miércoles, 15 de octubre de 2014

Parrafeitor

Ha llegado el invierno como siempre, de forma inesperada y pegándome un bocado en el lomo. Me pasa siempre en octubre. Recuerdo el año pasado, después de las navidades, o antes, no sabría precisar que en la radio dijeron que quedaban 88 días de invierno. Me pareció una eternidad. Según el calendario es solo un otoño frio, o sea, que aún queda un mundo. No tengo el plan preparado de contención de heladas. Mi idea era habilitar el sótano, construir un búnker o ponerme a ello, con calma. Como si fuera novedad. Atrincherarme bajo tierra. Viviendo en la montaña, no queda otra. El tema del frío es un verdadero problema y empieza en la garganta. Tengo un nórdico que se enfría como si fuera una nevera de playa. Tocas la parte que no roza con tu cuerpo y está helada. Aparte. las corrientes. Me hacen llorar las rendijas, he hablado aquí de ello. De mi guerra con las rendijas. Se cuela. No sé por dónde. He cambiado las persianas. No sé si es un problema de aislamiento. A veces pienso, en plan soñador de bricomanía, poner madera rollo los sesenta. Aislar una habitación, por el ruido también aunque creo que molesto poco con la guitarra aquí. En invierno se queda lista la urbanización. Es un gusto en realidad que haya tan poco gente y tanto silencio. Pero me da pereza la perspectiva de frío extremo y me lo curro poco con la chimenea. Le sigo dando salida a los troncos que cortamos de la valla, los pinos de cinco metros. Un currele. Es complicado llevar esta casa para adelante. Aunque lo del sótano lo tengo muy en mente. Habilitar es el verbo. Me he roto una uña estos días. El lateral de la uña en contacto con la carne. Donde salen los padastros. Un dolor muy tonto. Y al echar un tronco, me quemé con la chimenea. Tengo una señal en la mano derecha. El dolorcillo de padastro me hace activar el lagrimal también. Qué blandito. Acorralado por el frío y el dedito llorón. En fin. Esas son mis perspectivas. Llevo tiempo sin escribir en el blog, tengo ganas de dedicarle una entrada a Tania Llasera, ya ves, cosas que pasan. También temas políticos aunque hay cada descontrol y cada burrada y cada locura que es como que se va de las manos. Y siempre me pasan cosas. En el blog se queda lo más nimio. Me gusta hablar del frio en el blog. Y de soluciones para mi huerto o para lo que voy plantando. Por cierto que pasé una crása trompeta que estaba sembrada en una vasija de mi abuela, las ideas de E., y la transplanté con éxito al lado del almendro. También me plantó una crasa morada en una cafetera vieja. Las ideas de E. Hoy por ayer miré por primera vez a conciencia una foto suya en Facebook. Ya me vale. Soy un valiente. Un año después. Se puede decir que estoy curado. Se pueden decir tantas cosas... Hoy viendo unas fotos de la valla de Melilla he pensado en una vieja máxima que me decía un amigo... Yo tengo lo que tú pierdes. Lo que él tiene, lo podría tener yo. Nadie tiene nada sin quitárselo a otro. Lo aplicaba al dinero. A los negocios. O no sé a qué. Yo lo aplicaba a todo. Pero no estoy de acuerdo. No veo los recursos como algo finito que tiene que ser, necesariamente, repartido, de modo que lo que a mí me toca, es una parte menos para el resto. Viendo a los valientes encaramados en la valla, he pensado en ello. En que ellos quieren algo que nosotros tenemos y que somos incapaces de rentabilizar eso. No sé cómo. Claro que no. Pero en México, en donde sea... En cualquier frontera. Esa ilusión. Esa energía. Lo que tienen, lo que quieren, lo que tenemos... Esa fuerza, usarla honradamente. Al final es por este tipo de divagaciones por las que no publico las entradas y el blog se va quedando vacío. Tontamente. Siempre he pensado que se pueden generar recursos, el win