jueves, 28 de junio de 2018
poner en desorden los pensamientos
escribir ayuda no sé a qué pero ayuda y por eso lo hacen o lo recomiendan, para poner en orden los pensamientos y sacarlos fuera, verlos en el papel como un pescado que aún colea en cubierta y quitarles las espinas, entender las espinas, entenderlo todo simplemente tecleando, dejando una frase detrás de otra, sin mucho más que eso, la sucesión de ideas, los eslabones de lo que por dentro te pesa o la explosión de lo que sientes y ya está, me siento así, lo escribo y lo entiendo, de algún modo, lo entiendo, escribir ayuda pero quizá no de forma inmediata, escribir ayuda pero puede que a terceros, ayuda pero poco, es un orden futil y leve, son ordenes poco claros, poner en orden los pensamientos o justo lo contrario, que se pongan ellos donde quieran, en primer plano o al fondo, en el gallinero, montando escándalo y que se cambien o se muevan a su aire o no vuelvan nunca o estén siempre ahí o se hagan sombras bajo una luz o con otra, sombras chinescas de los pensamientos tras quitártelos de encima y que sean como son, crudos y atravesados y que en el negro sobre blanco con o sin oscuridades se asoman con claridad, en pos de eso, la claridez, que es la lucidez que da la claridad, en mi caso si es que algún día llegase una u otra, o viniesen juntas y quieran cama doble o justo lo contrario, poner en desorden los pensamientos, dejarlos que se peleen entre ellos y que discutan y suban la voz, que se joda todo, la fatalidad y la rienda suelta o sin riendas, el caballo loco, sacar cada uno su caballo loco y tirarle de las crines, no atender a detalles, ir en tromba, quererlo todo, no aspirar a nada, no somos los mismos por más que queramos, no se puede desaprender por más que queramos, si te han metido al puto dios pues ahí lo llevas y de la mano del demonio, si has criado cuervos ya estás medio tuerto, si esperas cualquier cosa, si buscas respuestas es que estás jodido, si esperas cambios, si esperas la llamada, si quieres que cambie todo de un día para otro, esas cosas no pasan, pasan peores, es todo peor, se hace todo insoportable y tedioso, te sientes como una mierda, a nivel íntimo pero también en el plano comparativo, es todo largo y jodido, no apetece explicar pero apetece explayarse, va de eso, recordé no hace mucho que en una época dejé de beber y de salir, no recuerdo el motivo pero simplemente levanté el pie del acelerador de la fiesta, había días duros que se coronaban con una cerveza, o si estaba con el corazón roto, pues cerveza o si tenía ganas de parranda a secas, pues no, no era a secas, era parranda húmeda, era parranda todo mojada, era parrandeo nivel las Grecas de me olvido de mi nombre y casi que diría que al día siguiente estaba nuevo, pero no, estaba de segunda mano, estaba de trastero, estaba hecho mistos en lo físico pero el ánimo descollaba entre vómito y vómito, y en esa época de abstinencia, era todo lo contrario, todo era dolor, todo era jodienda, todo era ansía pero no había desfogue y no recuerdo bien los motivos pero tuve que ver con una multa, una multa gorda, una multa puta, muy multa puta, muy puta multa que hizo de orejas de lobo pero termino por ser una sepultura a mi ánimo siempre jovial por naturaleza y despreocupado por vocación, y uno se acaba dedicando a lo quiere y hay veces que quieres dedicarte a tu soledad, no es mala pero tiene sus puntas, hay que estar atento, hay que escribir a tus colegas de vez en cuando, escribir a tus colegas ayuda aunque no sé a qué, a salir de vez en cuando de cervezas aunque sea al mediodía para los que tienen las noches comprometidas en pareja, escribir ayuda no sé a qué y no sé a quién y desde luego no ayuda tanto como leer, pero eso es otro asunto, escribir está bien, a mí simplemente me gusta y por eso intento hacerlo, como otras tantas cosas, preguntarme por qué me gustan las cosas que me gustan no me gusta, me gusta simplemente hacerlas, sin más, hacerse preguntas ayuda pero no sé cuánto, a veces es mejor no interrogarse, con lo de las putas multas le pillé miedo a conducir si salía y bebía, bendito miedo, pero claro el miedo es siempre miedo, el miedo es siempre malo, aunque te libre de problemas en ocasiones también te crea muchos que ni siquiera existen, el miedo es un mal compañero, el miedo es mal consejero, el miedo es esto que tenemos cada uno a nuestra manera de no seguir teniéndolo, el miedo a la multa, el miedo a la Guardia Civil, el miedo a que no me quiera, el miedo a no querer a nadie, el miedo a no volver a casa, el miedo a caer de espaldas, el miedo a la prosa lírica, el miedo a la conceptualización de todo, el miedo a la anáfora o a la sinestesia, cualquier miedo que tengas termina por no salirte a cuenta, por más que lo llames prudencia o Prudencio pero el caso es que el miedo nos mueve y es muy dificil dejarlo quieto, dejar el miedo dormido, y simplemente seguir, seguir y poner en desorden los pensamientos, escribir ayuda, eso está claro. Es un hecho.
martes, 26 de junio de 2018
martes, 19 de junio de 2018
Quégira
¿Fin de gira? Pero qué gira... me decía un colega. Pues ya. Gira gira tampoco. Desde que salió el disco hemos dado 25 conciertos que no es mucho en casi año y medio pero para nosotros ha sido muy importante ese proceso. Ha cambiado la formación y estamos muy contentos con el sonido actual y por eso celebramos este disco en directo y lo despedimos entre comillas porque vamos a seguir tocando y eso, pero es como un final que llegará con la cifra redonda de 30 conciertos. Para grabar el siguiente. Por eso lo del fin de gira. Pero que no es gira tampoco. Por llamarlo de alguna manera. Y el míercoles sonaremos lo más parecido a como suena y el jueves lo tocaremos igual pero en acústico, con la misma formación. Los dos son gratis. El miércoles empezaremos cuando acabe el fútbol.Y gira, gira tampoco pero el disco estamos contentos con él con cómo ha ido y tiene sus cosas, pero bien. Y eso, que doblete y doblete doblete que os vengáis que es verano y que se puede beber entresemana porque hace calor, o sea que bien.
