Me estoy leyendo los "Cuentos" de Pío Baroja, en la edición de bolsillo de Alianza editorial. Los leo de noche, en la cama. Un par de ellos, cada noche. Pero no me convencen. Me aburren. Los encuentro escritos con toda pulcritud, frases claras. Ideas concretas. Acciones directas. Historias sencillas. Personajes humildes. Situaciones cotidianas. Y, me duermo.
Formalmente, no tienen ningún fallo. Los leo con atención. Me gustó "El vago" porque se parece a una idea que tengo parecida y que apoya la misma tesís, ser vago es dificil, pero el resto me parecen flojos. Me faltan muchos por terminan. Los leo salteados. Suelo hacer eso con los libros de cuentos. Altero el orden previsto por el autor. Con Baroja, creo que tengo un problema. Sus historias tiene un fondo, creo. Le intuyo una hondura que, paradoja, a mí no me llena. No me atrapan aunque están bien. Me gustan de todas formas. Quiero decir que los considero buenos, bien escritos, bien resueltos pero tampoco me llegan. Es una entrada ésta del blog que puedo actualizar más adelante cuando acabe el libro pero creo que cuando termine todos los cuentos, intuyo que tendré esa misma sensación de insatisfacción. Tengo problemas con Baroja, ¿por qué? En el colegio creo que no tuve que leer obligatoriamente "El árbol de la ciencia", así que no es por culpa de un mal recuerdo.
Espero cambiar de opinión, cuando termine el libro.
Eso sí, es perfecto para conciliar el sueño. Recomendado para insomnes que disfruten de la literatura sobria.
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