Me apetece ir al mar
Viajar con la furgo. Dormir en un acantilado. Pasar frio pero en un sitio bonito
Los días se suceden veloces, la escarcha se tumba hasta mediodía y el hielo se ha comido margaritas y gazinias, muchas ramas se han desmayado sin el sol y espero que vuelvan en sí pronto. Esta tarde me han prestado un martillo neumático. Las noches duran demasiado, el frío viene con pijama y orinal y le pongo una habitación para el desde noviembre hasta abril. La luz de la tarde como de pergamino me recorta las horas. La poesía flota entre nubes con forma de campana que en su tañido de luz hacen al cielo más bondadoso. El atarcefer de este tipo parece llevar aparejado un aprendizaje que no consigo descifrar. Una enseñanza vital por medio del naranja, el púrpura, el violeta, el fucsia, el rojo, el amarillo y todos juntos, con un claro mensaje de luz. Una luz de la que aprender algo. No sé el qué.
Es una empresa harto delicada la de pormenorizar los días tontos que parecen llenos de enseñanza pero que se comportan acordes a la tontuna y torpes, con errático paso y como en una película francesa en la que no pasa nada, pero todo mínimo gesto está lleno de sentido presto a desentrañar y lo aparentemente irrelevante esconde el susurrante mantra que sirve de palabras mágicas para abrir las puertas, todas las puertas y hasta lo que no se le llama puerta pero se abre, como las flores, los plazos o las cartas, que es lo es esto, una carta fuera de plazo que quiere ser un flor y no pasa de capullo con ínfulas. Peor sería no hacer nada. He empezado a leer Los Hermanos Karamazok. Peor sería no hacer nada. Ponen Blade Runner en la TV. En fin pasan cosas medio buenas a veces y hoy fue un buen dia. Hice mil cosas. Pasa poco pero peor sería nada
A esto no se le llamo ejecución.
Se le llamó retiro.
Un retiro me haría falta. Estoy harto de estar harto. Quiero irme con la furgo a dormir frente a la playa y cagar entre las cañas o a toda prisa en la primera cafetería que encuentre. O entre las rocas. Un retiro entre las rocas . Luego apenas me fui con la furgo cuando se pudo. Es un momento raro para hacer cualquier cosa. Peor es no hacer nada. Y estoy animado. Sin motivo, la verdad porque me va como el culo pero es un culo bonito. Estoy cumpliendo mis nuevos propósitos. Bien por mi. Me cansa un poco y cuánto más lo digo, más me cansa. Hay que afrontarlo y meterse de lleno. Se van los días y los años y no haces lo que quieres, o lo que querías o lo que quisiste o ya no sabes porque solo quieres descansar y te cansa la idea de alterar el orden de las cosas, cambiar lo que sea, interrumpir el ritmo y no lo haces, o no dejas de pensar en hacerlo pero no lo llevas a cabo por mil motivos, porque no es como querías, como quisiste o bla bla bla y la intolerancia a la frustración hace el resto y ese es el camino que sigue negando lo que amas porque no te atreves a plantar al jefe o vender el piso o liquidar lo que haga falta y salir corriendo, huir si es lo que quieres o lo que sea, que no es fácil tampoco saber qué quiere uno. Muchas veces no quieres nada. Y eso tienes. Nada. Y otras solo quieres descansar y eso obtienes, mucho cansancio que administrar. Mucho por hacer. Desde fuera salta a la vista lo que falla o lo que no se soporta en la vida de los das cuando te la cuentan en cuatro esbozos. Los hijos. El trabajo. La casa y las cosas que cansan. El retiro. El descanso. Que es falaz el mecanismo de buscar siempre el reposo porque la clave es no cansarse para no estar siempre en pos de parar. De pararse
De reposar
De resoplar
Una vida para resoplar, quién quiere eso. Mide tu felicidad en la cantidad de suspiros o resoplidos. No es ninguna tontería medir el tiempo en aire. Somos bocanadas a ciencia cierta y más que ninguna otra cosa, eso debería habernos enseñado la pandemia y la crisis de los respiradores, que es importante respirar y a buen ritmo, respirar con estilo y personalidad, respirar por propia iniciativa, respirar a tu manera pero oye medirlo en respiración todo, en aire y en aireadas, en desaires que matan en serio, un mal desaire que cae mal es un balonazo en el estómago, que es importante pero a nadie le importan los suspiros, a los que yo siempre trato de dar sentido. Más allá de la pereza. Que es el mega tema de fondo. Quieres descansar y todo da pereza
Lo que querías, lo que quisiste el bla bla bla pues da pereza y uno está atado a tontadas mayormente, yo lo veo en mi agenda que me pongo bien grande algo y lo retinto y lo pongo en rojo de ojo y de urgente y de no te olvides y luego lo hago y lo tacho y ya está, hecho o sin hacer, son todo tachones que es a lo que me refiero, la vida son resoplidos y tachones, y la cuestión es como el atarceder, muy bonita pero la entiendo poco. La disfruto en parte. A veces quiero entenderlo todo y me acuerdo de aquello de San Agustín de meter el mar en un agujero. Debería repasar el pasaje en cuestión. Espero que sepáis de lo que hablo. Meter el mar en un hoyo que era lo que el niño pretendía y Dios le hacía paralelismo al preguntón de San Agustín que quería entenderlo todo y por todo me refiero a Dios que hace doble papel de sumo hacedor y de mar incomprendido, la baza de la incomprensión siempre está ahí aunque da pereza.... Es un blog. Puedo dejar las frases a medias. No pasa nada. Es todo posible. Una película francesa que acaba de pronto.
es el sentido clásico de la acción
No hay comentarios:
Publicar un comentario