lunes, 26 de enero de 2015

"Delante de toda España", no

Ese cliché que se suelta tanto en televisión de "Ante toda España" o "Delante de toda España" y que es muy viejuno, que suena antiguo en el peor sentido, creo que encierra algo gordo, una reflexión mucho más profunda de lo que pudiera parecer, y entronca con aquel dicho, una grande y libre, lo de libre no pega mucho, más bien al contrario pero sí lo de una, una y solo una, como si el país fuera una sola cosa, unas solas orejas, un único espectador, una opinión mayoritaria y aparentemente de consenso ante todo o ante determinadas posiciones; una, una única opinión pública, que podría pensar  en este punto el lector avispado, pues oiga, como en todos sitios, en todos los países es así, una opinión pública nacional, lo que viene siendo lo corriente, pero no sé si se dará del mismo modo, esos ojos comunes a todos los españoles, esa personificación ficticia del "Ante todo España" o "Delante de toda España", no creo que se de en otros países europeos, o quizá sea una cosa latina, no manejo datos al respecto pero tengo un barrunto de que sea rémora de país acaudillado, y niego la mayor, no exista esa toda España a la que aluden, habiendo nacido en el 78, el año de la Constitución, opino que existen muchas Españas y cuantas más mejor, una España, una única España, no, no puedo aceptarlo y ojo, tampoco dos, que es casi peor, prefiero tener una sola a dos enfrentadas (que es un pensamiento muy de posguerra que en el fondo no me representa pero bueno) pero hay muchas Españas, y es bueno, como mínimo existe media docena, por lo pronto, tantas Españas como idiomas, que eso es un gol que nos han colado los nacionalistas al resto y estábamos mirando para otro lado, su idioma es nuestro, gracias por desarrollarlo, es parte integrante, contante y sonante de nuestra toda España, es de todos ojo y siendo listos lo habríamos integrado como propio, en lugar de fomentar la identidad a la contra que tarde o temprano, el cántaro se rompe y como jugada estratégica es pésima, y no hablo de unidad territorial, no es un plan sobre la unidad de España, es la perspectiva, lo contrario de la uniformidad nacional porque bendita diferencia, que por acumulación, a más idiomas, más cultura, y sería, como digo, un área de interes cultural, no una coartada política ya sea ideológica o económica para alcanzar mayores cotas de poder, que es de lo que va todo en el fondo y no me cebo en los independentistas, sean de donde sean, ni en los sentimientos que glosan sus actos, más bien apunto a los Reyes Católicos, desde ahí viene el despropósito, y se propaga hasta hoy con campañas como la de Marca España, y no es tan distinto, creo que desde entonces tenemos una visión algo alterada o abiertamente partidista de una realidad histórica muy clara y muy bien estudiada no solo de España sino de toda la península ibérica y se cercena la diferencia que es lo que constituye riqueza y esa verdadera identidad como motor cultural, y a día de hoy, cero avance en el lógico multiculturalismo que, si o sí, acarrea el capitalismo y del que debíamos disfrutar, hay ejemplos mil, que no sea vox populi que el término moro es ofensivo pues es de una bajeza cultural tremenda, o de nulo respeto al otro, que judíos o hebreos no sean comunidades con peso específico y lo que sería aún más deseable, que ningún credo tuviera influencia más allá de las vivencias de sus fieles y lo laico lo fuera sin fisuras, por puro sentido común, por lógica democrática,  por principio constitucional, y por un relativismo científico que dejara fuera de toda duda cuestiones que no son ni morales, ni personales, ni políticas, lo mismo que hablaba desde el punto de vista histórico, sin lecturas de parte, una cosa seria e irrefutable, arrejuntado legajos, con todas las cagadas de Felipe II, quizá me esté yendo un poco por las ramas, pero tengo bien abrazado el tronco, no hay una sola España, nunca la hubo excepto cuando se impuso, lo repito, que eso es lo importante, nunca hubo una sola España excepto cuando se impuso, me da igual el caudillo que Isabel o Fernando, y lo mismo representan los represaliados que los conversos, esa es la masa con la que se forma toda España, ese rostro amorfo de multitud opinadora que vemos o más bien, visualizamos al pensar en la frase "Delante de toda España", ese es el país al que unos y otros se vieron obligados a pertenecer, en el que tienen que participar, y que, en ambos casos citados anteriormente y en todos los casos, deriva en miseria, desde un estricto punto de vista económico neoliberal, es pura miseria y arbitrariedad, porque a más culturas, más negocio, nuevos negocios, más productos, y no digo ya desde una visión humanista o intelectual, es solo pecunio y andamos en eso, siglos y décadas después, jodiendo el florecimiento de lo diferente en virtud de lo único, de lo cabal, de lo no sospechoso, una frase que también se oye mucho, y que tiene un tinte oscuro, persecutorio, nosequién que no es sospechoso de nosequé, es una forma indirecta de reconocer que sí hay opiniones sospechosas, es certificar el ambiente de sosprecha, algo tan propio de la posguerra, y tan obvio como secuela de una guerra civil (creo haber comentado en el blog lo de "no soy sospechoso" otras veces, una actitud corbadica lógica después haber enterrado a un dictador muerto en la cama, no reprochable desde luego, por haber estado obligados a comulgar, nunca mejor dicho, con esa imagen de una única cosa, de una única opinión pública estricta y sin matices, fundamentalmente católica en temas de moral, lógicamente conservadora y esa es la toda España ante la que nos presentamos para hacer examen de conciencia o mostrarnos sumisos, uno piensa en el origen de la frase, y por más que echo atrás la memoria televisiva, no termino de ubicarla, me viene a la cabeza el programa "Lo que necesitas es amor" o cómo se llamaba, lo presentaba ¿Jesús Puente o Isabel Gemio? y los programas de confesiones, como el de Carlos Carnicero, que era realmente tremendo en su puesta en escena, que jevis que fueron los noventa en Antena tres, madre mía, que siempre las mamachicho de Telecinco y la máquina de la verdad de Julian Lago pero vaya telita el legado Asensio o los formatos de invitados que iban a contar experiencias personales, que uno no sabía si la mitad eran actores, pero de repente aparecía el que de verdad había llamado al programa para recuperar a su esposa o para declararse "ante toda España" en directo, porque muchas veces el cliché de "Ante toda España" precedía declaraciones de amor, pedidas de mano o de perdón o de matrimonio o de lo que fuera, o en ese formato de "Sorpresa, sorpresa" que quizá lo confundí antes y que venía a ser el último escalón del arrastramiento personal para el amante despechado o el novio infiel o el marido abandonado o los padres adoptivos secretos o la madre que los abandonó o la familia que estaba en Ecuador o vaya usted a saber, pero casi siempre enamorados no correspondidos que, jugándose el tipo y arriesgándose a sufrir el escarnio público por mostrar o poner en juego sus verguenzas o sus sentimientos pues recurrían a eso, como último paso antes de hundirse en el barro, para confesar "ante toda España" y "delante de todos los españoles" que la querían, que siempre la iban a querer y que siempre la habían querido, y lo decian alto y claro "ante toda España" y ante los siglos de imposiciones morales y culturales de una élite dominante, que es burra y no ve la riqueza de compartir y conocer culturas, que es lo que la frase hecha en el fondo quiere decir.
Pues eso.
Que niego la mayor.
"Delante de toda España", no.
"Ante todos los españoles", no.
Toda España no existe.
Stop "delante de toda España".
Hay muchas Españas.
Y cuantas más, mejor.
Gracias.

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