lunes, 24 de agosto de 2015

Sexo, drogas y mi blog

Llevo días con ganas de escribir y abro entradas, lo intento, le doy, le doy un poco, me desfogo con un par de párrafos, aprieto los puños, lo intento, me suelto de dedos, divago un poco y así se queda, sin más. En Borrador, claro. A ver si remato esto y lo subo. Rematar, remato nada últimamente. Y lo que sea. Preocupado no estoy. Me da bastante igual. Me cansa. Lo de rematar. el toque... Buscarlo. Fracasar en la búsqueda. En general me apetece escribir, eso es todo... Eso y trasmitir el momento interior, lo de airear detalles no me apetece y es poco ilustrativo a la larga, escribir sin describir me gusta también, frases cortas, pensamientos cortos, vine, me fui y sacarle la vena más de diario de adolescente a esto, pensé, vi, y pararme y deternerme y mirar con microscopio lo que me pasa, lo que voy pensando, lo que va pasando, mis pasos, mis traspies y mis saltos, la casuística, mi rumiada de experiencias, la no acción y que, en fin, tampoco son tantas las experiencias a decir verdad. No es que haga tantas cosas. Mal, la mayoría. Lo intento, lo intento... Me gustaría hablar de lo que veo... Una escritura de ojos, Que sea una boca la ventana y solo hable ella. Los sitios, los viajes... Las luces. Los brillos. Los atardeceres. La neblina. La bruma. El aire. Los olores. Esas movidas, y las sensaciones en compañía, con el grupo, las experiencias... Los desconocidos. Los amigos de un día. Las noches en vela. Las miserias. Sobre todo la miseria es lo que veo que es lo que más llama y las contradiccciones con las máximas del rock and roll. Sexo, drogas y mi blog. Sangre, sudor y mi blog. Y debería ir más al grano y dejarme de soltar aquí las aventuras y reservarlas, para hacer más cómics, el fanzine de mi grupo, nuestro cómic oficial, cosa fina y maravillosa, guardarme las historietillas para los dibujitos... Que me relaja tela lo de dibujar y dibujar y se me suelta la lengua. Que es lo que gusta. Una lengua suelta. Y darle rienda, tan suelta como la lengua a todo lo que se me vaya ocurriendo, en clave de las aventuras de Enrique Octavo, no sé qué habrá sido de los cómics... Las anécdotas. Los chascarrillos. Sexo, drogas y toda la pesca... Procrastinación... Porque por otro lado, tengo la casa que podrían venir del ministerio a declararmela zona catastrófica y nno pongo una lavadora desde el mes de junio, creo y en fin, tengo fondo de armario para estar dos meses sin tener que tender pero lógicamente me escasean los modelitos competentes para el fin de semana, y en otro orden de cosas, no dejo de recibir roba de segunda mano, lo que me flipa porque no estoy para nada de acuerdo eticamente con la ropa de Zara, en general con nada de Inditex, ni mango ni nada de eso, no me gusta ni para las mujeres ni para los hombres, ni H&M ni Primar ni nada... Vale tres euros porque lleva un cacho de vida del que lo hace. Me parece muy mal sustraerse a eso. A ese detalle. A ese condicionante del precio bajo.  Esta conversación no interesa en lo más minimo a las chicas que van a la moda y se gastan un fijo de dinero al mes en nuevas cositas. como decía, yo no necesito gastar porque me lo regalan. Lo último, la ropa de mi hermano pequeño: Como he perdido un buen montón de kilos me caben sus bermudas y como este año, el pasa de bañadores floreados pues me han caido media docena de pantaloncitos tropicales de distintas alturas, que me hacen la mar de juvenil, y en el lote ha caído hasta una camiseta de la selección española con la que no tengo ni la menor idea de qué hacer, ponérmela, no creo.

Llevo días con ganas de escribir, que es como tener ganas de follar.... Las ganas de escribir son como las ganas de follar. Sexo, drogas y mi blog. Ya, ya sé que no. No. No es lo mismo, de acuerdo, es más no se parece en nada, porque me apetece lo de escribir y pum, me pongo y aquí estamos, dándole vueltas a la nada, pero lo otro, no es cuestión de uno nada más, supongo que la verdadera escritura tampoco, porque se establece en un canal más noble, es un estado del pensamiento más depurado, más especial, no sé cómo... Follar enamorado iba a decir. Una verdadera conexión. Algo especial. follar enamorado es un decir. Follar con ganas y ganas de follar no es lo mismo. Sexo es algo más grande, más general... Más de todos los ámbitos. En verano todo el mundo está como a tope de ganas de follar. Ganas de follar por todos sitios, protones, neutrones, todos en frotación universal. Ganas de follar del universo. Follar con ganas, follar enamorado, follar con el periodo de celo... Somos animales, al fin y al cabo. Tenemos una canción al respecto: El Mercado negro de los sentimientos. Vamos a grabarla en breve. Vamos a grabar un repertorio entero nuevo. Tengo que ir a por tabaco. Qué pereza.  Es especial lo que creemos especial o lo hacemos especial al creernos que es así, no lo sé y tapoco tengo claro si le he dado el tono retórico oportuno a la frase anterior. Lo malo de este blog y de todos en general, es su carñacter marcadamente onanista. Pajeo mental que lleva a ningú sitio, que ni siquiera lleva, que es ningún sitio. La alocalización de pensamientos peregrinos que segñun el día son nómadas y que hoy por ejemplo, que es domingo, apenas si son pensamientos y se quedan en sensaciones vagabundas, en latidos perdidos sin mayor esperanza. Las ganas de escribir son más llevaderas.

