miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un resumen de lo no ocurrido

Cuando uno se pone en serio, casi todo se vuelve ridículo en el ámbito creativo. No se parte de un plan o hablo de mi caso, porque el plan es algo previo que se escapa del hecho. El hecho. Lo que ocurre. Me han ocurrido las pinturas, con manchas sucesivas de las que alforaron ojos y todo lo demás en conjunto a la mirada y su trayectoria. La trayectoria de miradas de semblantes que no existen, pues igual, en poemas, en escritos... Los puntos suspensivos. Solo puedes hacer una cosa. Hacemos miles de cosas. Con distintas dosis de fe. Solo tenemos un depósito de verdadero intención. Solo un cauce al destino. Como piedras de río. Y luego, con el tiempo, queda el hechizo. El mundo de Oz que se crea. El corazón. El valor. Volver a Kansas. Solo te queda media docena de discos que siempre escuchas o uno o dos libros que son como refugios en la montaña. Que son la leña seca en el refugio. Y queda el calor, queda el humo, las estrellas derramadas en noche de flujos. Quedan los flujos... Puntos suspensivos. A mí se me ha quedao un rosario de finales abiertos. Y siempre se acaba hablando de amor. Amor. Menuda disciplina. ¿Por qué? Por lo mismo que lloran las acuarelas o se escapan los desafines, porque ocurre. Ocurre de veras. El amor ocurre. Y lo podemos proclamar a los cuatro vientos con total certeza por esas largas temporadas de secano en las gónadas y en las que nada ocurre ni se avista, esa es la prueba. Los desiertos de abrazos y besos confirman la existencia cientifica del oasis de amor y sus múltiples espejismos según las fases de desarrollo, esa miel del soñar sin reparos, esas masas de aire caliente que nos sacan de la órbita y no hacen sentir polvo estelar, infinitos. Años luz. El tiempo.
Ocurre. Ceñirnos a lo que ocurre, a lo que nos ocurre y nos vuelve astronautas. Solo a eso.
Cuando uno se pone serio, todo parece una risa loca. Una broma los anuncios de ofertas, el factor precio, la monetización frente a la eternidad y los nulos intereses comerciales. ¿Qué nos paso? Nos ocurrimos el uno al otro como catástrofes naturales, unos días éramos huracanes, otros amaneciamos cada uno con su terremoto y las tormentas eran bonitas a veces, esas cosas distintas... Las peculiaridades. Los puntos suspensivos. Ese tono. Al hablar. El infantilismo. El amor y el tono infantilista con el que se hablan las parejas, que se haga la tesis. Que se plantee. Y pasa. Como se pierde todo, que es la pena. Lo poco que se puede decir cuando la vida se pone seria y me refiero a un contratiempo. Al problema más o menos fatal. La biela. El inyector. Que eche humo y se queme algo del motor. Un tobillo torcido en un peldaño. Una uña rota. Un dedo que no deja de picar por un padrastro, o un labio mordido, la lengua estofada... Recuento de nuestros dolores. Una lista de pérdidas, y de bajas. Y de vagos recuerdos o borrosas estampas de cierto contento, de una mesurada felicidad, una buena digestión... Unos buenos puntos suspensivos. Qué nos queda. Nada. Absolutamente nada. Y es pudoroso sacar las manchas del mantel para que quede constancia de lo mucho que el vino corrió. Y tampoco son consejos. Que es ridículo. Lo es todo. Acaso por el propio sentido de la existencia, cuando uno se pone serio, es inevitable leerlo todo en el lenguaje de la miseria. Con el tiempo se cambia. Otra mentira la de lo inmutable. Todo se rompe a un ritmo vertiginoso. Nosotros mismos. Nuestros ocurres y nuestras ocurrencias, venían a pique de un repique, a punto de hacerse pedazos. Venían ya con sus taras. Cada uno. Con sus terremotos, sus tormentas eléctricas, sus taras... Sus secretos... Puntos suspensivos. Los secretos es algo que le gusta a todo el mundo, como un chorreón extra o una ronda de invitación. Hay que hacer eso. Invitar. Chorrear.
Hace tiempo me dijo una amiga: Te gusta trepidar. Trepidar. Y puede que fuera porque era joven o empezaba a dejar de serlo, que quería acción. Con los años se leen más libros porque te duelen más las rodillas. No puedes andar, pero puedes pasar páginas. Cuida tus riñones. Cuida tus piernas. Si tienes pensado andar en el futuro. Andar lo justo, no hablo de caminatas. Agáchate como es debido. Si no aprendes humildad, te la enseñará la ciática. Es posible que esté todo programado en lo referido al aprendizaje, o a su resistencia.
Solo podemos chorrear. Lo que se pueda.