win. Que no hay que quitarle nada a nadie para tenerlo tú. Llámame romántico, llámame tontico, pero no pienso que sea un reparto... Es más como plantar. Una cosecha. No sé. No tengo datos tampoco. Hablo por hablar. Desde luego no debe ser así desde una perspectiva de estado. A las macrocifras las alimenta la sangre de los que no tienen derechos, eso lo tengo más claro. Es la dinámica del capitalismo no ético. A E. le ofendía que hablase de capitalismo ético. Lo justificaba yo por la sociedad de la información. La información. Qué demonios es eso. Tengo muchas muchas muchas ganas de hablar de periodismo en el blog. Pero entre unas cosas y otras... Está complicado el tema. La censura en RTVE. Solo es un ejemplo. Lo de Tania Llasera, lo de la censura RTVE... Son temas refugio. Reconozcámoslo. También me tienta darle cancha en el blog a Gran Hermano 15, me he enganchado. Después de ver Breaking Bad, tenía que meterme a saco con algo. No lo vibro tampoco. Pero la movida Omar fue tremenda.  Triángulo Paula vs Lucía. Me encanta o me encantaba a mí Lucía. Un viernes. Llegué a las siete. Y veo todo el percal. En el 24 horas, que tiene otra realización. El 24 horas. Antes se le llamaba así a un canal de noticias. En el fondo quiero hablar de periodismo. Me apetece mucho escribir la entrada del periodismo vs. las dinámicas informativas. Dinámicas informativas, vaya eufemismo. Me apetece. Aquí quería compartir las canciones de una sesión que hice hace dos semanas en La Percha. Todo temazos. Una cosa muy seria. Colé de todo. Me llevé una versión tecno de Hoy quiero confesar de IP, la artista que da mala suerte nombrar. No me dejaron pincharla. Tampoco No te vistas que no vas, de K.Narias. Un temazo muy horteraca pero que me pone ruchito, para cerrar, era la idea. Casqué a los Dirtbombs. A Wavves. A Ty Segall. A Parquets Courts. A The Kooks tocando All that she wants, de Ace of Base. Los Kooks esos me caen fatal. Y temazos: Bambani de los Amaya, una versión salsa de They dont really care about us, de Michael Jackson... Every Girl de los Alalas...O como se escriba.  Party 7 de Big boss man. En fin, una selección variadita y siempre arriba. Con Stoned and starving de Parquet Courts que tiene dos pasajes casi instrumentales ahí punteando a muerte con ruiditos, metí de fondo una charla de motivación personal. Quedó muy fino. También puse Radio 222 de Los Esqueletos. Temazo. Y a Novedades Carminha. Y Nuestro invierno de Airbag. Y Owen Wilson de Yo maté a tu perro. Prefiero pinchar canciones chulas, me da igual que sean conocidas o no. Me pidieron a Loquillo. Lo puse, claro. Si te piden canciones, es buena señal. La gente se ofende. Qué mal. A mí me encanta que me pidan canciones, lo interpreto como que les gusta lo que pongo pero no lo conocen y quieren conocer algo que esté acorde con el buen rollete que les estoy creando. Es mi movida. Igual no es así. No le tengo mucho vicio al Spotify, me lo quité hace tiempo. Escuchaba mucha música que en realidad no quería escuchar. He escrito aquí sobre el tipo de consumo musical de Spotify. Me parece un coñazo en realidad. Te tragas mucho que no te interesa. A mí me pasa, al menos. Me lo quité. Si quieres escuchar a un grupo, lo escuchas íntegro y por ejemplo, en bandcamp no hay otros enlaces. No navegas de un grupo a otro. Vas disco a disco. Parece que no, pero creo que tiene su importancia. Tengo que consumir mucha música a lo largo del día que me interesa cero como para encima perder el tiempo con una aplicación que no me ... No sé qué palabra usar. Me cansa la música a veces. Pero porque me dedico a ella. Como generador de emociones, no me aburre nunca. Todo lo contrario, se renueva sin darme cuenta casi. Estoy medio malo. A tope de paracetamol y con mi uña rotita. De