Si no vuelco aquí el insomnio, no me queda otra que despertarme y desayunar en el blog, porque después se pasan las horas y ya no hago nada. Que si salir. Que si comer. Que si estoy un rato con la guitarra. Que si la televisión. Que si música. Que si todas las tareas que no hago del baño, la cocina o la ropa. Que no. Que ni me muevo. Que la inacción absoluta como camino de descubrimiento. Que si porno. Que si paso. Que si móvil. Que si teléfono. Que si nada. Que si no he comido. Que si tengo hambre. Que si como algo fuera. Que si pillo algo para beber. Que si paro en la tienda. Que si doble fila. Y así todo. En la doble fila de mi propia vida. Todo en plan rápido. Todo en plan los cuatro intermitentes puestos. Y así todos los días. Y en el blog, no parece quedar nada de interés. Me dedico a planear las próximas semanas y no hago nada. Está anotado en la agenda. Anotado en la agenda es lo más próximo a hecho, Siempre a medio terminar. Siempre a medio decir. Siempre a medio nada. Tengo una agenda que es basicamente para pintar monigotes. Y a mí mismo. Soy el monigote mayor. EL monigote más peludo. Entre lo pendiente o lo resuelto, aparecen dibujitos. Muchos dibujitos. Es para eso. Es para monigotes, yo y bichos a boli. Mucho boli. A tope de rayajos. Gastar boligrafo, me decían en mi casa de pequeño. ¡¡Deja ya de gastar los boligrafos!! Gastar tinta en nada. Como si hubiera que conservarla o los boligrafos fueran sagrados. Y asi es como puedo hacerlo, de buena mañana. Ponte con eso. Hoy escribes en el blog... Que... Que.... Nada, ponte. Esto es la tostada. Desayuna blog y hazlo. El café me lo hago en un periquete y ya. Y me pongo aquí. O entro en mí... Teclea como el que pedalea para subir una cuesta. La mañana es la pendiente. Las doce es el remanso de paz en el que pararse a releer esto. Busca algo de lo que hablar. Piensa en qué escribir. Llego aquí con unos pocos minutos libres y no tengo ni idea de lo que hacer. Puto artificio. Es todo un truco para no apartar la vista. Bla bla bla y sigue y sigue y sigue sin llegar a decir nada, solo encandenando frases y palabras como se funden los programas en televisión para que no haya pausas en la emisión. El truco no siempre funciona. Escribe. Escribe que ya es algo. Escribe ahora que puedes hacerlo. Escribe mienstras te sigan los dedos. Escribe de nada. Escribe aunque te vean no dar una a derechas. Mi proposito es siempre hacer algo divertido. No siempre se puede. Lo triste es divertido de contar a veces, desde la distancia adecuada. No siempre hay tiempo y casi nunca hay ganas. Vengo a escribir. Vale. Lo tengo claro. Pero qué.... No me pasa nada reseñable. Es una vida muy ordinaria. Aburrida hasta decir basta. Con mis apuros y mis cuitas pero todo muy de patio de vecinos de barrio muy normal. Un poco lo de siempre. Hablar de corazon o de lo que está n ebullición no siempre se puede evitar pero se intenta. Lo intento. Cierto es que ando en la edad frontera que da vértigo o a veces te da empujones o tirones como si estuviera en equilibrio en un cable invisible. Intento ahuecar las plantas para hacerme a esa incertidumbre propia de los años que tengo ahora, joder que me hago viejo, lo de todos, por eso decía de vulgar. De corrientucho. Es todo muy de provincias y poquito épico. Y me lleva a plantearme cosas un tanto grandilocuentes pero ando en cueros y de puntillas. Un día bueno. Más que suficiente. Una búsqueda de algo mejor. Encomiable. Voy perdido siempre. Pero cuando no hay nervios se vuelve medio agradable. Con la presión me pierdo. Como todos, imagino. Los propios límites. Los propios muros. Lo que uno se imagina o se impone. Sin darse cuenta. Las propias trampas que nos tendemos. A veces soy un sapo lento y con mucho eco al borde del río cantando y otras, como un rinoceronte acelerando en un aparcamiento y con esa tendencia a que me de el sol de lleno o a embestir columnas segun me apunte la luna, pues es todo un ejercicio de funambulismo mantener intactas ciertas cosas, ilusiones en su mayoría. Tendemos a romper cosas en caso de duda. Bueno, yo no tiendo ni aunque me obliguen. Se me quedan las lavadoras dentro