basicamente hay dos opciones: de buena mañana me pongo a dar tela y lo que dure o ya muy asada la noche, el día y engeneral, muy pasado pues le doy cancha a ladivagación y me cansa mucho ambas, porque me apetece café y nuevo día y no palabras o porque quiero dormir y no pensar y mucho menos, darle a los dedos y sirva esto a modo de disculpa o explicación o expiación o esa cosa que me gusta a mí hacer cuando abre entrada nueva y no sé bien de qué coño escribir pero llevo unos días o incluso unas semanas sin contar nada, teniendo cositas que compartir, que a veces se tienen y son más como rastros, como huellas, no sé cómo decirlo, son polvo, son motas de polvo, son las moléculas añadidas a las motas de polvo cuando sopla la brisa o lo que es lo mismo, no son nada, no son nada como para señalar, no son nada que merezca la pena, son ráfagas, son como impregnaciones, como lo que te va salpicando de otros, la vibración buena o mala que te llega simplemente cuando cruzas la mirada sin llegar a verte o lo que te llega mirando fijamente, el reflejo de la luz de otros o tus propios fulgores íntimos, las iluminaciones que son como más dignas de mención, los apagones que otro tanto o que te pones a leer o a escuchar o a ver y pasan cosas, que un disco o una película que te gusta, acabamos casi siempre en el mismo sitio, la nada, que es más o menos donde queremos estar adscritos con estos despropósitos para que se sepa que lo intentamos sobre todo y también que nunca acabamos de conseguirlo, lo cotidiano y pequeño pues cabe menos, no porque no tenga su interés, que digo yo que siempre es como agradable pero no motiva, y la no lectura del blog por vuestra parte, que, a veces, lo reconozco, es un muro y otras, una meta, pues hace que se me vaya y no me de recomello y que no se me vaya porque ni siquiera llegue, y uno quiere máximas de vida, grandes lemas, ideas de verdad, reveladoras y sin un puto punto y coma....Porque se supone que para eso vivimos, para entender cosas, para aprender algo en la sucesión de puntos suspensivos que se nos cuelan en las vertebras como proción del caudal del tiempo que abre físuras en la roca. Esto son las físuras y el caudal sois vosotros. Entre todos vamos abriendo paso. Es inevitable decir y repetirlo varias veces que no tenemos ni idea de lo que hacemos. Eso lo hago a menudo, en mcuhas facetas de mi vida, en especial en las relaciones y en las reacciones. Por si acaso bajo emoción y mira que a mí no me duele en prendas el entusiasmo, tiendo a contagiarlo por defecto y a través de ellos, de mis defectos, y es como una pequeña epidemia de optimismo que dura, por suerte, poco y que no causa mayores estragos, y como los superpoderes de El Gran Héroe Americano, gran serie de tv que me encantaba de pequeño, de 81 al 83, qué viejos nos hacemos y bueno, que el tipo no sabía usar los poderes básicamente, aunque no os la spoleo, echarle un ojo... Ahí va:
A lo que iba es... Bueno
ya no me acuerdo a lo que iba
Eso me pasa cuando abro la nevera y voy a la cocina y dijo: A qué venía?
es lo que nos pasa a veces en la vida... O me pasa a mi. Que es feo generalizar. a qué veniamos a este valle de lagrimas. A qué vinimos. A llorar. A sufrir.
Vinimos a olvidar.
Ya me he olvidado de todo lo que me tenía que olvidar hoy.
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