Pues mal. Lo estoy pasando mal.
Tengo cuatro canciones sin letra que habré oído tres mil veces hoy y pico. Tres mil tres de ellas, las que más me gustan, y el pico, la cuarta, que es más flojita.
¿A quién le interesa esto?
Tengo un grupo: Enrique Octavo se llama, lo pone en la bio. Volvemos a ensayar, que es mucho decir, después de casi un año sin actividad. Vendrán más cosas, espero.
Por lo pronto, canciones nuevas, sin letra.
Y ahí estoy, bregando con palabras, conceptos y melodías y muy atascado.
¿A quién le interesa esto?
Esa pregunta me la he formulado tantas veces a lo largo de mi periplo bloguero. Es consustancial al proceso, creo.
Ahora mismo tengo una de ellas, la antepenultima, ni siquiera tiene un mísero título, en reproducción modo repeat. Me va a extallar la chola. Me raya oír tantas veces lo mismo. Es como que has llegado demasiado lejos. Sin efecto sorpresa, sin chispilla. Nadie lo oirá nunca tantas veces. O quizá sí pero con otro nivel de atención. Es imposible no cansarse, ¿cómo lo hacen los profesionales, más rápido quizá? ¿o mientras están contando los billetes?
A mí las canciones siempre me han salido, como al que le sale una verruga o un orzuelo.
Nunca me he planteado escribir una letra, hasta ahora.
Es más, siempre lo he pasado mal con ese tema.
Particularmente con el momento siguiente al "ponerte a escribir una letra", en la impresora justo antes de un ensayo.
Te imprimes unos cuantos de documentos word, con letra en cuerpo 36 y las letras, sus estrofas, sus títulos en negrita... Luego, las llevas al ensayo, le echan una ojeada los drugos y acaba todo por el suelo o en el mejor de los casos, como posavasos din-A4 para los litros o los cubatas, consiguiendo por mor del agua que se desprende de los frios recipientes que la tinta se corra y es poético ver tu esfuerzo y el del toner diluirse, verlo diluyéndose de esa forma. O sea, no sirve para nada imprimir las letras. Estoy convencido de ello. Es más, si la letra no se la aprenden automáticamente los compañeros o no la pillan al vuelo el estribillo como mínimo, y se les queda al resto de músicos, es que no es bueno, es una paja mental de letra que no se termina de entender bien o que no se queda, simplemente. Vale, no siempre hay que recurrir a lo pegadizo ni es lo suyo, pero... Bueno, mis verrugas y orzuelos me salen pegadizos, no es una elección. Cuando me sale del tirón es más fácil, más de una vez, que cuando me siento. De hecho, se me pega a mi mismo cantando en la ducha, es un decir.
¿A quién le importa esto?
A nadie, estoy seguro.
El caso, escribir letras.
Decir cosas, buscar el ou ou ouó. O el aaa aaa. O el uuuuh.
El otro día pensaba que Enrique Iglesias nos lo pone muy difícil cuando usa esa expresión: Tonight im fucking you oó ooó. ¿Qué más se puede decir después de eso? Ya está todo dicho, vamos creo yo.
En fin, no soy, ni mucho menos, de esos que piensan que ya está todo inventado. Una gran excusa de los defensores de la cultura del pastiche. Más bien al contrario, está todo por inventar pero en el tema letras, para mí es importante el momento, la situación, sorprender.
¿A quién le importa todo esto?
Valdría quizá con una letra correcta que no diga nada en especial pero transite por lugares comunes lo suficientemente comunes para que le interese a una comunidad de oyentes lo bastante grande como para que podamos salir de nuestro barrio. ¿Es esto venderse? No te quepa duda de que sí.
Quédate en el barrio.
Si te planteas eso, acabas en Enrique Iglesias, la sintesis. Tonight im fucking you. Ooó Oó.
Y un detalle: Casi todas las canciones comerciales tienen un ooouu ouuu en algun momento. El ooo no falla. Es con o.
En otros casos, menos obvios, se tienden al u o a la a. Pero el o es coreable en plan estadio de fútbol y los compositores de las estrellas lo saben. Es así de doloroso.
Hay que componer pensando en un coro de hooligans insensibles.
¿A quien le importa esto?
No sé ni si a mí mismo me importa, después de haber oído en este intervalo de tiempo y sin querer exagerar ni lo más mínimo del orden de treinta y tantas veces la misma canción. La penúltima, concretamente. Ni siquiera tengo dos frases completas. Ni mucho menos defintivas. La melodía ya está casi hecha, que no se me ha ocurrido a mí quiero decir y eso es un handicap. No es mi orzuelo, ¿me explico? Intento hacer una versión lo que me sale de dentro en el momento, que hay mucho de aliteración y pleonasmos estúpidos aparte del socorrido infintivo de la primera conjugación repetido en retorcidas perifrasis. La gente no canta los infinitivos, contrariamente a lo que se pueda pensar. Canta el o. Es así. Hooligans sin corazón. Ooo Ooo Ooo Ooo.
No es mucha inspiración pensar en Oooo Oooo para escribir letras.
por otro lado está el mensaje. ¿Casan bien todos los mensajes con el Ooo Ooo? No lo sé. >En cualquier caso, plantearte esto es que estás acabado. así que como si no hubiera dicho nada, ni palabra.
Tienes que sacar lo que llevas dentro.
Es tan fácil como eso.
Para mí es fácil decirmelo a mí mismo. Más dificil ponerlo en práctica.
¿Lo que llevas dentro? ¿qué estupidez inconcreta es esa?
No llevo nada.
Mi actitud no es buena si lo canalizo por ahí.
Todo tenemos palabras recientes en la memoria que nos han impactado, bien porque eran positivas o bonitas o de amor o lo contrario, de desamor, de dolor... Que de tonterias, digo, ¿no? Me refiero que es como un eco íntimo de lo que te dicen. se entiende mejor pensando en loq ue te duele, un insulto, por ejemplo. Vuelve con eco. Con efecto hipnótico. Pues de ahí veo yo bien sacar las letras. Que duelan como insultos, pero lógicamente sin caer en eso ni en nada del palo violento por que sí o que no venga a que.
A ver, ¿cómo se escribe una canción? O más bien, ¿la letra de una canción? Volvemos al punto de partida nosecuántas líneas después.
Voy a oirla otra vez.
Ando detrás de un o. Para dos de las tres canciones que me gusta. la cuarta no es que no me guste, está bien, está guapa pero tiene una letra obtusa que salió como orzuelo, mucho lo estoy mencionando ya vayamos a que de mala suerte, y así se ha quedado. De definitiva sin serlo del todo, pero con el punto obtuso de rara y tal.
¿A quien le interesará todo esto? No lo sé, no me hago a la idea.
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