Hoy pensé que llevo años sin escribir poesías

Voy a contaros algo. Una desgracia. Que siempre alimenta. Se me perdió un ordenador, me lo robaron, tenía la pantalla rota afortunadamente, no pudieron ver los archivos y confio en que lo vendieran por piezas pero allí tenía tres o cuatro años en poemas, a mil versos por año, en bruto, sin corregir, escritos a impulsos, a golpes de remo, con miedo, con inquietud, con puro fervor y con mucha tontería, y todo perdido, todos perdidos.... Perdiciones cotidianas. No tendría tanta importancia. No serían tan buenos si no los había depurado, en el fondo no existían, como tampoco existe esto. O son borradores. Somos borradores. Lo eran. Lo éramos. Nos daremos cuenta en algún momento de que era todo un simulacro. La poesía tiene mucho de simulacro de vida, de concepción primigenia de sentido único, o eso opino. Y en el fondo, definir la real existencia es más importante de lo que pudiera parecer porque la mitad de la vida se nos va en cosas que realmente no existen. Los límites de realidad ficción son complicaditos desde siempre y con la calore que hace, peor poner puertas al campo pero los lectores habituales, porque fiel hoy en día no es nadie, pues deben saber que es uno de mis temas favoritos. Nuestro tiempo se ve muy amenazado, lo que es el límite... El fino hilo del sentido común. Tengo sed.

Tengo el jardín seco
Me he equivocado de tecla y he puesto tengo el jardín sexo en lugar de tengo el jardín seco...

Y llevo años sin plantar nada
Exagero, planté unos geranios hace unos meses pero murieron, me he despreocupado del jardín, en los últimos meses y me siento mal, culpable, un asesino de futuros hijuelos de mis plantas que no nacerán y no me siento nada bien al respecto,  por no regarme, por irme durante una semana, por confiar en la lluvia y me gustaría que la valla la trepasen algunas campanillas o alguna planta con flores que fuera bonita y dura, y resistente, que me hiciera de pantalla de mis vecinos, odio a mis vecinos, no está bonico decirlo en el blog, pero es la pura verdad y eso que solo están en casa un mes al año pero me molestan mucho, creo que es mutuo, y estaría bien que la naturaleza se aupase a la malla metálica y pusiese flores de por medio... Todo lo arreglo con flores. Las flores tienen poder. No es una chorrada hippie, es un rollo atávico. El almendro está hecho una pena. Y cuando florece es un espectáculo. El almendro es una metáfora de mí mismo. Uno se secó. El grande, el de siempre. Se cortó de cuajo. Hace tres inviernos terminé de quemarlo en la chimenena, El año pasado cortamos el ciruelo. Prendía peor pero ya es igualmente ceniza. Me gusta que acaben dando calor. Es una penica el proceso pero no queda otra. Antes se me secaba una planta y casi se me caían las lágrimas. Me siento mal pero menos. Me he aconstumbrado a que cada cierto tiempo sobrevivan solo las más duras. Porque no hay una estación buena o piadosa en lo que al tiempo se refiere. El invierno es salvaje aquí, puede que el verano sea más o menos molesto pero el viento en invierno corta como cuchillas. No estoy preparado para el próximo invierno, nunca lo estoy. Nunca se prepara uno para que te corte una cuchilla. Solo hay una: esquivar el tajo. Tengo un plan. Es el plan. El buen plan. Montar un salón de invierno. Cuartel plan b. Un búnker. En el sótano. Hay baño en el sótano. Por ese lado está solucionado. Y ochenta mil millones de trastos y chismes de todo tipo. Esos chismes he pensado en venderlos. Donde sea, en el rastro, en el mercadillo, donde sea... A un euro, me da igual. Quitármelos de encima, a lo bruto, a lo bestia. Limpiarlos, venderlos... El polvo lo afea todo mucho. Con un buen trapo, lo mismo lucen lo bastante como para ponerlos encima de un mantel con un cartelito al lado de todo a un euro. En un compra venta. En un trastero, no sé... Tiendas de segunda mano. En desguaces, aunque sea al peso por el hierro o el metal que tengan. Lo que sea. Cinco euros. Buenos son. Y sacar toda la morralla fuera. Para el cuartel de invierno, para el sótano secreto. Estar bajo tierra ayuda a combatir el frío, la húmedad sería el nuevo enemigo. La camiseta de la selección española de fútbol podía caer en la tienda de seguna mano, lo mismo si me dan algo, aunque creo que la venden por tres euros en todos los mercadillos, o sea que es tonteria pero quién sabe. Los muebles que no sirvan, pues a la basura y a redecorar. Sin dinero. Con cuatro duros. Con estilo y buen gusto. Me apetece hacer una mesa baja con pallets, por ejemplo. Pintarla de blanco, y en los huecos, meter como cajones de cartoné. Lo del cartoné es solo una idea, valdría también readaptar las cajas de zapatos o de lo que sea, cualquier cosa hace las veces de cajonera. Le temo a los taladros. Soy el anti bricoman, no me doy nada de maña con el taladro, es más, soy más bien, torpe pero como me dce mi colega Jose hoy en día no hay nada que no tenga un tutorial en Youtube, y es verdad.

