lunes, 17 de septiembre de 2018
cli cli cli ché ché ché
tengo que ponerme al día con el blog, es un cliché, tengo que organizar mi vida como si empezara de cero, es un cliché, el concepto cero es un cliché, los juegos mentales lo son y lo es escribir sobre mis sentimientos, es un cliché, tengo que abrirme en canal o en el papel, es un cliché, tengo que hacer memoria de lo que pasó o de lo que no llegó a pasar, es un cliché, voy a empezar en septiembre es un cliché y todo va a ser diferente es otro, porque todo son clichés y nada cambia eso, lo inmutable es un cliché, la percepción del tiempo es un cliché y su futilidad y su fugacidad y su furtividad y su funicularidad, son clichés, el tiempo es el gran cliché y lo son sus porciones,y septiembre es el mes perfecto para eso, es el mes cliché y también enero, ocasión idónea para dar rienda suelta al condicional compuesto y hacer volar las expectativas de todos los presuntos comienzos, los puntos de partida, un constante punto y una constante partida son cliché y en mi íntimo ámbito de verborrea esto que cuento es cliché del todo, lo de departir aquí tonterías frente al vacío y al monumento al lector de blogs desconocido, por eso, pues tengo que darle a los dedos, lucha contra el cliché, el vacío también lo es y muy recurrente por ciento, le da sentido en cierto modo por la lucha frente a lo obvio, y porque de lo contrario uno se acomoda en ser el eco de los comentarios del bar o lo que le cuentan aquí y allá, sin participar más que como repetidor, como los de las radios y de ahí se pasa al silencio puntual y se le pilla gusto pasando a ser un mutismo frecuente para terminar por caer en la temible quietud inmutable, y en eso está el ojo cuidado, el ojo peligro, ahí se precipita el agujero negro, en presuponer algo inmutable, la presunción es la madre del cliché y ser presa del pánico, que es su prima o del ansía o la desesperación, que son todos familia y que hay mucho imprevisto, que Dios no existe pero tampoco juega a los dados, lo que viene a ser mucha contradicción, mucho contratiempo, muchos cabrones y muchas hijes de pute en general y mucho mangante emocional y mucho psicópata del mal gratuito pero a pesar de todo hay que confiar y cómo hacerlo, con tanto cliché y tanto tonto y tanta tontería y tanto tiempo que perdemos mirando nada o leyendo nada o siendo vistos por la nada que es otra, la nada es un cliché, la nada es de los gordos, primo hermano del vacío existencial que es un cliché de buena familia, un cliché con posibles, huir del cliché es un cliché, y casi diría un imposible, dejar que el cliché te atrape quizá no lo sea, buscar más allá para volver al principio, ir cambiando de idea una y otra vez hasta quedarse con la primera es un cliché, que las cosas ganan su valor real con la perspectiva es otro cliché porque los valores de las cosas solo se asientan sobre lo que otros cimentaron conforme a, sí claro, sus clichés y así, en bucle infinito desde el descubrimiento del fuego, los mismos gruñidos, los mismos dedos manchados, las mismas historias que suenan en voces distintas o las armonías que nos son familiares o las tramas que ya hemos visto resolverse de varias formas y se huye en busca de nuevos buenos y nuevos malos o nuevos giros o salidas o la huella de uno que se queda en todo y lo cambia todo, buscando nuevas huellas, con el luminol que es esto o lo que sea, la hoja de un cuaderno, pues aparecen ahí en todo y limpiar las huellas es un cliché, hay hasta cinco o seis productos químicos para que aparezcan las huellas, eso lo sé por el programa Crímenes imperfectos que se tituló así en España con un poco de novelería porque el titulo original es Forensic files, pues eso que a veces las huellas cantan en azul y otras en fosforescencia pero ahí están, delatoras del crímen de alzar la voz y decir lo que te salga en este caso y de terribles asesinatos en el programa citado, que me parece un tanto traumante que lo pongan de madrugada, pero el miedo, el miedo es un cliché, el miedo que