la mano derecha, la misma que marcó la chimenea. Por supuesto las matitas de melón están más que congeladas. Volvieron los gatitos. Los gatitos blancos. No soy de gatos yo. Ni de perros. Quizá me caigan mejor los perros pero vaya, que no. De pequeño me gustaban las tortugas pero se me morían con cruel frecuencia y al final, los animales y yo , pues como que no. Los gatitos blancos están en el fondo de este blog. Los volví a ver juntos y me dió un shock. Eran el capricho de E. más bien. A mí me daban igual. Siempre estuve en contra de los gatos porque me rompen el seto. Y las vecinas o una en concreto les ponía comida y había media docena. Y criaban todos los años. Pero aparecieron las dos bolitas de pelo blanco y claro... Después se hicieron grandes. Pasa siempre. Por mí no les hubiera puesto comida. Cada uno es cada uno. Cosa de E. Comida para gatos y flores en cafetera. El rollo. Pensé que uno había muerto. Desapareció. Cuando se fue. Y una vez de las que volvió, mientras estabamos haciendo cosas en el jardín, apareció. Los dos. Nos pusimos a llorar. Qué tontería. Llevo tiempo pensando en cambiar el fondo del blog. Tiene todo el sentido, en mi opinión. Curado del todo, ya digo. Acabaron bufándose. No sé bien por qué. Súper metáfora, ¿qué, no? De hermanos mellizos a enemigos acérrimos. Pasa siempre. No sé, no sabemos, nunca supimos si eran macho o hembra... Las dos bolitas de pelo blancas. Es importante el dato, claro. Esa condición de género, sea la que sea, parece que fue y es la que les hizo chocar y les enfrenta totalmente, y para siempre. Uno se quedó. El otro se perdió. Otra vez. Pero hace una semana lo vi rondar. Vuelve a veces. Por supuesto que en mi mente funciona como una metáfora circular. Quizá el verbo no sea funcionar. Ya estoy, claro, curado, ya os lo había dicho. La he visto fea, eh. En la foto. No sé si es bueno o malo. Me ha dejado tocado verla fea. Me da igual en el fondo. Lo prefiero. Eso es verdad. Soy un puto inmaduro para ese tipo de competis. Es de hace un año, poco menos. La navidad pasada. Odio la navidas. Compartimos amigos en facebook. ¿Por qué? No lo sé. Son suyos, en realidad. Suyas para ser más exactos. No soporto a la gente que no está enganchada al facebook. La gente que no está enganchada al facebook no es de fiar. He pensado en poner esa frase (estúpida) en facebook estos días, pero no lo he hecho porque es ironía. La ironía no nos va a salvar. Y al final no va a haber salvación, lo tengo claro. No se puede salvar uno del facebook. El otro día le eché un ojo a lo de desactivar perfil. Un tiempecito. Mientras pase frio. Los 88 días de invierno. Aquí hago un repaso y mentalmente ordeno ideas que quería dejar por escrito, es como si hubiera algo mejor que no logro recordar, algo más... ¿interesante? Un tiempecito. No es de fíar tampoco estar 24 horas enganchado al Facebook. La gente que se lo hizo, el perfil digo, entre 2009 y 2010, que son un gran número de mis amistades, va a un cumplir un lustro de presencia online. Un lustro. Es mucho. Anda que no ha cambiado el percal. Me acuerdo de mi amigo A., de Cádiz, que cuando se hizo el perfil puso un par de fotos disfrazado, rollo carnavales y de borrachera y decía que no le sonaban ni la cara de sus amigos, que ni los reconocía con sus fotos, todos guapeaos.... Lo he explicado fatal. Es el rollo El pueblo guapeao, de Veneno. Ese rollo. Me gustaba más el facebook con fotos de borrachera los domingos. Con estados que no se podían editar. Con erratas. Con gazapos. Con etiquetas en fotos borrosas, en fotos mal encuadradas, o embarazosas... Menos social media, Más vida. Más verdad. Pero ya digo... Estoy pensando en desactivarme el invierno, por lo menos, Florecer en primavera. No tengo claro si podría administrar