jueves, 27 de octubre de 2016
La música no es un crimen
Ayer pasé con el coche cerca del río a las nueve o diez de la noche y vi a una docena de musicos ensayando en una esquina, en corro y con atriles, no parecía la típica banda por la disposición y también porque habia muchas mujeres aunque quizá eso fuera un detalle sin importancia pero que, a lo que iba, pensé: ¿Será posible que no tengan un espacio digno para ensayar las bandas? Un mínimo de dignidad. Que tengan que estar bajo un puente, en la salida de la carretera, en una rotonda, en la ribera del río, en invierno, con lluvia, con frio... Y que haya tantas instalaciones deportivas municipales... Pistas de fútbol, de baloncesto, de tenis, de padel...Y piscinas cubiertas... Y, ¿que no haya un espacio digno para la música? Y son bandas que actuan para instituciones, ayuntamientos o cofradías, que tocan de saetas a pasodobles o lo que sea, pero que son cero subversivos, quiero decir, que no se tenga la minima consideración social hacia esos músicos, que no haya con esas bandas un mínimo de miramiento que les saque de la interperie pues, claro, si es así con bandas de perfil municipal, cómo no será con los conjuntos de corte moderno... me pareció desalentador que se considere que el deporte es salud y la música es casi un crimen
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