Quería volver a lo de las ganas de follar...
Y pero no veo claro como retomar el hilo.
Quiero hablar de mis gafas rotas.... Ganas de escribir, ganas de follar.... Gafas rotas. Voy haciendo recuento de temas pendientes. Las tengo en la punta de la nariz. haciendo equilibrio y miro ajustando la mirada y el cuello. No me quedan gafas de repuesto. Las ganas son lo que importan. Tenía una canción, a medías con mi amigo Kiko que se llamaba así. Las ganas. Quizá habría que recuperarla para la nueva grabación. En otro post hablo del disco que vamos a grabar. Ganas de escribir, ganas de follar, ganas de grabar.... Gafas rotas. Tengo las gafas rotas. Llevan meses así.  Se han roto en el escenario. Las de ahora y las anteriores. Duraron ambas un par de semanas con una sola patilla. Que la gente, los que conocía menos y tal, después de un rato de charla me decía timidamente: Oye, solo tienes una patilla, ¿no? Y yo, pues sí. Una. Nos timan, amigos. Con una patilla, la gafa tira. En serio. No hacen falta dos. Es un gasto inecesario lo del par de patillas, porque con una y un pelin de equilibrio se apaña y ojo, es el doble. Me duró semanas. Y después, al romperse. tuve que tirar de mis clásicas gafas redondas rojas que me hacen la cara o me la hacían, redonda y roja, bueno roja, no pero es que quedaba bien. Gafas odiosas y sobre todo, odiadas por mí desde el miuto después de salir de la tienda con ellas compradas. Hace poco estuve en Sevilla con mi amigo Alfon y salgo en una foto con él, en el campus de Reina Mercedes, año 98 o 99 y con esas gafas.... Gafas rojas odiadas y odiosas. Redonda y roja mi cara en Reina Mercedes a finales de los 90 y con perillita indie de la época. Total. Que estoy harto del todo de esas gafas que se temrinaron de romper, patilla uno en el concierto de la Velvet y patilla dos el jueves pasado.... Ayer se cayó al suelo y se rompió la pasta roja del cristal derecho... Es cuestión de tiempo y de un par de golpes más, que el cristal se haga añicos... Y bueno, será el final.
Lo de comprarme unas, ya.
No hace falta que lo digas.
Lo sé.
Me voy a comprar unas. Me tengo que comprar unas.

Las ganas de escribir son ... algo muy bueno, creo yo.
No he retomado el hilo pero me apetece escribir porque ahora no escribo nada, de las últimas veces que he trabajado escribiendo me he notado desfondado y bastante incoherente, nada que ver con los tiempos en los que me despachaba una doble y me editaba otras tantas, que me chorreaban los párrafos como el que no quiere la cosa y tenía que huir de la rima para que no fuera todo alicatado hasta el techo, pues claro, claro que añoro aquello, pero no era vida, no era vida, ni se le parecía y lo echo de menos como se acuerda el soldado de las guerras, con fuertes latidos pero sin ganas de volver y lo añoro, es verdad. pero no podía durar como todo y flipo tanto tantísimo tanto con lo anquilosada y jodida que está la profesión, que el blog era un poco para eso... Me gusta escribir sobre ello. No lo hago tanto como quisiera. En parte porque son polladas, quiero decir... Que no son trancendentales, los artículos o el determinado tratamiento de una noticia... Luego la noticia se olvida y apenas si tiene sentido hablar sobre lo que se olvida... Eso es poético...Igual no tiene sentido o quizá lo tengo todo, todo el sentido.... No lo sé. Eso también, el blog lo tengo para dudar. Dudar en público, que es un lujo. Tendría que estar poniendo una lavadora y fregando platos y dejarme lo de dudar, en público o en privado. Debería cambiarle el título al bloh y llamarlo: La procrastinación de mis tareas domésticas. El castillo del terror está realmente tenebroso. Y la semana que viene, tengo visitas. Y vamos a grabar. El castillo del terror. Debería de estar limpiando y no aquí. Debería estar durmiendo.
Debería haber sido ya feliz.

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