páginas no teniendo activo el perfil personal pero me intuyo que sí. Hace poco me he cambiado la foto de perfil. No soy muy de fotos. Que podría parecer malo, que lo es seguramente... Pero tiene una parte buena. Qué me gustan unos puntos suspensivos. Es una cosa, eh. En la vida real luego dicen.... Cucha. Pos no es tan feo, Claro. Vivimos en una época de tiranía de la fotogenia. Así. Tiranía de la fotogenia. Quería escribir una entrada al respecto. ¿Lo hice y quedó en borrador? Seguramente. Es donde debería quedarse esto. No se me ocurre un título. ¿Por qué? Porque no hay unidad. Se ha jodió la luz del baño. Ya me he duchado un par de veces a oscuras. Una sensación curiosa. He pensado en comprar velas. Igual da un poco de miedo pero me gusta la idea de ponerlas al fondo de la bañera. Velas chiquitas. Diez, un euro. Con olor si se puede... Hace unos meses cambié la cortina de baño. Rosa. Me gusta. Alegre. Es mala. De un euro. Pero muy rosa. Fresa. Color chicle. Esos pequeños cambios de mobiliario a coste casi cero me animan bastante. Hoy he pensado que lo más necesario para mi vida ahora mismo son unas fundas de sillón. Odio la tapicería de mis sillones, lo más en el mundo. La prioridad absoluta es el frio. El búnker anti invierno. Estoy escuchando Mamoneo de Mala Rodríguez con Kultama. Temazo. Cuando estoy bajo me pongo una lista de reproducción de La Mala en Youtube y me vengo arriba. He hecho una cafetera. Calentico. Tengo los pies helados. Esto se va a quedar así hasta marzo y me deja desolado. Está bien pensar a medio plazo. A mí me cuesta pensar a secas, a corto plazo a largo. Me cuesta. No lo imagino. No me imagino la próxima primavera. No soy bueno en esos planes. Me paso siempre. Casi prefiero no hacerlo. Luego llega la desilusión pero no es porque esté mal lo que se ha conseguido, era que las previsiones eran locas. Y uno piensa, es porque está mal planificado o porque al aspirar al 100 se queda en un 60 y no está mal porque se aspira al 100 pero si no fuera así, no se superaría ni el 50. Qué mal explicado. Cada día escribo peor. Esto es alarmante de verdad. Lo mal que me explico. Pero bueno. Se entiende, espero. Lo de las perspectivas. ¿Qué es lo más coherente? ¿Cómo es la forma correcta de hacerlo? Uso los signos de interrogación para que me aligeren el párrafo, soy parrafeitor. Me casco un párrafo de mensaje privado de facebook en un periquete, no me cuesta, eh. Leerlo es más cansado casi que escribirlo. Pero oye, lo intento. Al final el 60 no está tan mal. Es algo. Pero siempre le queda a uno la sensación de que un 40 se le derrama por el camino. Y muchas veces me pasa que parece que espero a que ocurra algo. No sé el qué. Algo. Que parece que tiene que ocurrir. Cada vez me pasa menos. Cada vez ocurre menos. Lo que quiera que sea que tenga que ocurrir. Esto es lo contrario de aligerar pero bueno, esto es un blog personal. Y cansa. En serio, es feo decirlo. Pero me canso tela de escribir aquí y de intentar contar algo. Y explicarme bien. Me canso. Hace tiempo que no escribo poemas. Estoy casi curado de eso también. Me está entrando el frío por los riñones. Es la peor hora, eso también. Lo estoy intentando con Mad Men. No es la primera vez. Lo intento. Me cuesta. La primera vez me quedé en el capítulo seis... Y no se sabía quién era Don. Y como que no me daba ganas de saberlo. Ahora lo he retomado. Casi he llegado a la tercera temporada. Nada que ver con Breaking Bad y el enganche que tuve en dos semanas, que fue lo que tardé en verla. No soporto a la gente que ve las series lento. Yo me las casco rápido. No tengo paciencia. Ni para eso, ni para nada. Bueno, Parrafeitor se va a recostar y es muy probable que se duerma.

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