Y que va por ti, Caneli
Loviuuu
Y que va por ti, Caneli
Loviuuu
lunes, 18 de junio de 2018
miércoles, 13 de junio de 2018
sábado, 9 de junio de 2018
Ha matado al mirlo
El negris mató a un mirlo. Anteayer. O antes no sé. He perdido la cuenta. Había muchas plumas negras volando en círculo por el viento. Y negris que es como llamábamos al mellizo que sobrevivió, el otro apareció en el cubo de la basura y nos dió cargo de conciencia no alimentarlo, a decir verdad fue a ella que vino llorando y ya el otro pasó a ser "de aquí" porque le ponía de comer en la puerta, pese a mis múltiples advertencias de lo problemática que sería esa estrategia, y que lo sigue siendo, y bueno.... Pues el negris y sus cosas... Un mirlo que vivia en el seto y nos alegraba con su canto y sus aleteos, pues nada, fiambre.
Perdón por la crudeza de las fotos pero solo las comparto aquí en el blog.
Hay espacio para la muerte y es porque os metéis por vuestra cuenta y riesgo.
Pues calla que cuando voy con el recogedor, después de haberle hecho esas dos fotos de ahí arriba, pues va y empieza a moverse. ¡Estaba vivo! ¡Qué salto pegué! Joder. El mirlo moribundo. Ahora qué hago. No estaba el pobre del todo cadaver. Joder, qué buen susto. Como en las películas de miedo. Que el malo no está muerto del todo, y hace un aspaviento cuando no lo esperas, pues de ese palo. Un sustibiris muy tontis. Y el pobre aleteaba y aleteaba torpemente y con cero esperanza y se iba bocabajo, o picoabajo y se daba otra vuelta pero nada. Hacía la croqueta. Picoarriba y picoabajo pero hecho mistos. Era un desastre. Se me ocurrió mojarlo un poco. No sé. Con algún pájaro agonizante que encontré, funcionó. Como que le espabiló. Encontrarme pájaros a punto de morir es de lo que más grima me puede dar en el mundo. Y bueno, pues con el mirlo, no tenía agua a mano y le eché un poco e cerveza a ver si el alcohol le curaba la herida que sangraba... Pero no había manera. El pobre estaba muy regular. Conseguí ponerlo en la tierra y que se quedase medio estable para que se fuera apagando con el mayor sosiego posible. Hablando de sosiegos, yo me iba a ensayar y todo el pastel pero lo encontré al ir a salir por la puerta. Con el habitual retraso mío de todo, y de tiempo muy especialmente. Que iba tarde, vaya como siempre. Como a todo. O como a casi todo. Y que flipé, claro. Mal ratillo serio. El encontrarlo y los estertores.
Toda la escena la observaba desde la distancia el pequeño asesino Negris. Cabe añadir que después de medio aposentarlo en el arriate, pues cuando volví a casa, estaba en el mismo sitio. En la puerta. O sea, lo volvió a zarandear o vete a saber. Pero cuando me fui, volvió a por su trofeo el pequeño asesino Negris. Que se llama así porque es negro como el tizón y peludo. Ahora mas espeluchado. Le llamabamos Negrita porque pensábamos que era hembra. Y luego le descubrimos unos buenos huevotes gordos. Y se quedo con ese nombre: Negris. Que siempre ha sido un gatito conflictivo. Lo fue, sobre todo, cuando ella trajo a la suya doméstica a vivir a la casa. Una decisión cuestionable, como mínimo. Teniendo otros. Que están en la calle y a veces, entran. Meter otra. Que no sale. Que se asusta. Que estaba bastante claro antes de hacerlo que saldría mal. Eso era una constante en la relación. Las malas decisiones motivadas desde el ámbito personal de uno de los cónyuges. O dicho de otro modo: Lo que se le ponía en el coño y no había forma de decir no, aunque fuera una locura. O una mala decisión. O una jodienda para el propio animalito. Una decisión muy al límite sin duda. Pero oye, no me quedó otra. Ya. Culpa mía. Pero... Si te pide a su gatita... Si quiere a su gatita.... Quiero a mi gatita.... Quiero a mi gatita.... Gatita.... Gatita, gatita, gatita.... Qué coño haces. Puedes resistir unas semanas.Cambiar de tema. Dejar que se le pase.... Quién sabe. Se le puede pasar. Por el camino del sentido común, muy lejos no vas a llegar. Lo intenté. Pero no. Puedes decirle que será un caos. Puedes argumentarlo. Intentarlo si te deja hablar. Puedes pero no va a funcionar. Puedes abogar por la salud del propio bicho que es lo suyo y lo mal que llevan los felinos en general los cambios de habitat y tal. Que en la casa de los padres pues siempre hay alguien. Que va a tener más compañia. Pero no. Si quiere, quiere... Si quería, quería... Gatita, gatita, gatita... Negarse no era opción. Volvería a ello. Volvió a ello. La trajo y se la llevó, claro. Lo que pasó. Pasó lo que tenía que pasar, que es una frase muy de abuela que me flipa pero es que, claro. Con esas mimbres.... Tia, pobre tu gatita.
