Tengo tanto que hacer que he pensado en ordenarlo. En escribir sobre ello. Una forma en apariencia esforzada de pensar mucho y no hacer nada o teclear mucho y pensar lo justo, con rima y ese aire de prosa poética que tanto os gusta. No. Es broma. Aclaro las bromas porque cada día hay más tontos. No es broma. Mucho que hacer en todos los frentes. En todos los flancos.
El orden de las cosas pendientes
Primero, lo vivo. El gato si quiere mlmo. Las plantas si quieren agua. La madera si no quiere sol o está a merced de tormentas sorpresa. Pronto van a llegar. Estoy cagado que no se inunde nada. Lo segundo ya es más discutido. Lo que muere lentamente, después de atender lo vivo. Eso lo pongo segundo. Los platos del fregadero con sus manchas de salsa de tomate como hemorragias secas y rugosas. Las manchas muertas, en general. El cuarto de baño con las bolas de pelo en los sumideros como especies no descubiertas. Y bueno corto el rollo. Porque hoy pensé en el valor de la ocurrencia para saltarse órdenes. Se te viene algo, y si hago esto y lo haces antes de pensarlo dos veces. Las cosas pendientes tienen en común que penden. Y penden o suele hacerlo del esternocleidomastoideo que no se bien dónde está pero me gustó usar esa palabra pero vaya, las cosas cuelgan del cuello. Tiran de los músculos. Aprietan las vértebras. Dolores permanentes como un rosario de penas. La sensación de pendiente pesa más que la propia tarea y a veces, con buen criterio, deshechamos hacer lo que se nos ocurre en el momento por pasajero o peregrino y el peso invisible se ancla a los trapecios. Al comienzo de los brazos. Al punto de unión de hombro y mano como a medio camino. Pesa y es mejor hacer conforme llega. Esforzarse en no pensar gilipolleces. En mi caso ese es el point number one. La tarea cero. No pensar gilipolleces. Que no es fácil. Cada día hay más tontos y el día tonto lo tenemos todos. Tampoco escribirlas. O intentarlo
Hay órdenes íntimos. Urgencias secretas. Planes de vida y muchas ideas estúpidas que pueden dejar de serlo si se les da amor atención y cariño. Como dice la canción de Nico Roig. Adjetivada como tonta en el título. Pero ojo es que la tontería es muy importante y no lo digo yo porque tengo más tonterías que un bazar chino sino porque esos impulsos estúpidos se cuelgan del cuello como monos salvajes y se vuelven contractura que son una jodienda mires para donde mires. Lo tonto aún siéndolo, échale cuentas . Y échale ganas a lo de hacer cosas que es el único orden que nunca falla, el que marcan las ganas. Os quiero, lectores por llegar hasta aquí y sepa Dios que os trajo pero ojala ser como relajante muscular con estas líneas. Ojalá os sirvan, bebés.
Hoy tenía el día tonto de escribir sobre el orden de las tareas pendientes. Para que sigan siendolo sobre todo y no ponerme con ellas. Mañana será otro día para poder seguir trazando estrategias de dilación. Disfruten ustedes su día de fiesta.
Y las vacaciones en general.
Mañana hablaremos de por qué te pones más nervioso en vacaciones y te vuelves insoportable.
Nos vemos chiquis
No hay comentarios:
Publicar un comentario