jueves, 29 de septiembre de 2016

Lo malo de la frivolidad es que nos pasa por encima y lo peor de la trascendencia es que nos deja el culo al aire, y sonamos ridiculos al día siguiente, a la mañana siguiente o al minuto siguiente, cuando amaina, amanece o amerizamos o cuando sea que nos sequemos el sudor, las lágrimas o la sangre, o lo que salpique porque llorar o reir o abrirse hasta el punto de que nos brote algo del interior, sean fluidos o afluentes, pues es siempre no medir y en cierto modo, no pensar o ser o no estar y ser, hoy pensé en eso de que seamos o estemos y los angloparlantes, no pero no viene para nada al caso, hoy he bebido al menos cinco cafés pero no es relevante tampoco, y tenía una Maritoñi gigante que estaba dura como Gibraltar y pensé, es un dulce con alma pobre, con idea de que se pase, que se ponga duro y haya que mojarlo, que es lo que hoy hice, no hay pan duro y menos si lleva esa capa de azúcar, en grano eh, nada de polvo ni glass y va rellena de cacao, y es como para que aguante y pensé, así quiero escribir, para que aguante y mira que a esto del blog apenas si lo llamo escribir porque casi que ni lo leas como apenas si es leer, es volar los ojos y para mí soltar la lengua sin quebrantar el silencio, que a mí se me antoja de los peores enemigos y andas camino con cada frase y lo de no poner puntos, es por no parar y que se nos haga de noche sin saber ni siquiera donde vamos, ni donde estamos, porque hay algo de eso cuando me meto que es como un mapa, que vengo a escribir aquí para saber dónde estoy o por dónde ando o cómo me siento y claro, que es también una cierta representación, una puesta en escena desde que pulso Entrada nueva y me lio a saltar, como lianas en la jungla, de frase en frase con saltos y comas, solo comas, sin puntos que me vayan a alertar de la unanimidad del vacio, a veces es eso, solo eso, vacío, que era una palabra que de joven me venía mucho a la mente, vacío, y ahora casi nunca pienso en ella, el vacío, me traumatizó de pequeño, no tengo muy claro por qué, la Nada de la Historia interminable, el fotograma de la película, aunque también lei el libro y no me gusto nada, ni una ni otro, y el otro día vi una foto por facebook y lo recordé, ese absurdo temor infantil de la Nada




La Nada. El silencio. La trascendencia. La frivolidad.
No me resisto a compartir la entrada de la wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Nada

De nada.
Bueno, pues eso, y volviendo a lo que iba... Que he acabado leyendo de filosofía... Epicureo de Samos creo que no ha sido superado en muchas facetas. Me he bajando una foto de un busto suyo. Y de una terracota griega de trescientos y pico años que me ha gustado y me he encontrado un cierto parecido....







































Es drama que se imponga la forma porque cuando dices poco pues el tono lo es todo cuando estás simplemente pertrechándote dentro del silencio como si fuera un frío del que defenderse, un invierno al que combatir haciendo astillas los muebles, que son las viajes constumbres, y pintar, y conocer nuevos parajes, cambiar las luces con pensamientos escritos en voz alta pero sin abrir la boca y al final es como terapia, como un diario público, una mezcla de exhibición o exorcismo que suena o se ve como exceso mires por donde mires, y con esa cosa de que nadie mira, que es como otro componente, tampoco tengo que hacer nada, es mi blog y para esto, pero que da cosica, porque con los años o con el tiempo leo estupideces que me cuesta creer que en algún momento consideré dignas de mostrar, que es lo que viene a ser la cosa, no es muy mostrable por lo que, en fin, es como de rubor y este verano por ejemplo me propuse limpiar la carpeta borrador de este blog que es casi tan mío como de ustedes, para aligerar peso en lo delas ideas descartadas, que sepan ustedes que toda esta morralla que finalmente les llega, pasa por filtro que no lo parece pero sí y .... en fin, ya saben....

Aunque todo lo conocido empíricamente se mudara sin cesar y no halláramos nada estable en el mundo de nuestras percepciones, habríamos de afirmar al menos tres cosas: l° la existencia del movimiento; 2° la existencia del Ser inmutable; 3° la existencia de la Verdad absoluta. El devenir, cualquiera que sea su amplitud real, no puede ponerse como fundamento del relativismo : por el contrario, el conocimiento del devenir nos conduce al conocimiento de la verdad del devenir y al conocimiento del Ser inmutable, Verdad suprema, plenitud de Ser, Acto puro. Si se comienza siendo metafísico, es decir, pronunciándose sobre lo que es la realidad -como hace el relativismo, aunque se proclame antimetafísico : la realidad es devenir, afirma-, no hay más remedio que acabar, en consecuencia, negando el relativismo : reconocer la verdad absoluta.

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