Por dejar constancia de ello: los activos tóxicos son los desahucios trágicos.
El lenguaje tiene estas cosas.Que sirve para confundir.
Activo y tóxico tiende a divergencia. Si es activo, ¿intoxica? ¿No será tan activo? O, ¿la toxicidad computa dentro de los riesgos? O, es simplemente una contradicción para eludir un sobreprecio que conlleva el negocio de una doble tasación de un mismo bien.
Suena moderno. Activo tóxico. Tiene un eco muy de ahora, ¿no?
Desahucio y trágico es más de cajón. Menos chisposo. El halo semántico es de golpe y revolcón. Lo trágico es evidente que no se tasa. Eso está claro.
Convendría hablar siempre en los mismos términos de aquello que es lo mismo, y no llamarlo de dos formas distintas, en función de los interlocutores y sus respectivos intereses. En los medios de comunicación, al menos.
Vamos, digo yo.
Y a todos los periodistas que les cuelen el activo tóxico, fuera de lo que sean las declaraciones, que no se pueden cambiar, pues se la están colando. Y, en mi opinión, es un concepto tóxico y que está en consonancia con los tiempos. Tiempos tóxicos.
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