miércoles, 18 de octubre de 2017
hay cero respeto por el televidente insomne
es dificil explicar por aqui mis cuitas del dia a dia porque tendria que poneros en todo tipo de antecedentes y eso apetece cero, porque no va de eso pero tampoco va de nada en particular, mi gato me acaba de arañar y eso supongo que me tiene influenciado en estos momentos, llueve a cántaros y eso influye también, además que la policia local del pueblo me ha apercibido de multa por culpa de un aparcamiento en segunda fila bastante dudoso pero he pedido disculpas y ha valido, cara de lleva usted razón pero por favor no y ha valido, me la juego con los breves aparcamientos en la villa para cosas rápidas como comprar tabaco en el estanco o sacar dinero del cajero, una vez ya me pasó y me comí cuarenta euros por tener el coche cuarenta segundos sobre una línea amarilla. A veces me siento pequeño con la persecución de la doble fila en el pueblo. Es un cierto tipo de incomprensión y me estoy tomando el fondo de la cafetera, de ayer, mientras el hombro me escuece del rasguño de gato que no entiendo a santo de qué me ha clavado las uñas de ese modo. Uno piensa en dejar aqui reflexiones de cierto calado, pequeñas iluminaciones que son las linternas con las que enfocamos dudas venideras y me lo pienso ceroen lo que a la forma respecta, voy hilando, en plan evacuación y va saliendo, como el que alivia el intestino o desantraca una tubería, iba a escribir sobre eso porque hace unas semanas me atreví con un trabajito fino de fontaneria en el lavabo y todo salió razonablemente bien. Me amarga el hecho de no hacer canciones. Que tampoco es que sea nada importante porque nadie me las demanda o me las pide así que le corra prisa. Los de mi grupo están con ganas, eso sí. Que ya es. Que es mucho, de hecho. Pero tampoco es que eso sea una urgencia. Llevo casi un año sin una canción nueva. Es cierto que me dejé los sesos hace un año para el disco y claro, he pasado la cuarentena. El disco tiene once meses y aún parece tener algo más de vida dentro. Y el grupo se ha ampliado a cinco miembros y adaptarnos a eso pues ha sido como hacer canciones nuevas aunque sean las mismas. Pero me apetece horizonte. No lo tengo. Eso me agobia. El cielo tiene el grifo abierto. Me molesta cuando dicen que era necesario. Que hacía mucha falta. Me enervan los clichés sobre el clima. En los medios sobre todo pero también los ascensores. Me agobian los ascensores. Tengo la cabeza en mil cosas. A veces me pregunto si realmente tengo todavia la cabeza en su sitio. Soy responsable con las responsabilidades de mi cuello. Soy responsable con el ritmo de composición o quiero serlo. Tenia mas horas antes para tocar de madrugada y para combatir el insomnio a fuerza de ternas de acordes, más rápido, más lento, más entrecortado, siempre lo mismo....Tengo en la tele lo de las subastas de trasteros. Es un asco. Hoy pensé que debería estar legislado la cantidad de contenido propio de una antena. Es inviable que vivan a costa de subproductos yanquis de segunda. No es el mundo de posibilidades que nos vendieron a los que estudiamos audivisuales o afines en los noventa. NO era el horizonte esperado, acaso lo es alguna vez, ni se parece. Es como si claudicasen. Es por factor precio, claro. Pero hoy pensé: Es mafia. Quiero escribir mafia y escribo magia. Las erratas a veces hacen que se nos vaya la cabeza. O eso a lo que llamo cabeza. Pero va mas alla de que le salga gratis el paquete de programas de subastas, tiendas de segunda mano o crímenes. Da igual el contenido. Es justo lo contrario de lo que anticipaban en el siglo XX. El espectador español, debería hacerse una tesis sobre las dos cadenas y lo que ha supuesto el intervencionismo estatal en el ojo del espectador, que mira de forma parecida a cuando solo habia dos cadenas aunque haya ochenta. Es significativo que pasen a ser populares los lampistas de Detroit o los chamarileros de Iowa o de Ohio, que buscan antiguedades o los cazadores de subastas californianos... Es demasiado. No es solo factor precio. Es capitalismo salvaje. En todas sus formas. La arqueológica o la de contenedores de barcos. No es solo porque les regales a las cadenas todos esos programas, todas esas temporadas, es algo más agresivo, más extremo... Hay carga ideológica. No es gratuito. No es una cadena con vida, como quien dice, con vida propia. Es solo una cadena de redifusiones, de cosas que no importa o que no interesan o que no tienen valor y vienen de tru tv o de otros canales, que tienen una carga ideológica o una forma, unas maneras. Me cuesta explicarlo. Lo he pensado esta mañana. Llueve mogollón. Me arañó mi gato. Son esas pequeñas cosas que me dejan abajo. Y escribo aquí como para entender por qué y mezclo cosas de periodismo o de medios porque me jode lo que veo, lo que hay para ver. Merece una entrada al respecto. Lo malo es eso. Que divago sobre temas que no tienen nada que ver entre sí, y es todo un poco confuso y tedioso. Pero amigos, es así lo que vivo. Tedio. Confusión. Estás hablando de mi desayuno. A media mañana me como algo de política de medios o lo mismo me pido un café con fantasia musical y le doy vueltas a ideas un poco absurdas como hacer versiones de canciones de éxitos del franquismo. Eso lo pensé ayer. Los éxitos del franquismo tienen algo de buenrollismo impuesto, sobre todo en las últimas décadas y de necesario asunción de la miseria en sutiles versos en los primeros años pero todo decente, todo a punto con la ideologia de la época etc etc etc Y eso pienso del tdt. El contenido tiene muchas aristas, o mejor dicho