No era el sitio. No era una buena idea. No había opción de no aceptarlo. No era sitio para su gata. Tampoco para Negris. Al que no debía de haber acostumbrado a comer en la puerta. Las peleas han sido muy jodidas por el territorio. Se hacen daño. Se hacen sangre. Los celos no son poca cosa. Se atacan. Aparte, abres la puerta y se cuela. Está acechando. Es una sombra enana. Es una jodienda. De lo que más me ha jodido de volver a casa. Me recuerda, claro que me recuerda. Tiene peor el pelo. Etá hecho un desastre y por otro lado me da pena. Es una puta mierda por ser del todo sincero. Una puta mierda. Supongo que a mi Caneli le pasa lo mismo... Pasó lo que tenía que pasar. Pasa lo que tiene que pasar. Esta es la casa de Canelita... Y claro. Diría que es más suya que mía. Aquí ya tenía yo a esos dos bigotudos maullando por albondiguillas e intentando que no peleasen entre ellos. Y si veía a alguno más hambriento pues le ponía en otra esquina. Traer otro más al ring era liarla. Y encima, dentro. Ella le compraba otro tipo de comida. Casi nada. Y se la quitaban, claro. Eran más listos. Y la otra pues se quedaba jodida y en una esquina. O gruñendo. O les atacaba. O escondida. Varias veces pensamos que se había escapado. Numerito que no veas. Y peleas, claro. Qué forma de complicarse la vida. Qué tonterias la verdad, visto ahora con un poco de tiempo pasado. Pero es que era así todo. Era así todo. Y yo qué tonto.... Qué tonto.... Y claro mi Canelita, jodido. Mi Caneli que es dulce, que le gusta el humo de lo que fumo y es suuuuuper tranquilo pues cuando la otra le enseñaba los colmillos se quedaba entre contrariado y sorprendido. Que es un gato que sonríe. Que es un gato que se deja tocar por todo el mundo. Su gata atacaba. Sin motivo. Ella jugaba a joderla. Quizá eso sea un motivo. La gente que juega a joder a sus mascotas aunque digan, es que es un juego, es como, ok, pero la estás jodiendo. Esas mierdas dicen mucho. A migato nunca le doy por culo. Le acaricio.Le mimo. Por eso me quiere. Canelita era un gato feliz. Ahora lo vuelve a ser. Yo era un dueño feliz. Y ahora vuelvo a serlo, si se me puede llamar dueño porque creo que el dueño es él de mí. Y Canelita era super guapo. Pues se le cambió la cara. Que es famoso, que lo debéis conocer del blog de un monton de fotos y de la portada del último disco pues vivía muy contrariado en general. Como yo. Con el negro y con la blanca. Su estupor era el mío, no creáis. Al final, el pobre mirlo no tenía culpa de nada. Y es el que ya no está con nosotros. Estas cosas ocurren. Caen los más inocentes.
Un minuto de silencio por el mirlo.
PD: tiene tela de carácter simbólico todo, por añadir algo más, en estas semanas, una pulsera de tela que me puso se desintegró literalmente, las flores y plantas que me regaló se secaron cuando llegué y el mirlo ha sido como el gran final, con el asesino Negris que me viene recordando toda la cantinela esta que os cuento
Perdón por la crudeza de las fotos pero solo las comparto aquí en el blog.
Hay espacio para la muerte y es porque os metéis por vuestra cuenta y riesgo.
Pues calla que cuando voy con el recogedor, después de haberle hecho esas dos fotos de ahí arriba, pues va y empieza a moverse. ¡Estaba vivo! ¡Qué salto pegué! Joder. El mirlo moribundo. Ahora qué hago. No estaba el pobre del todo cadaver. Joder, qué buen susto. Como en las películas de miedo. Que el malo no está muerto del todo, y hace un aspaviento cuando no lo esperas, pues de ese palo. Un sustibiris muy tontis. Y el pobre aleteaba y aleteaba torpemente y con cero esperanza y se iba bocabajo, o picoabajo y se daba otra vuelta pero nada. Hacía la croqueta. Picoarriba y picoabajo pero hecho mistos. Era un desastre. Se me ocurrió mojarlo un poco. No sé. Con algún pájaro agonizante que encontré, funcionó. Como que le espabiló. Encontrarme pájaros a punto de morir es de lo que más grima me puede dar en el mundo. Y bueno, pues con el mirlo, no tenía agua a mano y le eché un poco e cerveza a ver si el alcohol le curaba la herida que sangraba... Pero no había manera. El pobre estaba muy regular. Conseguí ponerlo en la tierra y que se quedase medio estable para que se fuera apagando con el mayor sosiego posible. Hablando de sosiegos, yo me iba a ensayar y todo el pastel pero lo encontré al ir a salir por la puerta. Con el habitual retraso mío de todo, y de tiempo muy especialmente. Que iba tarde, vaya como siempre. Como a todo. O como a casi todo. Y que flipé, claro. Mal ratillo serio. El encontrarlo y los estertores.
Toda la escena la observaba desde la distancia el pequeño asesino Negris. Cabe añadir que después de medio aposentarlo en el arriate, pues cuando volví a casa, estaba en el mismo sitio. En la puerta. O sea, lo volvió a zarandear o vete a saber. Pero cuando me fui, volvió a por su trofeo el pequeño asesino Negris. Que se llama así porque es negro como el tizón y peludo. Ahora mas espeluchado. Le llamabamos Negrita porque pensábamos que era hembra. Y luego le descubrimos unos buenos huevotes gordos. Y se quedo con ese nombre: Negris. Que siempre ha sido un gatito conflictivo. Lo fue, sobre todo, cuando ella trajo a la suya doméstica a vivir a la casa. Una decisión cuestionable, como mínimo. Teniendo otros. Que están en la calle y a veces, entran. Meter otra. Que no sale. Que se asusta. Que estaba bastante claro antes de hacerlo que saldría mal. Eso era una constante en la relación. Las malas decisiones motivadas desde el ámbito personal de uno de los cónyuges. O dicho de otro modo: Lo que se le ponía en el coño y no había forma de decir no, aunque fuera una locura. O una mala decisión. O una jodienda para el propio animalito. Una decisión muy al límite sin duda. Pero oye, no me quedó otra. Ya. Culpa mía. Pero... Si te pide a su gatita... Si quiere a su gatita.... Quiero a mi gatita.... Quiero a mi gatita.... Gatita.... Gatita, gatita, gatita.... Qué coño haces. Puedes resistir unas semanas.Cambiar de tema. Dejar que se le pase.... Quién sabe. Se le puede pasar. Por el camino del sentido común, muy lejos no vas a llegar. Lo intenté. Pero no. Puedes decirle que será un caos. Puedes argumentarlo. Intentarlo si te deja hablar. Puedes pero no va a funcionar. Puedes abogar por la salud del propio bicho que es lo suyo y lo mal que llevan los felinos en general los cambios de habitat y tal. Que en la casa de los padres pues siempre hay alguien. Que va a tener más compañia. Pero no. Si quiere, quiere... Si quería, quería... Gatita, gatita, gatita... Negarse no era opción. Volvería a ello. Volvió a ello. La trajo y se la llevó, claro. Lo que pasó. Pasó lo que tenía que pasar, que es una frase muy de abuela que me flipa pero es que, claro. Con esas mimbres.... Tia, pobre tu gatita.