a todos nos hace correr, a todos los animales, la parte animal es un cliché y es curioso porque en su etimología hay poco o nada de animal, es pura mecánica, la palabra cliché viene del francés y es participio del verbo clicher que es imprimir por estereotipia, es en realidad el ruido, es decir, la onomatopeya del ruido de las planchas tipográficas, más concretamente del sonido que hace la matriz cuando se pone sobre el metal fundido para hacer esas planchas, lo he leído ahora mismo, claro, y me ha sorprendido porque es una onomatopeya, que sea lo típico un graznido, como un cuervo que le dice a todo, te veo siempre muy negro o siempre me dices lo msmo y decirselo a un mirlo, o a los pitidos de las golondrinas, es parecido, el canto de los pájaros es un cliché pero no, porque la naturaleza no se monta con planchas tipográficas, el musgo no tiene horma y nuestra comunicación responde más a ese tipo de formaciones húmedas, y la humedad es un cliché en todo poético de muchas cosas y conste que estoy sin echarme ni un café al cuerpo y son las ocho y veinte, acabo de decidir íntimamente que desayunaré media tostada en el bar del pueblo mientras bajo a la ciudad, es lunes eso es un cliché pero es verdad, es un puto lunes, un lunes de septiembre, ahora tengo puesta una canción que me encanta y eso me da ciertos ánimos pero no deja de ser lunes y bueno, la ambivalencia de las movidas, el aparataje que permitía fluir el conocimiento pega unos chasquidos en sus moldes que al final es como se llama lo que nos hace no conocer, porque es lo malo de todo cliché hoy en día que nos hace andar para atrás, sobre todo si no manejamos los mismos tipos, y ahora nadie lee, lo que me parece muy bien por otro lado, que nos lo dejen todo a nosotros, los que sí lo hacemos y es un tema, este particular, que me enoja porque la lectura obligatoria crea analfabetos vocacionales, es un circulo vicioso, es una puta mierda, aquí puedo decir puta mierda las putas veces que puto quiera y decir, por puto ejemplo, que me parece puto estúpido repetir puto como puto adjetivo en puto todo y que es una anafora puta anafora que puto hacen puto ahora los puto jóvenes que no tienen ni puta idea de nada, como los viejos que éramos los jóvenes de antes y ya andábamos poco en lo de leer, lo de leer es un cliché, las lecturas son un cliché, son golpes de planchas, he leído a Proust, plancha que choca, aún no llegué Joyce, plas onomatopeyaca, hay que empezar por Twain para llegar a Faulkner, a puto Faulkner, puto Twain, puto Joyce, puto Kafka y puto etc, porque los mierdas de cliché, los putos mierdas de cliché en lo de leer pues provoca lo contrario pero vamos que esta perorata mía no es que ayude en nada, pero oye, estoy en ayunas, es lunes y aunque me gusta la música y me está dando un puntito muy buena pues estoy puto jodido bastante y el blog está puto súper puto desactualizado de mi vida, no digo ni palabrica de lo que realmente hago o me pasa y os suelto toda la morralla por la cara, es correcto, es lo que pasa pero es que evito la tentación de contaros cosas que siempre lleva nudo, y no vayamos a no deshacerlo, y el desenlace que en lo que te pones, no estamos para desenlaces, ni para lances, estamos para que te lanzes, eso sí, con lo que pienses y que lo sueltes, no te vayas a quedar nada dentro que es para lo que hago esto, la ducha me espera, aquí ya empieza a hacer frio, el plan invierno va a empezar en septiembre, odio el puto invierno, odio el frio, esto no es mucho decir, las filias y fobias es mucho cliché, pero es lo que tenemos, o actualizo el blog con morralla o no esperamos a que se me ocurre algo que valga la pena y ya no nos vemos nunca, el frío es cliché al menos aquí el frío lo es todo cuando llegan estos meses, también es que ando en bolas hasta octubre, que tampoco es que sea un lumbreras yo en fin tampoco es que no hayáis dado cuenta, si habéis leído hasta aquí, allá vamos, mañana será otro día, clichetassso bueno
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