Va a rachas. Como todo. Voy. Poco más. Voy yendo. Lo hago. Es duro estar siempre a medias. Hasta los más afanosos en enjaular el azar en sus rutinas firmes y constantes, se chocan con lo inesperado. Se sorprende el que nunca cambia nada. Salta. Se agolpa. Se lía. Se nubla. Se complica. El verbo va en impersonal. Como su destino. Sin sujeto. Sin explicación. Es un hecho que tiene vida propia. Que cambia. Que se tuerce. Que va por inercia. Podemos tratar de intuir la trayectoria en la deriva de los acontecimientos y contar con ello. Lo intento. Batería baja. Está bien que algo te obligue. Ir al grano. Buscarlo. Obligarse en férreas repeticiones. En pasos medidos. Practicar. Contar los minutos. Como una coreografía. El baile de las horas. El giro del mediodía. Con todo previsto. Obligarse a dar margen y a pararse a respirar. Tomar aire. Divagar sin rumbo. Suspiro grande. Está bien obligarse a cosas. Menos a amar o a querer. Obligarse a ser optimista frente al caos. A ser el propio caos si es necesario. A no rendirse que se dice pronto cuando te ves vencido a diario. Es solo hacer y seguir. Pensar en lo que toca. Olvidar lo que no. Lo prioritario. Verlo. Saberlo. Buscarlo. Dejar que nos encuentren las palabras. Volver a buscar en el diario. Lo que vimos. Lo que pasó. Donde fuimos. Saber los pasos. Contarlos. Como un baile. Como una vida en la que te sacan a bailar. Como seguir una claqueta. Como elegir el tempo de tu existencia. Y no perderse. Que es lo normal. Perderse es lo normal. Estar perdido es el estado natural. Encontrar algo es la excepción. Llegar a entenderlo. Obligarse a entender. Obligarse a leer.
Ayer volví a abrir un libro. Es bueno obligarse. Retomar buenos hábitos. Es lo suyo. Estuve leyendo. Poco a poco. De Pasolini. Una vida violenta. Estoy con ello. Lo intento. A veces es lo único con lo que quedarse, Los intentos. Volver a probar. Cada día un reto nuevo. O el mismo, de nuevo y mantener el pulso o el ánimo o la ilusión. Mantener algo. Lo que sea. Volver a vibrar. Altas frecuencias. Esto es duro de leer. Y da la impresión que es por pereza. Por no pulir. Por no parar. Es como es y ya está. Todos los días intento racionalizar y mejorar. No estoy tan mal. Me voy a proponer en serio volver a leer. Varios libros a la semana. Cosas variadas. Actuales. Ponerme al día. Cultivar el entusiasmo. Creo que se puede. Predisponerse. Querer querer. Estar listo para el amor. Estar listo para las novedades editoriales.
La prosa poética me mata. Hoy ha sido un largo dia. Una puta mierda. Llevo una semana horrible. Un mes tedioso. El verano ha sido muy feo. Estoy harto de todo y de casi todos y todas. Me he cansado de mi bucle. Este blog es para poder quejarme si quiero y quiero. Quiero salir de bucles y entregarme a la queja más chillona y frenética. Queja de todo. Querer quejarme. De lo largo que es todo. De los tropiezos. De los malentendidos. De lo mal que escribo. De lo mal que vivo. De lo mal que rimo. De cómo le come la moral la frase a la idea y se ponen a pelear. Y acaba en nada. Un largo dia. Muchos rodeos. Muchas vueltas. He vaciado una habitación. Lo contrario de la inspiración, eso tengo. Un derrotismo que me quita las ganas. Pero pasa. Y lo cuento y parece que pasa menos. O me alivia o eso pretendo. Probar. Escribir bien. Vivir bien. Entender lo que pasa a mi alrededor. De lo que formo parte y de lo que no. Lo que me necesita y lo que no. Muchas vueltas. Batería baja. Cinco restante. Son las dos. Me cuesta dormir. Esto es narcótico o es lo que pretendo. Una charla a la que abrazar como una almohada. Unas ganas de estrujar palabras. De encontrar ritmo a una nana. Un cuento que te vuelque los párpados. Me pongo podcast. Historia. El universo. Voces de doblaje que son familiares. Huyo del silencio. Las noches vienen dobles. Largas de más. Llevas noche acumulada. Te pesa. Me agobia. Hay cosas sin resolver. No tienen importancia y tampoco tienen soluciones. No hay remedio. Solo seguir. Solo remar. Solo tomar. Solo reír. Solo esperar. Solo escribir y rimar. Solo esperar que fuera la poesía la respuesta. Lo era. Después de todo. Solo éramos poemas. Éter. Aleteos líricos de escasa altura. Intentos de mérito pero de poco vuelo. Aterrizajes súbitos. Malos despertares.
Descanso mal. Estoy al principio de algo nuevo. Nueva etapa. Nuevo camino. El mismo paso temeroso. Volver a escribir a diario. Buscar acordes nuevos. Cantar en el micrófono. Escucharme mejor. Escuchar a secas. Prácticas. Lo intento. Con ganas. Es un nuevo punto de partida. Hay épocas. Va por rachas. No puede ser de otra forma. Si es algo artístico no es una ruta prefijada ni con indicaciones. Vamos a tientas. Palpando. Como en una cueva. Me siento bien. No siempre pero casi todo el tiempo. Me cuesta conciliar el sueño . Dormir es importante. Para despertar de buen grado. Con buen tono. Preparado. Si vas mal al abrir los ojos, será malo todo lo que veas. Ayer me puse videos sobre el subconsciente. Hay material extenso en Youtube. Una mezcla. Charlatanes. Neurología. Magia. O algo parecido. Muchos conferenciantes con sus crecepelos emocionales. Con un libro con su método. Con sus consejos. Poder mental. Proceso cerebral. Herencia genética. Constelaciones familiares. Son vídeos relacionados. Hay material para dos universos. Efectos de la luna. Planetas en danza o en movimiento retrógrado. Un rastreo de influencia. Pensamiento mágico. Búsquedas. Batería baja. Se va a apagar. Así debe ser morir. Dos de batería. Dos y trece. Antes de las cuatro y media no me duermo nunca. Mañana ya va torcido. Unas veces siento haberlo dicho todo mil veces y otras, que no digo nada. Las dos y cuarto. Mañana será otro día y volveré a ser el mismo. Trastabillado. No es nada importante pero lo digo . Lo siento. Estaría bien que .... Uno de batería. Publicado. Adiós
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