del tambor semanas. Une co de humedad insufrible. Una cosa seria. Me vale con un rato de escritura. Me vale con un bocadillo de Nocilla que me voy a hacer ahora mismo en la sandwichera. Y voy a seguir. Determinación en seguir nunca está de más. Camino sin hacer o con el sendero ya hecho pero determinación siempre. A todo. Para todo. A tope. Para bien. A escribir de más, aunque no sea sobre nada. A masticar el sueño de anoche o lo que tengo en la cabeza dando vueltas desde siempre. Hasta que se me pierda o explote el ordenador. Seria mejor de otro modo pero es así. Estaria bien editarlo y proponerse algo más grande. O estructurado. O guiado. O con un principio y un fin. Una lista. Una puta lista. Un listado. Diez ideas de esto.... Diez consejos de lo otros.... Diez ejemplos de nosequé.... Cinco casos de nosecuantos..... O de otro modo, dialogado. Lo acabo de pensar. Algo en plan conversación. Se sentó a la mesa la autocmplacencia con la pereza y se pusieron a contarse cosas. Pues el otro día fui a la peluqueria le dice la pereza y no entré. Como una especie de cuento. Porque al final no hay historia. Es solo tripas que suenan. Un tentempie. Un alivio rápido. Pero no queda nada o casi nada. Pienso que al leerlo todo junto puede tener un sentido este caos reinante pero es muy posible que me autoengañe. Y pienso a menudo en lo de hacer entradas más chulas o con mas sentido pero no veo lo que simplemente hago. Y al final lo que permanece es lo que haces, simple o complicadamente, y me queda un vacio porque no es que esto esté muy lleno, y no me obliga a nada. Escribo con la barriga vacía o con la cabeza sin probar bocado. Son todo excusas. Pero como en un tamiz debe quedarse algo, lo contrario de los agujeros. Y tengo dos o tres cosas sobre la que me gustaría explayarme. Sobre el programa de radio. O sobre algunos grupos o discos que descubro y realmente me entusiasman. Y buscar. Cosas nuevas, en general. Voy a dar otro trago de café, siento que se agota la bateria. Mi gato me llama desde otra habitacion. Le he puesto albondigas. LLueve. Es domingo. Tengo el colchon en el suelo, el radiador a mi lado y el ordenador sobre el edredón. Un edredón de borreguillo nuevo que me regaló mi hermana este otoño. En la televisión hay una película de Cary Grant y Sofia Loren de la que no me termino de enterar. Tengo la guitarra aquí al lado, ayer casi terminé una canción. Casi. Siempre es casi. Con letra, melodía y arreglo. Cada vez lo hago de un modo más consciente. Más allá de dar solo golpes. Es dificil ser consciente. Que es un titulo de una cancioncilla penca de hace unos años que tenía por el soundcloud. Si describiese todo lo que hago, sería todo más concreto y directo. Estoy con las piernas cruzadas y los codos sobre las rodilllas, con el abrigo y el pantalón de pijama. Con ganas de este domingo de lluvia. No siempre tenemos ganas de lo que nos pasa. Ganas de lluvia si llueve. O ganas de domingo si es domingo. No es siempre así. Aunque debería serlo, porque es el único modo. La única manera. Hacerlo y ya está. Siempre no estamos cuestionando. Siempre los ojos de los otros son espejos en los que nos vemos deformados. Siempre haciendo balance o buscando motivos y razones. Siempre de vuelta al principio. Siempre con una explicación a mano o con un plan o con una idea. Trago a café y sigo. Y hay cosas que nos apetecen. A mí azucar que la he eliminado drásticamente de la dieta. Me hago mis meses sin refinada y me sientan estupendo. Es fuerte el enganche al azúcar. Con gestos como esos, un tanto banales o azarosos, contengo la mala salud galopante. La casa siempre parece caerse a cachos y veo cierta poesía en eso. Que no cogo un trapo ni para decir adiós. Me he empezado a escribir las letras en el cuaderno en el hago los garabatos y me apunto las fechas. A veces haces unas cosas y a veces haces otras y no puedes hacerlo todo. Te das cuenta más viejo. Que no hay todo. Que no hay muchas cosas. Lo mismo que no hay muchas personas. Parece un conjunto lleno de ojos. Una bandeja como de pasteles pero con pares de pupilas escrutadoras que nos hacen ser lo que otros ven. Somos lo que