No era el sitio. No era una buena idea. No había opción de no aceptarlo. No era sitio para su gata. Tampoco para Negris. Al que no debía de haber acostumbrado a comer en la puerta. Las peleas han sido muy jodidas por el territorio. Se hacen daño. Se hacen sangre. Los celos no son poca cosa. Se atacan. Aparte, abres la puerta y se cuela. Está acechando. Es una sombra enana. Es una jodienda. De lo que más me ha jodido de volver a casa. Me recuerda, claro que me recuerda. Tiene peor el pelo. Etá hecho un desastre y por otro lado me da pena. Es una puta mierda por ser del todo sincero. Una puta mierda. Supongo que a mi Caneli le pasa lo mismo... Pasó lo que tenía que pasar. Pasa lo que tiene que pasar. Esta es la casa de Canelita... Y claro. Diría que es más suya que mía. Aquí ya tenía yo a esos dos bigotudos maullando por albondiguillas e intentando que no peleasen entre ellos. Y si veía a alguno más hambriento pues le ponía en otra esquina. Traer otro más al ring era liarla. Y encima, dentro. Ella le compraba otro tipo de comida. Casi nada. Y se la quitaban, claro. Eran más listos. Y la otra pues se quedaba jodida y en una esquina. O gruñendo. O les atacaba. O escondida. Varias veces pensamos que se había escapado. Numerito que no veas. Y peleas, claro. Qué forma de complicarse la vida. Qué tonterias la verdad, visto ahora con un poco de tiempo pasado. Pero es que era así todo. Era así todo. Y yo qué tonto.... Qué tonto.... Y claro mi Canelita, jodido. Mi Caneli que es dulce, que le gusta el humo de lo que fumo y es suuuuuper tranquilo pues cuando la otra le enseñaba los colmillos se quedaba entre contrariado y sorprendido. Que es un gato que sonríe. Que es un gato que se deja tocar por todo el mundo. Su gata atacaba. Sin motivo. Ella jugaba a joderla. Quizá eso sea un motivo. La gente que juega a joder a sus mascotas aunque digan, es que es un juego, es como, ok, pero la estás jodiendo. Esas mierdas dicen mucho. A migato nunca le doy por culo. Le acaricio.Le mimo. Por eso me quiere. Canelita era un gato feliz. Ahora lo vuelve a ser. Yo era un dueño feliz. Y ahora vuelvo a serlo, si se me puede llamar dueño porque creo que el dueño es él de mí. Y Canelita era super guapo. Pues se le cambió la cara. Que es famoso, que lo debéis conocer del blog de un monton de fotos y de la portada del último disco pues vivía muy contrariado en general. Como yo. Con el negro y con la blanca. Su estupor era el mío, no creáis. Al final, el pobre mirlo no tenía culpa de nada. Y es el que ya no está con nosotros. Estas cosas ocurren. Caen los más inocentes.
Un minuto de silencio por el mirlo.
PD: tiene tela de carácter simbólico todo, por añadir algo más, en estas semanas, una pulsera de tela que me puso se desintegró literalmente, las flores y plantas que me regaló se secaron cuando llegué y el mirlo ha sido como el gran final, con el asesino Negris que me viene recordando toda la cantinela esta que os cuento
viernes, 8 de junio de 2018
miércoles, 6 de junio de 2018
martes, 5 de junio de 2018
lunes, 4 de junio de 2018
No te creas tan insignificante
No eres tan poco importante como te crees. Es más, estamos en disposición de asegurar que no eres como te crees. Creas lo que creas. Seas como seas. Crees lo que crees. Sobre todo si creas. Sea como sea, creamos por un camino y creemos otros, y vamos siendo otro, el nuestro. Que se cruzan a veces o parece que acaban, y senderos o son veredas estrechas o ni eso, escisiones de pasos que se apagaron o se hacen más grandes y no acaban o hay muchos con intersecciones pero que son distintas vías. La vía del creer o del crear en modo reflexivo puede volverse un estrecho desfiladero muy peligroso o escarpado de más según arrecie el viento, la alergia o el desánimo en general. El camino de uno mismo cuando se pierde o se hace poco transitable. Y puede pasar lo contrario. Un valle que no llora. Parece todo reducido a paisajes. Son vagos medidores de lo que realmente pasa. Lo que pasa fuera de uno. El primer paso del camino está dentro de uno. Ser o no ser o creerse o no, es como el segundo peldaño hamletiano, lo soy o no lo soy y me lo creo. Me creo o no me creo lo que soy, o lo que creo ser. O lo que creo, de crear, y no lo remato. Ser o no ser o dejar a medias todo lo que no llega a ser. El fantasma de la autoestima en forma de padre que nos visita a leernos la cartilla de lo que deberíamos ser como super yo. O de lo que fuimos o lo que quisimos ser. Lo que queríamos que fuera. Que nunca es. Nunca es lo que se quería. Mejor no querer o no ser lo que quisimos. Ser lo que queremos, que es