Hola primorosos, el otro día justo antes de entrar en directo en la radio para dar la agenda de conciertos del fin de semana estaba sonando Aire de Pedro Marín
Hice comentario off The record.
Es una pequeña batalla personal de la que vengo a dejar cuenta en mi idem blog. Sobre las canciones de la gente muerta. Muerta artísticamente se entiende. Grupos que llevan años separados o incluso, muertos literal y las canciones siguen sonando. Se entiende si es Frank Sinatra.... Si es un super clase. Un super clásico. Pero no. Son éxitos de una radiofórmula extinta a día de hoy pero que siguen sonando.
Yo hago una agenda de conciertos semanal en la radio. Hay viejas glorias. La agenda está llena de viejas glorias. Conciertos homenaje. Última gira. Los veinte años de esto, los treinta de aquello o los cuarenta de más allá. Que daría para otra entrada de blog. La obsesión por la onomástica. Por la fecha en la historia. Por el hito. Por el estuve allí.
Es otro tema...
El revival es el revival . Las canciones antiguas que han perdurado más que sus intérpretes son valiosas. Merecen la pena. Se agradecen de ve en cuando. Pero si están en bucle. Si son parte de un discurso inmovilista de décadas. Pues mal. En mi opinión. Es un ejercito de canciones zombi de solistas muertos, literal o figurado. Siempre con lo mismo. Siempre con lo mismo. Y es, sobre todo, un ninguneo al presente. Al ahora. A hoy.
Al recital de este fin de semana.
Las momias se comen los polluelos que nacen. Y se esquilma el panorama mediático. Se quejan algunos artistas de esa época de que sus canciones ya no suenan en la radio. Las de ahora. Las de entonces, siguen en bucle. Las de los ochenta. Los ochentas infinitos. Hay varias cadenas que se centran en esa época. Como signo de identidad. Un recopilatorio infinito de éxitos con sintetizados y aire retro futurista.
A ver. Que bien. Que de vez en cuando, son buenas canciones que gusta escuchar. Pero un poco demasiado que sea a todas horas la misma matraca
Matraca muerta.
Repertorio muerto.
Que ya nadie hace en vivo.
Igual es un detalle al que solo yo le doy importancia y es una gilipollez, no lo descarto. Que se puede contra argumentar fácilmente. Pero siempre me la refutan por el mismo camino. Es lo que la gente quiere, suelen decir. Se arropan de la bandera de lo popular. Es lo popular. Claro. Sin más remedio.
Los jóvenes no oyen la radio. Normal
La explosión de podcast. Normal.
No es que no oigan la radio, no oyen radiofórmula obsoleta porque está obsoleta y porque son éxitos de hace medio siglo. Literal medio siglo. Demasiadas decadas de por medio. Y se pierde el hilo. Por lo estético. Por todo lo que rodea al asunto.
Si le añades el secuestro de diales de las compañías periodísticas, te queda un panorama yermo y desalentador. Pero igual solo me lo parece a mí. Aire de Pedro Marín. Es el ejemplo. Me vale muchas que podrían ir en la linea pero es paradigma porque casi nadie sabría decir el nombre del intérprete.
Aire. Soy como el aire. Pegado a ti....
Como una radiofórmula antigua de pegado. Pegadisimo. Ya fue. Ya paso. Aire está anticuada. Y ya
Es solo un ejemplo. Está ultra muerta y hace unos años fue canción de una campaña publicitaria. Y tal. En fin. Pero otra versión.... Creo. Escribo de memoria. En fin. En otra entrada me gustaría hablar de los grupos con contratos editoriales con multinacional que usan la radio pública para estrenar sus temas. Son como hamburguesas en el comedor escolar. Me parece un descaro.
Me sorprende que nadie más lo opine. La verdad. Es comida basura en el colegio público. No estamos para eso. Mercaderes en el templo. Les pagan la promoción a los más ricos con dinero de todos. Igual exagero. Pero lo opino. Es un tema editorial en todo caso. Del periodista o productor de turno. Hay que cambiar la brújula. Mirar al que no está firmado por una Major. Que tampoco es descubrir la rueda. Porque es servicio público. Se supone. Y servicio público es justo lo contrario de negocio privado. Hasta donde yo sé....
Bueno, mañana más reflexión.
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