pensamos. Somos lo que decimos. Somos lo que pensamos y no decimos. Somos lo que decimos y no pensamos. Somos lo pesados que somos al pensar y decir pero sobre todo, somos lo que hacemos. Soy poco. Soy casi nada segun el día. Y somos, por descarte, lo que tememos. Somos el miedo que llevamos como un grilllete arrastrando. Esto es todo lo que pesa y lo que no nos deja andar o avanzar. Y eso me gustaria llevarlo a las letras con los truquitos que luego hacen que digan, pues las letras están bien. Aunque no se entienden. Siempre me dicen eso. O cosas parecidas. Vocaliza, me dicen. Y yo a mí mismo también se lo digo a mi cabeza a veces, vocaliza. Habla claro. Dime lo que quieres. Y como no habla, por eso me pongo aquí, a ver si se suelta. Voy a recargar café. Está la cocina en guerra y lo bebo en un bote de garbanzos. Conservo los botes de cristal. Por ninguna razón en particular. Y cuando no hay tazas, tiro de archivo. Eso siempre lo tengo pendiente. En pendiente con letras gigantes. PENDIENTE. Asi lo pongo en mi agenda. Y a la p de pendiente le sale un ojo y de repente, tiene una mirada y así van apareciendo los personajes, los monigotes, porque a la e le acaba creciendo un entrecejo y termina siendo una cara. Dibujo pajaros. Pajaros con cara. Que es facil. Dos ojos y un pico. Saco las alas de dos trazos y los ojos son siempre profundos y cóncavos, con otra letra tengo el pico, y las plumas de aquí o de alla... Son pajaros con cara y en reposo. A veces parecen buhos y otras, tucanes. Otras son gorriones con chepa. Gasto boligrafo con pajaros de dos trazos. Gasto el tiempo en eso. Bandadas de rayajos. Con boli azul o negro. A veces son horas y horas. Trazos gordos. Alas gordas. Contorno de ojos gordo como si llevaran gafas de pasta los pajarracos. Muchas veces me dibujo a mi mismo. La barba da juego para pintar rayas y más rayas. Y hago eso. Me tranquiliza. Aunque es una agenda. A veces he hecho lo mismo con los comics o los fanzines. Que es por echar el rato pero me gusta. Me dijo a veces. joder, pinta otro comic. Pero luego no me pongo. Los hago reusando papeles. Con los que me deja el cartero de las reuniones de la comunidad o en libros de instrucciones. Y eso tengo ganas de retomarlo. Es como el blog. O de buena mañana un dia pillo y digo, pues hoy o tiene que ser una noche que no duerma que me venza el insomnio. En la agenda lo hago sin una utilidad concreta. Para gastar tinta. Eso antes me tenia a maltraer. Ya no. Y lo uso para recordar cosas. O para tratar de olvidarlas. Y escribo muchas veces lo que tengo pendiente. Pendiente. Pendiente. Pendiente. Parece una merceria. Un puesto de bisuteria. Lo que viene a ser este blog. Y sigo. Es un mecanismo absurdo lo de aplazar lo que nos asusta o a lo que tememos. Quizá para sentir temiendo. Para mantener el dolor. Porque el miedo es lo que somos. Que nos da vidilla es lo que digo, que seguimos con eso. Que seguimos metidos. Que nos retroalimente. Es lo que viene de forma obsesiva a la cabeza. Es caldo de cultivo. Es imagen recurrente. Es la frase vacia. La muletilla. La pesadilla que vuelve. El temor visceral. De lo que tiramos cuando pensamos en algo que tememos al cerrar los ojos. Hay que ser valiente. Eso me lo digo a mi mismo mucho. A mi cabeza. Vocaliza, coño y sé valiente. Ve al grano. Con valor. Que no lo parece pero sí. Y haz lo que tienes PENDIENTE. Hazlo. Pendiente. Pendiente. Pendiente. No sé de qué pero siempre parece que estoy pendiente de algo. Luego le pongo una x a lo que está hecho con un ok o una x con un no si se ha quedado sin hacer. Cada cierto tiempo pasan cosas chungas como que se rompe una tuberia y se corta el agua o que se funde algo. Ayer el interruptor del radiador murió. Era un radiador viejo. Tengo la sospecha que gasta más que los nuevos. Tengo dos a Dios gracias. Y es, o pensaba yo, un calor mejor. Más antiguo. Y era más grande. No sé si tirará de más watios. Y bueno, pues tuve que buscarme otro a medianoche. Hace un frio terrible. Estamos a mil metros. He escrito sobre el frio aqui. El frio es una metafora cojonuda para mil cosas. La muerte. El desamor. El blog en si mismo. Este tono basureta de epitafio o de cosas importante cuando son todo mnucias. Cuando son todo minucias. Y estamos helados. El colchon en el suelo del salón es una medida desesperada. Por ses euros y media venden un saco de leña en el veinticuatro horas que tengo a cinco minutos de casa. una chimenea de emergencia para el temporal. Cuesta encenderla pero las llamas calman. Pero cuesta. Deberia poner mas chimeneas. Me gusta quemar cosas de manera simbolica. De manera literal tambien. Hay un punto de piromano en esto de escribir. Prender imagenes o recuerdos. Simplemente hacerlo. Combustionarse. Siempre es el tiempo y siempre es el hilo. In hilo tempore. Que no se o no me acuerdo qué significaba. Cuando paso la barrera del scrolling me doy por satisfecho. Es como traspasar la marca de un folio. Es como que ya he montado el bosque. Y es suficiente. Luego hay veces que me relajo y ya salen como cinco folios. Es una macha larga. Un ladrillo interminable. Es un poco la idea. Que los arboles no nos dejen ver bosques. Ser el bosque. Ser un poco de bosque. Hacer un bosque y perderse. Pero sobre todo perderse. El frio es una metáfora cojonuda y el bosque tambien. Hacerlo todos los días es lo que me gustaria. Pero no puedo amanecer con un chorizo de esta categoria a diario. Es que cansa. Se hace largo. Es pesado. Me tralla la cabeza y ya ni le digo que vocalice ni me pongo a entenderla. Se vuelve todo ruido y tintineo. Que es otro modo de búsqueda. Y me esmero en dejarlo resuelto. Sofia Loren es espia por lo que he pillado y Cary Grant está mosqueado porque no sabe si es buena o si es mala. Porque ha parecido que estaba conchabada con los villanos pero luego, no, era un truco para escapar. Cary Grant está hasta las trancas. Y las ve venir. No se qué de tratados y tal. Pero no me entero de nada de la pelicula He intentado googlear el título pero no ha habido manera. Si quito el borreguillo del radiador, el frio me abraza como si fuera un espiritu corporeo como brazos como largas vides. Y me llega a los huesos. Ya queda menos. Setenta dias de invierno. Quiza sesenta y muchos. Es nada, los dias van corriendo. Como sin direccion. Como espantados. Qué quiero hacer con mi vida, me dijo mucho a mí mismo. Vocaliza, sé valiente y qué coño quieres hacer con tu vida. Como si te quedara mucha. Como si no fuera un suspiro. Como si no cambiase todo como el viento. Como el aire. Como si tuviera certeza de algo. Con lo viejo que soy, da un poco de vergueza lo del diario de insensateces y loco propósitos. Esto de las poesias alargadas con la cotidianidad tonta y los sueñecitos o las pesadillitas o los juegos de palabras, es gastar boligrafo virtual, es gastar teclado, es gastar dedos, es gastar ganas, es gastar la mañana y no tener nada o casi nada. Voy a recargarme el café. Que tengo una cafetera llena y flamante. He estado un par de semanas sin cafè. A modo de limpieza. Como lo de la azucar refinada. Lo mismo. Me quito un tiempo. Dejo de comprarlo en el super. Lo voy aplazando. Lo dejo pendiente. PENDIENTE. Y eso que me quito. Eso que te llevas. eso que me queda. Es parte de una letra. Una enumeración, Hay letras que son enumeraciones. Es un clásico. Podía hacer una lista. Trucos para hacer letras de mierda. Consejos de mierda para hacer letras de mierda para tus canciones de mierda con tu grupo de mierda. Tiene gancho aunque parece una mierda. He rellenado cafe. Tengo el power again. El bote de garbanzos equivale a media pinta, creo. A Stanley Donen production, ha salido en la pantalla con la pelicula de Loren y tal. Se ha acabado de golpe. El otro día me tragué Los tres días del condor, tambien de Stanley Donen creo. Me sorprende estas casualidades. Hace dos domingos vi tres seguidas, en distintas cadenas, del mismo guinoista. Qué casualidad. El de Sonrisas y lagrimas. No recuerdo el nombre. Pero al verlo tres veces en los titulos de crédito de tres pelis al azar, tres pelis de domingo al azar, pues me quedé flasheado. No hablo de cine en el blog. Tampoco es que esté muy en eso. Ni de series, podría dar la vara con eso. Pero no. Me he terminado la temporada última de Black Mirror. Muy guapa pero pelín floja. Siempre hay dos o tres episodios que claramente flojean. Pero bueno, a quién le importa eso. El que la vea tendrá su opinión y el que no, ni le suena de qué hablamos. Las series son un poco timo. Si es buena, más grande es el timo. Eso opino. Pero vaya. No es que siga ninguna o casi ninguna. Estaría bien escribir sobre eso. Series. Películas. Ficción. Todo lo es. Esta semana he ido dos veces al cine. Hacia años que no iba al cine. Años. Y de repente, dos veces. En la misma semana. Y esto es a lo que me refiero con lo de diario de adolescente. Escribir sobre lo que has hecho, lo que has visto, lo que leido... Es un poco como lo que me pasa siempre. Años sin ir y dos veces en una semana. Un anuncio con musica de los Ramones. I dont anna grow up. Me encanta esa cancion. Y deberia poner otra pelicula para ignorarla. Una tumba al amanecer, con Heston. Perfecta... A veces son las voces de los dobladores clásicos lo que realmente me abstrae. O eso creo. Y eso que te llevas. Eso que te quitas. Las peliculas. Las palomitas. Eso que te quitas. Los restaurantes. Salir de cita. Eso que te quitas. Las moviditas. Las escenitas. Eso que te quitas. Las enumeraciones suelen funcionar con las letras. Sería como una enumeración doble. Eso que te quitas. Eso que te llevas. Las movidas. Las peleas. Eso que te quitas. Las salidas. Las excusitas.... En ese plan... Eso que te llevas, eso que te quitas. Como coletilla en el puente. Como saldando cada párrafo. Con uno. Y con lo otro. Como a dos bandas. Un rollo así. No sé si funcionaria. Eso que....
Me estoy esmerando en lo de escribir las letras. Lo intento. Persisto. Es lo mejor que puedo decir. Persisto. Ya me vale. Con la cantidad de mierdas que escribo aqui, como para no sentarme a escribir las letras. Lo evito. Por pesadez. Por monolítico. Por ser algo inmóvil. Sin vida. Aunque es necesario, estoy de acuerdo, tarde o temprando pero es de ese acto mismo de escritura del que desconfio. De desnaturalizarlo. Que no sea fácil. Que no sea inmediato. Desconfio de la composición. Lo que realmente funciona sale solo. No me creo lo retorcido. Huyo de lo artificial. Del engole. Del rollo super de oirse a uno mismo. De recrear lo que sientes. De repensar lo que han sentido. De racionalizarlo. De darse bombo. De darse boato. De cocinarlo de más. De que quede pasado. Lo prefiero crudo. Lo prefiero recién cogido del árbol. Lo prefiero que caiga maduro. Es el camino largo. Es un puto coñazo, estoy de acuerdo. A veces pienso que debería borrarlo todo. Un día lo haré. que coño. EL gusto de borrarlo todo. El gusto de desaparecer. Y parece que no pero condiciona el papel. O condiciona la pantalla. Condiciona el fondo blanco. Es mejor solo pensarlo. Repetirlo en la mente hasta que cuaje. Y si lo hace asi, por fuerza tiene que ser mejor que lo que sale escrito. De aprenderlo sin escribir y no parar hasta que salga de corrido y se quede en la memoria. De en plan me siento y lo escribo, nunca es igual. No es como el blog. Se parece a tirar un puñal, lanzar una espada, tensar un arco, es una tensión... Son pocas palabras. Si tengo algo dentro, lo saco a fuerzas de parrafos y la cancion es para gritarla. Con algo para contar, pues aqui tengo desierto de sobra. Me siento y lo escribo. Lo que funciona con el blog, no es igual para cantar. Ponte y hazlo, hagas lo que hagas. No lo juzgues porque lo borrarás. No te cuestionas. No lo leas o vomitas. Ponlo y punto. Dale y ya. Ponte a ti mismo en ese punto y ya. Ponte a ello, a lo pendiente de siempre. a lo PENDIENTE en mayusculas, a las pendencias y a lo penitente, a las penitencias, a las imperancias, a las impotencias, a las imperiosas necesidades, pintalo y gasta. Gasta boli. Gastate tu. Gasta tiempo. Gasta tu actitud de mierda. Gasta todo lo que tengas y vuelcalo en algo que merezca la pena. Acaba con todo lo pendiente y manda a la mierda ese nervio tonto o la ansiedad de espera. Da un paso al frente y pégale una patada al abismo siendo tú y ya está. Qué otra cosa se puede hacer. Y darlo por concluido. No hay otra. Hasta aquí hemos llegado.
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