difícil pero no imposible. no sé bien cómo. No tengo todas las respuestas- Estoy airado. Jodido pero bien. Me quema todo. Lo disimulo como puedo. Pero es todo una mierda o a mi me lo parece. Ser o no una mierda, esa es la cuestión. Un camino de mierda. Un sendero de mierda. Una vida de mierda. Una relación de mierda. Un amor de mierda. Una casa de mierda. Un grupo de mierda. Un blog de mierda. Etc La mierda que somos o que quisieron que fuéramos. La mierda en la que se convirtió todo. En este ámbito y en castellano las conjugaciones son reveladoras de cómo se zurze el pasado en términos de vocabulario para expresar esa lejana posibilidad. Quisieron que fuéramos y no fuimos. No es tan importante. Ese no. Todos los noes. No eres tan importante. Claro que no. Y me lo dijiste. Repetidas veces. No eres importante. Lo es que me lo dijeras. Es lo que piensas. Todo lo demás pasa. Es nada. Es poco. Somos polvo. Estamos de acuerdo. No importamos una mierda. Ni nuestra vida de mierda, ni nuestro grupo de mierda.... Ni nuestro blog de mierda. Sobre todo eso. Quién te crees, eso me soltaste. Te crees tan importante para tener un blog, me dices. Pues no. No. Claro que no. Cero de importancia. Que se nota también que no lo es, eh. Ni falta que hace. Son ciclos. Son momentos. Son situaciones. Son ecos. Son recuerdos. Son palabras feas que no se olvidan. Son pensamientos recurrentes. Son discusiones que duelen. Hay temporadas también. Son rachas. Son etapas. Hay meses que no somos polvo por más que nos lo proponemos y otras, justo al contrario. Cómo tomar una referencia en ese escenario tan cambiante. No hacíéndolo. Todos los noes. Buena respuesta. Cero reacción. No hagas nada. No bloquees. No quites. No muevas ficha. No mires. Estamos seguros que es mejor no hacerlo. No darle una categoría a lo que pasa, una revisión de objetivos, un balance. Son referencias temporales. Son De lo importante conseguido y de lo que no. Cómo se mide eso.... Hay estadísticas de todo. Minutos perdidos en dudas sobre si realmente sí o realmente no. Realmente sin saber ni qué. Sin un qué que sea lo importante. Una vez pasas fases pues la importancia se diluye. Y quién dice fases, dice cursos, años, contratos, trabajos, sustituciones, desengaños, viajes de regreso, solo idas, solo idas de olla... Las cosas que pasan y las que por fortuna no llegan a pasar, pero las tememos todo el tiempo como siniestra posibilidad. Ese miedo de hormiga a ser pisada por el fatos. A todos les importas más de lo que crees. Todo importa. Todo suma. Todos te quieren. Te quiere gente de la que ni te acuerdas. Hay amor sin nombre vagando por el aire. No es que personalmente sea positivo. Todo lo veo triste y mal. Pienso que todo va a ir mal. Tarde o temprano, mal. Siempre pasa. Mal o peor. Equivocarme es siempre una alegría. Ser pesimista en el fondo da muchas más alegrias a la larga y al corto plazo también.
Te crees muy importante para escribir esas tonterías en el blog, me dijo.
Quién te crees. Me dolió. ¿Qué me creo? ¿Que me creas? ¿Qué creas?
Ni idea de nada, joder, y una fuerte punzada al centro de la diana de mi coranzocito pisoteado. Después de este tiempo con ella, no sé ni quien soy y no sé qué debería haber dicho. No me queda nada o casi nada del que era antes de conocerla. Pienso en eso a veces. Últimamente lo pienso. Así de pequeño. Así de empequeñecido. Así de mínimo. Así de comido y reducido. No dije nada yo cuando me lo solté pero es que a veces te quedas mudo y es solo ese silencio apocado lo que te viene a la mente. La respuesta viene pero al tiempo. Da coraje. Jode. Jode mogollón. No estar rápido cuando te dan un pellizco en tu autoestima. En el momento, te paras y las palabras se quedan atravesadas en la boca del estomago. Se retuercen en un nudo. Dos no dejan de pelearse si uno no quiere. No quería. No quería que pasara. No quería que no nos quisiéramos. En todos estos juegos de palabras veo letras súper jugosas. Tengo que componer canciones a todo ocho duros. Y no tengo ni una mierda. Me jodió lo del blog. Encima que ni lo lees, a ver. Que no es que tengas que leerlo ni nada. No lo leería ni yo, creo. No lo se. Bueno nunca he tenido una novia con blog ahora que lo pienso. Que le dije que se hiciera uno. Anda que yo. Seguro que lo leeria. Lo leo fijo. Si tengo novia con blog, lo leo. Joder, seguro. Si la quiero y eso.... Si la quiero y no es demasiado coñazo.... No sé... Quizá no. Pero creo que definitivamente, sí. Ella debería haber hecho uno. Mi anterior ex se lo hizo. Y un twitter. Eso le dije yo. Hazte un blog. A mí no me lo cuentes. Cuéntalo en un blog, solté. Vaya cabecita. Anda que.... Ya me vale, en serio. Tantas veces cagándola y uno sigue creyendo. Qué tonto, ¿no? Lo mismo esta es la buena. Maldito iluso. Siempre pasa lo mismo. Siempre se jode por lo mismo. Siempre gana el malo. El egoismo. El egoismo malo. Ademas me gustan esas. me gustan las malas y las egoistas. Las malas guapas. Las malas resultonas. Me gustan las que tienen cara de mala. Me gustan las que contestan mal y con gracia. Siempre cansa lo mismo. Siempre se gasta lo mismo. Se acaba la gracia. La maldad crece. La maldad vuela. La maldad crece y crece... La maldad gana la guerra. Siempre acabo rendido. Perdiendo y rindiéndome. Capitulando por el bien de ambos. Huyendo de la lucha a campo abierto. Siempre dudo si amo. Siempre dudo mucho si amo mucho.... Soy insoportable en eso. En los muchos. Malos o buenos, muchos muchos. Siempre arrepentido si soy yo el que se ha ido.... Me fui. Bien por mí. Con un par. En fin. Letras. Letras everywhere. Algo es algo, majetones. Que es dolor pero oye, que si se canta pues mira. Le importa a la gente el dolor que se canta. A ver cómo me lo encuentro. Están muy claras y recientes las señales de los disparos. Hizo diana con alguno. Mil puntos. Bien por ella. Bien por ella y sus maniobras de dolor. Mejor para mí, para apretar los dientes. Para no dudar. Para no sentir que me equivoqué. Para no extrañarla. Para no hacerme daño yo solo con la memoria. Para seguir luchando. Hay que luchar, amigos. En general pero en el amor sobre todo. Y si alguien te dice, te crees muy importante pues le dices: Lo soy. Lo soy y para tí lo seré siempre pero ya no más. Adeu prenda. Y media vuelta. Ni media con el creer. Con el que te crees. Que me creo de qué. Qué me tengo que creer. A quién tengo que creer, a mis gónadas, a mi cerebro, a mi piel, a la tuya... ¿A tus puyas? Qué tengo que creer. En San Valentín, en el santo Job en el Cristo del Paño o el de los Favores.... ¿En Buda? Me lo tengo que tomar como una promesa. El amor como una promesa. Como un acto de fe. Como un rezo. Con fe. Esa es la jodienda. Es como un dios. Con fe necesariamente. En este caso, como una Diosa. Mil veces te lo dije. mil veces te lo llamé. Lo sigo pensando. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Y mil veces más odiosa. Aún así, diosa siempre. Fe ciega. Adoración siempre. Amor incondicional. La única forma en la que puedo entenderlo, amor incondicional. Y siempre te lo dije. Siempre. Siempre es siempre. Veneración. Adoración. Locura. Te quiero pero no te soporto, me dijiste tú. Otra andanada de las buenas. Vaya plan. Nunca me plantee cuánto podía soportar. Quizá fallo mío. Quizá fue mucho.Pudo ser más, no hay duda. Pero bueno. Es lo que uno busca. Lo que queríamos que fuera. Lo que aposté a tope. Lo que acaba siendo. Me fui. Sí, yo. Mi decisión. Contigo. Para tí. Me fui. Sin pensar en nada más. Sí porque o es sí, o es no. No hay más. Me lo merezco. Culpa mía. Lo acepto todo. Me fui. Igual que de ida, de vuelta. No pasa nada. me fui. Quería todo. Lo intenté todo. La beligerancia. La sumisión tontita y tal. La misma exigencia. Las mejores recetas. Los viajes a ningún sitio. En fin, por lo mismo de siempre. Creer en algo. Creer en alguien. Esa absurda necesidad de creer. Que acabe ya, joder. Esa necesidad de creer que mantiene tanta mierda de injusticia en el mundo. Mucho más socorrido el descreimiento de todo. Ir de vuelta. Pasar de todo. Y de todas. No implicarse. No tener fe. Hacer playback al rezar. No sentirlo de verdad. Se hace pesado. Es cierto. Es cansino no creer. Es atareado desconfiar. Es una pesadez. Esto también o sea que no pongamos a puntualizar pesadeces. Pasa a veces. Que no. Que no te lo crees. Que no te lo quieres creer. Que es como la sensación de cámara oculta. En serio esta tia y yo estamos así de subidos y es todo pasión y alegria, pues si. Y luego ya no. En eso creo que hay que ser muy riguroso. Muy rigurosisimo. En el ya y sobre todo en el no. Si es no, es no. Que sí. Que a veces sí. Que una vez fue que sí. Que sí. Que ya. Pero no. Es no. Es no la mayor parte del tiempo. Es no cuando saca el arsenal. Es no cuando las ráfagas te alcazan. Es un no intimo. Es un no secreto. Es un no para los tuyos. Es un no al respeto. Es un no a lo que eres. Es un no a lo que quieres ser. Es un no a tu puto pene. Es un no a tu corazón. Es un no a tu pancreas, a tu hígado y a tus futuras úlceras. Es un completo y duro. Un no mejor. Que es un titulo que tengo ya para uno de los temas que tenemos preparados. Es un mojón. Pero bueno. Es uno. Un no mejor. Mejor uno que nada.
Tampoco somos tan importantes pero para mucha gente lo eres más de lo que crees, y más de lo que creas, y lo eres aunque no lo sepas. Eres importante lo sepa o no nadie. Es importante ser importante y saberlo. Es importante amar sin ambages. Es importante entregarse. Es importante mudarse por amor. Es importante buscarlo en el interior. Es importante no dejarse. Es importante poner lavadoras. Es importante si tienes tus ideas propias y para todo se te ocurre una teoría, un espacio propio que compartes con esos que te procesan afecto, y está bien. Es importante ser tú y solo tú. No te creas tan insignificante. A mí me pasa con mucha frecuencia que me las devuelven con algo que dije o que les conté y que, cuando fuera que tuviera o tuviese lugar la conversación, no me dijeron ni esto ni lo otro pero en otro componenda pues me dicen: Pues como dijiste aquella vez. Anda. Me viene de vuelta. Toma castaña. Qué bien te acuerdas para devolvérmela. Y esa cosa de devolverla. Qué tontería. Y lo ganar y perder.... Y lo de llamé yo.... Y lo de escribí y me arrastré.... Esas competiciones de silencio. Ese juego de no llamar. Ya hice una canción sobre eso. Y era sobre ella, claro. Al principio. No estaba bien ni entonces. Al caso. Que se quedan. Las cosas que dices, todo, las tonterías incluidas, que es como que lo dices sin estar convencido pero lo dices y alguien lo piensa, quizá no en el momento y puede que sea por eso por lo que no tienes respuesta inmediata, pero le dan una vuelta, lo maceran, lo rumian y te lo sueltan. Las cosas que dices se quedan. Se quedan. En el aire. Impregnación emocional de lo que escupiste. O en lo que escupiste. Un aliento de dragón. Un rastro de bilis. Un olor a azufre. Unas pisadas en nuestro ego. A mí me pasa mucho eso, que soy muy de soltarla y que me la suelten. Quid pro quo, imagino. Y suelto y me llegan unas mierdas de campeonato. Pero con deportividad. Sin dolor. Sin querer hacer daño. No me exime de hacerlo, claro. Lo hago. Soy consciente. Tonto pero no tanto. Me voy a echar el tercer café. No tienes que ser importante para escribir un blog. Quizá tienes que ser importante para que lo lean. Pero nada más. Da igual de lo que sea. Da igual lo que escribas. No se asienta en un principio de notoriedad, o no es eso para mí. Lo veo más un sitio para dudar. Para pensar en voz alta con el tecleo de los dudas. Para hacer camino con el primer paso que se da en el interior. Para ahondar en el interior. Para sacar teorías estrambóticas. Para todo eso. Para lloriquear a veces. Para el desahogo. Para lo que te salga de los putos cojones. Para escribir puto. Para echarle cojones. Para irse. Para contarlo. Para nada. Y qué.
No te creas tan insignificante. No lo eres.
Te crees muy importante para escribir esas tonterías en el blog, me dijo.
Quién te crees. Me dolió. ¿Qué me creo? ¿Que me creas? ¿Qué creas?
Ni idea de nada, joder, y una fuerte punzada al centro de la diana de mi coranzocito pisoteado. Después de este tiempo con ella, no sé ni quien soy y no sé qué debería haber dicho. No me queda nada o casi nada del que era antes de conocerla. Pienso en eso a veces. Últimamente lo pienso. Así de pequeño. Así de empequeñecido. Así de mínimo. Así de comido y reducido. No dije nada yo cuando me lo solté pero es que a veces te quedas mudo y es solo ese silencio apocado lo que te viene a la mente. La respuesta viene pero al tiempo. Da coraje. Jode. Jode mogollón. No estar rápido cuando te dan un pellizco en tu autoestima. En el momento, te paras y las palabras se quedan atravesadas en la boca del estomago. Se retuercen en un nudo. Dos no dejan de pelearse si uno no quiere. No quería. No quería que pasara. No quería que no nos quisiéramos. En todos estos juegos de palabras veo letras súper jugosas. Tengo que componer canciones a todo ocho duros. Y no tengo ni una mierda. Me jodió lo del blog. Encima que ni lo lees, a ver. Que no es que tengas que leerlo ni nada. No lo leería ni yo, creo. No lo se. Bueno nunca he tenido una novia con blog ahora que lo pienso. Que le dije que se hiciera uno. Anda que yo. Seguro que lo leeria. Lo leo fijo. Si tengo novia con blog, lo leo. Joder, seguro. Si la quiero y eso.... Si la quiero y no es demasiado coñazo.... No sé... Quizá no. Pero creo que definitivamente, sí. Ella debería haber hecho uno. Mi anterior ex se lo hizo. Y un twitter. Eso le dije yo. Hazte un blog. A mí no me lo cuentes. Cuéntalo en un blog, solté. Vaya cabecita. Anda que.... Ya me vale, en serio. Tantas veces cagándola y uno sigue creyendo. Qué tonto, ¿no? Lo mismo esta es la buena. Maldito iluso. Siempre pasa lo mismo. Siempre se jode por lo mismo. Siempre gana el malo. El egoismo. El egoismo malo. Ademas me gustan esas. me gustan las malas y las egoistas. Las malas guapas. Las malas resultonas. Me gustan las que tienen cara de mala. Me gustan las que contestan mal y con gracia. Siempre cansa lo mismo. Siempre se gasta lo mismo. Se acaba la gracia. La maldad crece. La maldad vuela. La maldad crece y crece... La maldad gana la guerra. Siempre acabo rendido. Perdiendo y rindiéndome. Capitulando por el bien de ambos. Huyendo de la lucha a campo abierto. Siempre dudo si amo. Siempre dudo mucho si amo mucho.... Soy insoportable en eso. En los muchos. Malos o buenos, muchos muchos. Siempre arrepentido si soy yo el que se ha ido.... Me fui. Bien por mí. Con un par. En fin. Letras. Letras everywhere. Algo es algo, majetones. Que es dolor pero oye, que si se canta pues mira. Le importa a la gente el dolor que se canta. A ver cómo me lo encuentro. Están muy claras y recientes las señales de los disparos. Hizo diana con alguno. Mil puntos. Bien por ella. Bien por ella y sus maniobras de dolor. Mejor para mí, para apretar los dientes. Para no dudar. Para no sentir que me equivoqué. Para no extrañarla. Para no hacerme daño yo solo con la memoria. Para seguir luchando. Hay que luchar, amigos. En general pero en el amor sobre todo. Y si alguien te dice, te crees muy importante pues le dices: Lo soy. Lo soy y para tí lo seré siempre pero ya no más. Adeu prenda. Y media vuelta. Ni media con el creer. Con el que te crees. Que me creo de qué. Qué me tengo que creer. A quién tengo que creer, a mis gónadas, a mi cerebro, a mi piel, a la tuya... ¿A tus puyas? Qué tengo que creer. En San Valentín, en el santo Job en el Cristo del Paño o el de los Favores.... ¿En Buda? Me lo tengo que tomar como una promesa. El amor como una promesa. Como un acto de fe. Como un rezo. Con fe. Esa es la jodienda. Es como un dios. Con fe necesariamente. En este caso, como una Diosa. Mil veces te lo dije. mil veces te lo llamé. Lo sigo pensando. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Diosa. Y mil veces más odiosa. Aún así, diosa siempre. Fe ciega. Adoración siempre. Amor incondicional. La única forma en la que puedo entenderlo, amor incondicional. Y siempre te lo dije. Siempre. Siempre es siempre. Veneración. Adoración. Locura. Te quiero pero no te soporto, me dijiste tú. Otra andanada de las buenas. Vaya plan. Nunca me plantee cuánto podía soportar. Quizá fallo mío. Quizá fue mucho.Pudo ser más, no hay duda. Pero bueno. Es lo que uno busca. Lo que queríamos que fuera. Lo que aposté a tope. Lo que acaba siendo. Me fui. Sí, yo. Mi decisión. Contigo. Para tí. Me fui. Sin pensar en nada más. Sí porque o es sí, o es no. No hay más. Me lo merezco. Culpa mía. Lo acepto todo. Me fui. Igual que de ida, de vuelta. No pasa nada. me fui. Quería todo. Lo intenté todo. La beligerancia. La sumisión tontita y tal. La misma exigencia. Las mejores recetas. Los viajes a ningún sitio. En fin, por lo mismo de siempre. Creer en algo. Creer en alguien. Esa absurda necesidad de creer. Que acabe ya, joder. Esa necesidad de creer que mantiene tanta mierda de injusticia en el mundo. Mucho más socorrido el descreimiento de todo. Ir de vuelta. Pasar de todo. Y de todas. No implicarse. No tener fe. Hacer playback al rezar. No sentirlo de verdad. Se hace pesado. Es cierto. Es cansino no creer. Es atareado desconfiar. Es una pesadez. Esto también o sea que no pongamos a puntualizar pesadeces. Pasa a veces. Que no. Que no te lo crees. Que no te lo quieres creer. Que es como la sensación de cámara oculta. En serio esta tia y yo estamos así de subidos y es todo pasión y alegria, pues si. Y luego ya no. En eso creo que hay que ser muy riguroso. Muy rigurosisimo. En el ya y sobre todo en el no. Si es no, es no. Que sí. Que a veces sí. Que una vez fue que sí. Que sí. Que ya. Pero no. Es no. Es no la mayor parte del tiempo. Es no cuando saca el arsenal. Es no cuando las ráfagas te alcazan. Es un no intimo. Es un no secreto. Es un no para los tuyos. Es un no al respeto. Es un no a lo que eres. Es un no a lo que quieres ser. Es un no a tu puto pene. Es un no a tu corazón. Es un no a tu pancreas, a tu hígado y a tus futuras úlceras. Es un completo y duro. Un no mejor. Que es un titulo que tengo ya para uno de los temas que tenemos preparados. Es un mojón. Pero bueno. Es uno. Un no mejor. Mejor uno que nada.
Tampoco somos tan importantes pero para mucha gente lo eres más de lo que crees, y más de lo que creas, y lo eres aunque no lo sepas. Eres importante lo sepa o no nadie. Es importante ser importante y saberlo. Es importante amar sin ambages. Es importante entregarse. Es importante mudarse por amor. Es importante buscarlo en el interior. Es importante no dejarse. Es importante poner lavadoras. Es importante si tienes tus ideas propias y para todo se te ocurre una teoría, un espacio propio que compartes con esos que te procesan afecto, y está bien. Es importante ser tú y solo tú. No te creas tan insignificante. A mí me pasa con mucha frecuencia que me las devuelven con algo que dije o que les conté y que, cuando fuera que tuviera o tuviese lugar la conversación, no me dijeron ni esto ni lo otro pero en otro componenda pues me dicen: Pues como dijiste aquella vez. Anda. Me viene de vuelta. Toma castaña. Qué bien te acuerdas para devolvérmela. Y esa cosa de devolverla. Qué tontería. Y lo ganar y perder.... Y lo de llamé yo.... Y lo de escribí y me arrastré.... Esas competiciones de silencio. Ese juego de no llamar. Ya hice una canción sobre eso. Y era sobre ella, claro. Al principio. No estaba bien ni entonces. Al caso. Que se quedan. Las cosas que dices, todo, las tonterías incluidas, que es como que lo dices sin estar convencido pero lo dices y alguien lo piensa, quizá no en el momento y puede que sea por eso por lo que no tienes respuesta inmediata, pero le dan una vuelta, lo maceran, lo rumian y te lo sueltan. Las cosas que dices se quedan. Se quedan. En el aire. Impregnación emocional de lo que escupiste. O en lo que escupiste. Un aliento de dragón. Un rastro de bilis. Un olor a azufre. Unas pisadas en nuestro ego. A mí me pasa mucho eso, que soy muy de soltarla y que me la suelten. Quid pro quo, imagino. Y suelto y me llegan unas mierdas de campeonato. Pero con deportividad. Sin dolor. Sin querer hacer daño. No me exime de hacerlo, claro. Lo hago. Soy consciente. Tonto pero no tanto. Me voy a echar el tercer café. No tienes que ser importante para escribir un blog. Quizá tienes que ser importante para que lo lean. Pero nada más. Da igual de lo que sea. Da igual lo que escribas. No se asienta en un principio de notoriedad, o no es eso para mí. Lo veo más un sitio para dudar. Para pensar en voz alta con el tecleo de los dudas. Para hacer camino con el primer paso que se da en el interior. Para ahondar en el interior. Para sacar teorías estrambóticas. Para todo eso. Para lloriquear a veces. Para el desahogo. Para lo que te salga de los putos cojones. Para escribir puto. Para echarle cojones. Para irse. Para contarlo. Para nada. Y qué.
No te creas tan insignificante. No lo eres.
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