser capaz de innovar formalmente, pues es bastante. es mucho, claro que sí, cualquier signo de exclamación que aquí me hubiera pegado utilizar, lo confieso, alteraría el trote en la lectura, así que paso de hacerlo pero hay pegaba un par de estacas con punto clavadas al final de la frase como un par de banderillas, dos veces par, ya, paso de buscar sinónimos, no estoy poniendo puntos, puedo elegir no buscar sinónimos, y eso es curioso porque con la innovación formal del tipo que sea pues alteras las reglas, las normales, los principios o los convencionalismos, los convencionalismos, uno de mis temas favoritos de conversación de todos los tiempos y la etología, veo una conexión o más bien una distancia, me hace gracia comparar, los convencionalismos sociales y la etología, son dos buenas ramas para hacer injertos y emborrachándose, pues hablar de ello, sin prisa pero sin pausa y cuando menos te lo esperas, pones un punto como le pusieron el reloj a la Cenicienta, ahora somos calabazas.

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