jueves, 28 de junio de 2018
poner en desorden los pensamientos
escribir ayuda no sé a qué pero ayuda y por eso lo hacen o lo recomiendan, para poner en orden los pensamientos y sacarlos fuera, verlos en el papel como un pescado que aún colea en cubierta y quitarles las espinas, entender las espinas, entenderlo todo simplemente tecleando, dejando una frase detrás de otra, sin mucho más que eso, la sucesión de ideas, los eslabones de lo que por dentro te pesa o la explosión de lo que sientes y ya está, me siento así, lo escribo y lo entiendo, de algún modo, lo entiendo, escribir ayuda pero quizá no de forma inmediata, escribir ayuda pero puede que a terceros, ayuda pero poco, es un orden futil y leve, son ordenes poco claros, poner en orden los pensamientos o justo lo contrario, que se pongan ellos donde quieran, en primer plano o al fondo, en el gallinero, montando escándalo y que se cambien o se muevan a su aire o no vuelvan nunca o estén siempre ahí o se hagan sombras bajo una luz o con otra, sombras chinescas de los pensamientos tras quitártelos de encima y que sean como son, crudos y atravesados y que en el negro sobre blanco con o sin oscuridades se asoman con claridad, en pos de eso, la claridez, que es la lucidez que da la claridad, en mi caso si es que algún día llegase una u otra, o viniesen juntas y quieran cama doble o justo lo contrario, poner en desorden los pensamientos, dejarlos que se peleen entre ellos y que discutan y suban la voz, que se joda todo, la fatalidad y la rienda suelta o sin riendas, el caballo loco, sacar cada uno su caballo loco y tirarle de las crines, no atender a detalles, ir en tromba, quererlo todo, no aspirar a nada, no somos los mismos por más que queramos, no se puede desaprender por más que queramos, si te han metido al puto dios pues ahí lo llevas y de la mano del demonio, si has criado cuervos ya estás medio tuerto, si esperas cualquier cosa, si buscas respuestas es que estás jodido, si esperas cambios, si esperas la llamada, si quieres que cambie todo de un día para otro, esas cosas no pasan, pasan peores, es todo peor, se hace todo insoportable y tedioso, te sientes como una mierda, a nivel íntimo pero también en el plano comparativo, es todo largo y jodido, no apetece explicar pero apetece explayarse, va de eso, recordé no hace mucho que en una época dejé de beber y de salir, no recuerdo el motivo pero simplemente levanté el pie del acelerador de la fiesta, había días duros que se coronaban con una cerveza, o si estaba con el corazón roto, pues cerveza o si tenía ganas de parranda a secas, pues no, no era a secas, era parranda húmeda, era parranda todo mojada, era parrandeo nivel las Grecas de me olvido de mi nombre y casi que diría que al día siguiente estaba nuevo, pero no, estaba de segunda mano, estaba de trastero, estaba hecho mistos en lo físico pero el ánimo descollaba entre vómito y vómito, y en esa época de abstinencia, era todo lo contrario, todo era dolor, todo era jodienda, todo era ansía pero no había desfogue y no recuerdo bien los motivos pero tuve que ver con una multa, una multa gorda, una multa puta, muy multa puta, muy puta multa que hizo de orejas de lobo pero termino por ser una sepultura a mi ánimo siempre jovial por naturaleza y despreocupado por vocación, y uno se acaba dedicando a lo quiere y hay veces que quieres dedicarte a tu soledad, no es mala pero tiene sus puntas, hay que estar atento, hay que escribir a tus colegas de vez en cuando, escribir a tus colegas ayuda aunque no sé a qué, a salir de vez en cuando de cervezas aunque sea al mediodía para los que tienen las noches comprometidas en pareja, escribir ayuda no sé a qué y no sé a quién y desde luego no ayuda tanto como leer, pero eso es otro asunto, escribir está bien, a mí simplemente me gusta y por eso intento hacerlo, como otras tantas cosas, preguntarme por qué me gustan las cosas que me gustan no me gusta, me gusta simplemente hacerlas, sin más, hacerse preguntas ayuda pero no sé cuánto, a veces es mejor no interrogarse, con lo de las putas multas le pillé miedo a conducir si salía y bebía, bendito miedo, pero claro el miedo es siempre miedo, el miedo es siempre malo, aunque te libre de problemas en ocasiones también te crea muchos que ni siquiera existen, el miedo es un mal compañero, el miedo es mal consejero, el miedo es esto que tenemos cada uno a nuestra manera de no seguir teniéndolo, el miedo a la multa, el miedo a la Guardia Civil, el miedo a que no me quiera, el miedo a no querer a nadie, el miedo a no volver a casa, el miedo a caer de espaldas, el miedo a la prosa lírica, el miedo a la conceptualización de todo, el miedo a la anáfora o a la sinestesia, cualquier miedo que tengas termina por no salirte a cuenta, por más que lo llames prudencia o Prudencio pero el caso es que el miedo nos mueve y es muy dificil dejarlo quieto, dejar el miedo dormido, y simplemente seguir, seguir y poner en desorden los pensamientos, escribir ayuda, eso está claro. Es un hecho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario