domingo, 10 de enero de 2016

El duelo por los ídolos

No sé bien qué decir al respecto pero quiero dejar constancia de ello.
Facebook y sus tics y sus cositas que me dejan turulato, con el tema del día, que suele ser un obituario o un lanzamiento o una noticia, que concita la atención y los comentarios de todo el personal, pues eso, el tema del día era Bowie, que vamos, tampoco sorprende porque tiene disco nuevo y es como el primer gran lanzamiento del año y tal pero.... Lo chocante es cómo se conjugaban los verbos y el carácter de los sujetos... Porque era un diálogo de tú a tú. Gracias, Bowie. Bien, David. Como si le leyera y no uno, el típico que coge vuelo y se recrea ante la pregunta invisible de ¿Qué estás pensando? No. Un montón de gente, de todo tipo y condición, muchos, hasta diez o doce, no sé,  quizá quince contactos, a lo largo del día, muuuchas personas se han dirigido a David Bowie directamente con el vocativo en su cumpleaños que coincide con la fecha de salida de su último disco... No sé si me explico...Blackstar, se llama.

Feliz cumple, David y gracias por ese discazo.
Grande, maestro.


En ese plan. Diez. Doce. Quizá quince. Un exceso. Por el tono. Por escribir como si fuera a leerle. A sabiendas que no. Por expresarse así ante sus contactos de Facebook, ante tu cuñado... Se lo imaginan. Encontrarse a Bowie en el portal con tu cuñado y las sobrinillas correteando alrededor, pararle como el que intercepta a un vecino y darle la enhorabuena por seguir en la brecha. Muy bien, David. Eres leyenda. Maestro. Siempre a tope. El número uno, ¿a qué piso va?

Facebook es demencial y más aún tratar de comentar sus dinámicas pero.... Igual con la muerte de Lou Reed y ante sucesos luctuosos, pues uno se muerde la lengua ante el eco de calcadas plañideras que enlazan el PEcfect day de Youtube y se intenta, se intenta duramente, comprender que es posible, claro que sí y es hasta lógico, el duelo por los ídolos. Se comprende. Pero es ridículo por más que hayamos convivido con sus canciones, con sus discos o con sus listas de reproducción, que les hablemos como si fuera nuestro tío Paco o les diéramos el pésame como al marido de la del quinto piso, no tiene el menor sentido. Pero es una representación social y uno se corta, por eso del duelo y porque es absurdo cuestionar o criticar la emoción del otro pero en un lanzamiento discográfico de una multinacional, no hay que preservar el candor de la emoción ajena. Porque me acabo de despertar y hace diez minutos he leído en Daily Mirror: Ha muerto Bowie después de una batalla contra el cáncer.
http://www.dailymail.co.uk/tvshowbiz/article-3393470/David-Bowie-dies-18-month-battle-cancer.html?ito=social-twitter_MailOnline

Me cambia la atención sobre el nuevo disco del que apenas pinché el single de pasada. Me interesa nada un artista en ese nivel y con esa armada detrás. Es un tema de estatus. Un prejuicio estúpido, si quieren y puede que hasta esté de acuerdo, pero es como comprar cosas caras, escuchar artistas que son caros para sus jefes pues tampoco. La noticia es devastadora y pone Blackstar más black y más star de lo que nadie podría figurarse. Se entiende mejor todo. Y ganas. De escuchar. Los tiempos. Y eso hace el lanzamiento, que se notaba como precipitado, como algo alborotado o no sé, pues así, sabiendo esto, lo de la batalla y tal pues es muy comprensible que estuviera proyectado como un adiós, pero claro, la mano del capital es la que hace negro el río de ideas del creador y negro, pues eso, una estrella negra. Al final no compensa vender el alma al capital enfermo. Gana la enfermedad. Pero esto es mi mantra absurdo de no contribuir a la maquinaria enferma de venta en la que estamos insertos, como paquetes de patatas en el rizo helicoidal de una máquina expendedora, metidos en esa misma ruleta que da una vuelta y nos empueja cuando alguien mete una moneda. Se me ha ido un poco, de acuerdo, con la imagen. Pero el producto que somos. Iba yo a eso. Producto. Mercancia. Algo susceptible de ser comprado, vendido o alquilado. Lo que es cada uno. Por ahí iba o quería ir. Dejémoslo aquí.

Pasado o mínimamente pasado el shock parece ideal y siniestro el boom de promo, un TT mundial y aluvión de mensajes.... porque al ver el bombo de la salida del disco nuevo, uno pensó mal... Dinero. Deudas. Tiene hambre, anda con hambre el tito Deivi porque se ve que se ha dado prisa y se ha afanado en lanzarlo y tal, por no comentar la coincidencia con el cumpleaños que era ya como detalle de puesto de mercadillo, porque todos los años se cumple pero no, pero claro, pero claro, pero claro, si tenía ..... Fecha. En fin, la ignominia del mercado discográfica no es un tema que no es que lo vayamos a descubrir aquí precisamente, escandalizan a las hienas por su voraz y salvaje apetito, sobre todo si se trata de vísceras calientes. Pues nada, se estarán frotando las manos en la compañía y encargando más copias para que lleguen a las tiendas después del sepelio. Y todos comulgan. Todos lloran. Todos aplauden. Que respeto y ojo claro más que claro,clarísimo, que quede que, solo faltaría, respeto con todas mis fuerzas y los ojos cerrados el dolor que le produzca esta noticia a sus fans que son legión y porque, sin lugar a dudas, es un artista fundamental en la historía de la música alque , además, hay que reconocerle el valor y tesón de no haberse acomodado nunca, siempre al hilo de lo más innovador y superando los noventa con gran estilo, amí particulamente la época Berlín pues no y los ochenta pues tampoco, los inicios, por supuesto y Spider from Mars pues no me hacía pedazos, aunque esuché no hace mucho un concierto demoledor de esa gira en San Diego pero bueno, que tampoco la época glam me parece lo mejor, sino la actitud de riesgo y de apuesta a lo largo de los años, siempre con acierto y casi hasta el último día y el último lanzamiento.

Pues bueno, si con la salida del álbum le dedicaban agradecimientos... No quiero figurarme lo que se avecina hoy y mañana en Facebook etc.... Le rezarán.
Que uno de los más grandes no hay duda...
Quedan cada vez menos, íconos los justos. Dos Beatles, los Stones casi al completo.... Y ya U2... O no sé si llegan a ese nivel. El duelo por los ídolos no es infinito.
Cada vez hay menos fé en las masas y más falsa afectación.
El signo de los tiempos... Bob Dylan, sigue vivo, sí.
Que las imágenes mentales de sus seguidores descansen en paz, y escribo sobre esto por algo más allá que comentar como una portera como la gente llora o se queja o se rasca, que es lo que menos me importa, por más que la tendencia de usar vocativos en redes sociales para referirse a personas famosas porque les citas, es decir les enlazas con su página oficial y usas el vocativo con ese enlace, y pones: Gracias, artista enlazado intercional de turno.... Que me parece una novedad. Y una pequeña variación en la relación de seguidor y artista....Pues no es por eso, por el alcance que pueda tner o no la tendencia sino por lo que realmente significa la muerte. La muerte. Me dan ganas de escribirlo con mayúsculas. La muerte no es la ficción representativa de nuestra mente, no la muerrte en nuestra estanteria entre nuestros discos y nuestros cedés, no la muerte en titulares, en vídeos de homenajes en las noticias y de discos tributo y conciertos en memoria y etc etc y lo peor que se le pueda ocurrir a la voraz y salvaje industria.... La muerte es real. Arbitraria, dolorosa... Real. Y me planteo si no nos estamos equivocando totalmente en determinados aspectos. La comunicación del cáncer, por ejemplo. 18 meses de batalla y ni una sola noticia. Y si Bowie dice hace tres años: Tengo cáncer y los fans se dejan los cuartos en vez de en un disco nuevo de baladas lánguidas con tono negro, en una investigación de las células infectadas del ramo, por qué no. Por quá callarse el cáncer. Qué absurdo. Qué ridículo. Por qué esos problemas para lidiar con las antesalas de las muertes, con los recibidores del tránsito. Y sin embargo, sorprendernos y vivir a golpe de susto. Eso sí es más de pueblo. De se ha muerto el hijo de la nosecuánta. El otro. La muerte del otro. La vida en sociedad sin muerte. La muerte no viste del todo bien con el capitalismo. Tampoco es que sea tema de buen agüero. Escribe sobre esto y sin esa intención, todo venía por lo del vocativo. Esa anomalía de dirigirnos a los ídolos. De enlazarlos en el virtual universo de ciberquereres. Y aquí lo dejo, que para ser lunes y las 8:48, pues ya bien.


PD: (actualización a las 23:04) No era San Diego, era Santa Mónica.

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