Me gusta Stephen King. No lo leo pero me gusta. No leo novelas de miedo. Casi tampoco veo películas de ese género, porque lo paso mal, pero Stephen King me gusta como persona. Es entrañable, a mi entender. Como autor, no tengo opinión. Tampoco soy muy seguidor de la ciencia ficción, añado. Stephen me gusta como excepción. Me gusta su aspecto de gafotas de la vieja escuela. Lo que dice también. Cómo lo dice. Su actitud y sus opiniones iconoclastas. Me gusta la actitud de Stephen King y por supuesto, lo respeto como escritor por sus millones de lectores que son el mejor aval de su trabajo.
Me gusta mucho más Stephen King de lo que me gustaba después de leer "On Writing" (Mientras escribo) que es una especie de manual para aspirantes a escritor, en el que alterna partes de su propia biografía con muchos consejos, trucos y detalles sobre el proceso de escribir, publicar y ganarse la vida con ello.
Todos tenemos una historia, dice en un momento del texto, y la de la mayoría de nosotros, es muy aburrida. No es el caso de la historia personal del autor de "Carrie" o "El Resplandor". Su vida es normal pero apasionante. Madre separada. Hermano pequeño. Escritor vocacional desde la niñez. Autor rechazado. Aspirante constante. Padre joven. Enviador profesional de cuentos a revistas. Rechazado una y mill veces. Fracasado tenaz hasta que alcanza su primer éxito. Después, alcohólico y politoxicómano. Al final, millonario excéntrico y hombre familiar.
Entre medias, más de treinta novelas con varios títulos súperventas.
Es dificil que no te acabe cayendo bien Stephen después de leer cómo lo atropellan, en la parte final del libro. El atropello y la convalecencia, según cuenta, ayudaron en la génesis del libro.
Te cae mejor cuando te lo imaginas cojo y millonario.
No es un manual al uso. Pero es interesante su idea de la "caja de herramientas".
Los consejos para corregir los textos son concretos y prácticos. Habla de los adverbios, de su uso, de los verbos en pasiva. Son aspectos generales pero los comenta con entusiasmo y ese fervor que muestra, se contagia. Habla de la esencia del proceso, tener ideas y ser capaz de desarrollarlas.
Aporta una interesante lista de títulos y autores. Rebosa honestidad en todo momento.
Habla mucho de sí mismo, es obvio, y de su esposa, Tabhita King, con la que lleva treinta casado. En algunos pasajes, incluso me ha enternecido hablando de cómo ella lee sus primeros borradores y cómo se rie y arquea las cejas.
La portada es abiertamente desagradable. ¿Qué significa esa pose? ¡Dios! Y, ¿por qué sale con lentillas?
Supongo que esa debería ser otra lección literaria, sobre la vanidad, que no se incluye en el sumario.
El contenido es, sobre todo, estimulante.
Si escribes o quieres hacerlo, leélo.
Tiene diez años, se escribió entre 1999 y 2000, o sea que ya empieza a tener una década.
No sé si de forma pretendida o no pero Stephen King consigue en "On Writing" (Mientras escribo) que pienses que si él ha sido capaz de hacerlo, cualquiera puede. Recomendado.