Hoy es uno de esos viernes de duda. Que si sales sientes que sales sin ganas y si te quedas en la casa, sientes que tenías ganas de salir. NO quiero quedarme en casa pero tampoco quiero salir, ¿qué hag? Me asomo a la entana. Me salgo al patio.
Suele ocurrir que en estos puentes o semanas largas que se suceden los festivos y los medio gas como que te cueces seriamente un martes sin venir muy a cuento pues ya no surte el viernes su tradicional efecto de retumbe interior y cada vez me hace menos lo de beber que sé que es muy pureta y además es mentira, pero sobre todo es pureta porque no fue el martes sino el miércoles que cayeron cuatro vermús de mediodía que metían miedo sin motivación aparente ni provocación preia y a las doce de la noche estaba con los sudores de la muerte, supongo que eso me hace temer el olor de cualquier tipo de alcohol. Y nada, aquí en casa un viernes con el blog... Joder, con el blog. Puede ser más triste mi vida, ya lo digo yo: NO.
Pero hace frio. Eso me corta. Pero no tengo nada de comer. Eso me obliga. Pero no tengo hambre. Eso me libra. Podría pasarme así una hora. Y no tardo una hora pero con el coche pues se pasan quince o veinte minutos en lo que traspongo al centro.
Pureteo extremo.
y más bebo de lo que debiera...
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