recovecos, agujeros, espacios interiores.... Muchos pliegues que condicionan el contenido. Me expreso como el culo pero es que lluevo mogollón y llevo dos cafes en el cuerpo, a cual peor. No es gratuita la parrila puerca de programas neocapitalistas sobre compra venta y no es gratuito el miedo. Creo que lo he escrito otras veces. Los programas de temática forense, los crímenes no perfectos y por qué no dedicarle un programa a tantas cosas imperfectas que hay en el mundo. Barbacoas imperfectas. Que se acaba la chacina o las cervezas no están frias a partir de la segunda ronda. Un clasico. Comidas imperfectas. Citas imperfectas. Viajes imperfectos. No se me ocurre ahora mismo pero se podría llenar la madrugada de un montón de cosas o casos que no sean asesinos que se dejaron una huella o un pelo o cualquier muestra de adn: es lo peor. Cosas malas ok pero no tanto. Algo más llevadero. Hay cero respeto por el televidente insomne. Es un abuso lo de los programas de música. Eso que se conoce como la rueda. No es casualidad. Los que aparecen ahí cantando. El chiringuito alrededor de esas horas en las que todos duermen y unos pocos se sacan unas perras con actuaciones insoportables en escenarios neutros y con una realización pesadísima. Alguien saca pasta. Sacan pasta pero no es solo eso, igual que los canales en los que solo ponen bodrios yanquis de la compra venta o son capaces de poner diez capítulos de una misma serie de forma consecutiva en fin de semana. Consecutivos. Pero no en orden. Para bordar la maldad. Ni siquiera de la misma temporada. Una verdadera locura. La luna debe estar menguando porque todo me molesta. Tengo días de esos. NO se respeta al televidente de día pues anda que para pensar en los cuatro gatos que no se duermen ni apagan la tele. Por no hablar de ese gran colectivo de personas que duermen mal en el sofá, con los que la sociedad y sus propias allegados suele ser implacable. UN amplio colectivo al que se ningunea día a día. Colectivos mal vistos socialmente. Los dormilones sofaleros o sofalistas. Los televidentes insomnes. Los blogueros inconcretos. Somos legión. Parece que ha dejado de llover. El respeto al televidente es, por extensión, el respeto al ciudadano. Al ciudadano con ojos al menos. Para el gobierno que es al que le corresponde moderar la mierda que sale en pantalla, porque venden y comprar las ondas que nos matan a todos de cáncer pues son los que tendrían que poner cuotas. Y cuando dijo cuotas me refiero a límites. Un mínimo de producción propia. Si un gigante no quiere un dial porque no hace nada con él pues que se lo den a un grupo pequeño o mediano o a varios que quieran pelear por él. Los grandes alteran el juego con más de media docena cada uno y con cero programas propios, cero identidad, cero sentido. Son canales sin sentido. Pero si lo piensas tiene sentido. Si pasamos de diez a ochenta como hacen los diez para mantener cuota, pues se hacen con los setenta restantes y los silencian de contenido propio, se dedican a pasar paquetes de tele yanquis y así seguimos teniendo, de facto, diez canales. Nadie nos dijo esto en la universidad... Hago hincapie en esto por si lee un docente, por esos errores del destino, estas líneas para que les de una perspectiva a sus tutorizados que las cosas se tuercen y que contemplen en peor escenario posible en manos de oligarquias, mafias etc. Tengo hoy un cuerpo jota que no veas. A ver que esto no es una tesis que escribo aqui como el que come cacahuetes pero que a veces tambien me siento lleno. Ya no llueve. Casi ni me escuece el hombro. Soy super quejica. Con cualquier mini arañazo me pongo casi a llorar. Como es un blog personal pues puedo decirlo. Tolero poco el dolor fisico. Por contrapartida del moral, supongo. Esto tampoco es del todo verdad. Aqui nada es del todo verdad. Lo que es, es poco interesante creo yo. Pero oiga usted lee por su propia cuenta y riesgo y yo no le he traido aquí. Aquí, aquí, aquí... Repito mucho aquí. Estamos muy pegados al suelo. A dios gracias. A uno le gusta volar aunque sea ya cuando anochece. Y tocar. Lo de las canciones nuevas me tiene a maltraer. Es una tonteria que le pasa a los que hacen canciones y un día piensas: Y si ya no me salen más. Es como cuando temes el abandono. Cuando estás enamorado y dejar de verse un par de horas es como embarcarse en una nueva soledad con la que hablas. Hablamos con nuestras soledades y en función de quien nos acompaña, le ponemos una voz u otra. Ese dialogo de voces ficticias nos hacen sentirnos acompañados y sin darnos cuenta, pues mientras el coche está en un atasco, nosotros estamos en la futura discusión con la pareja o en la última conversación con el jefe o el compañero de trabajo. Esas conversaciones siguen, en un eco modificado con voces propias, en nuestra cabeza o en eso que llamamos cabeza y que, esto lo demuestra, es algo mucho más amplio. Ya tengo yo mis teorías personales sobre la influencia tanto en nosotros mismos como en el mundo exterior de esos teatrillos previos que representamos de forma innata o al menos, sin apercibirnos de lo que estamos haciendo. En todo lo insconsciente está el destino. Caso de que exista. Caso de que existamos. Caso de que estés leyendo esto, si acaso no lo borro todo de un golpe. Aqui no te obliga nadie a estar. A mi no me obliga nadie a escribir, si acaso yo mismo. Y mal. Me obligo mal. Escribo peor. Ya ha vuelto a llover. Y siempre no se puede ser feliz... Ni siquiera a veces. Si en los teatrillos mentales, lo eres. Pues eso que te llevas.
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