Cuando uno se pone serio, las teorías más peregrinas suenan rimbombantes y estupidas. Uno querría que fueran estúpidas a secas y que, bueno, quién sabe, que oocurriesen como ideas que prende en una suerte de situacionismo in progress. La fe es insondable, como poder y motor de cambio. Luego está la política, que si se pone uno serio, no paras de vomitar desde el primer boletín a las seis de la mañana. Y de qué vale. El nombre propio. El partido político. Izquierda. Derecha. Progresistas. Liberales. Desmanes e injusticias. Burocracia. Cuando la cosa se pone seria, uno piensa que el blog es una estupidez sin sentido con la que perder el tiempo con divagaciones libres. Pensar. Eso ocurre también. El orden de los pensamientos y cuando no piensas con ningún parámetro, cuando te ocurren, solo así. Pasan. Caen. Como rayos. Como hojas secas.
Un resumen de lo no ocurrido. De los anhelos. Una bolsa de hojas secas. De los sueños. El mobiliario ideal de la que hubiera sido nuestra primera casa. De los intentos. Una vez, otra vez, muchas veces... De las pesadillas. La de verdad, la que tuve de verdad, en el hostal Zaida de Conil. De todo lo que no llegó a pasar pero estuvo a punto. Pasó en sueños. De todo lo que nos pasa por encima. De todo lo que nos marca para siempre. De lo que realmente ocurre. No ocurre todo lo que se mete pero todo lo que se teme, ocurre.
También por el lado de lo bueno. Es razonable. Con amor. Con el primer mes. Un cuerdo optimismo. Un cierto relax ante los acontecimientos positivos. Y hasta la primera cagada. La primera bronca. Que queda en nada. Nada. De las miradas que parece que revelan interés por parte de una chica desconocida pero que de pura insistencia en la ojeada pues ya pasa a ser intermitente el oteo y sin intención, que se pierde o que no nunca la hubo y pasan a no ser nada, pero ¿quién puede negar que ocurrieron? La oportunidad. Os tuve. Nos tuvimos. Fue bonito cuando en algún momento nos quisimos... Entender, sobre todo. Cuando nos quisimos entender en su circunstancia cada uno. Y amarla. Yo la tuya. ¿Quién nos puede negar el futuro que imaginamos? Y claro que hablo de nosotros, no de patinetes voladores o viajes intergalacticos. Uno se piensa. Luego se ocurre. Entre uno y otro, la vida se dibuja. Se parte la mina. Algna relaciones son de cuello fino, cuello de portaminas. No conviene asomar demasiado la punta. Es conveniente saber posicionarse. O no hacerlo.
Me dijo una amiga: Si no haces lo que el resto, no esperes lo que el resto.
Cuando uno se pone serio, la espera se vuelve eterna. No me llevo bien con las esperas. No sé esperar. Suelo llegar tarde siempre o lo mínimo de tarde para no tener que esperar a nadie nunca. Se me ocurren teorías que justifican la tardanza. Si no tengo móvil, acabo por ir a otro sitio. En fin, que mal. Lo de esperar, mal. Las expectativas, mal. Siempre pasa lo que no esperas y lo que esperas, ni se huele. O me pasa a mí al menos. Nada avanza conforme lo planeado, no sé si es culpa mía, de mi pro Muchos años antes, otra amiga me dijo: No esperes nada, ¿por qué esperas algo?
Y cuando uno se pone en serio, esperar algo es ridículo pero no hacerlo es más absurdo y desesperado. La sensación de que cualquier esfuerzo es inútil es recurrente. Uno no sabe hasta que punto ponerse serio es del todo ridículo porque, gracias a los astros del cielo, ni la broma ni la seriedad duran siempre, se alternan como los feriados y las telefonistas, como los marineros y los errores... Puntos suspensivos. Los errores. Las equivocaciones. Los engaños. Una lista de amores y venganzas, de nches al raso y frio en los huesos. Soledad. Misterio. Nos mueve el misterio y nos mata la soledad. Me gustaría poder escribirlo de otra forma, no lo leo dos veces. Y ocurre. Se debe poder escribir de otro modo. Siempre escuché de cierta capacidad. Es la rima. Se ponen solas. Es la música. lleva un orden. El tecleo es como el ritmo, la claqueta. Uno lo piensa, si se pone serio la música suena de otra forma, más lenta, más ceremoniosa, suena a música de iglesia, a ceremonia. Porque la escritura es ceremonia. Porque la lectura es ceremonia. Porque la comunicacion social va acotando esos espacios modernos de intercambio de mensajes y tienen unos tiempos, unos plazos, una forma... Un contexto. Unos puntos susensivos. y me gusta a veces hablar de los anuncios. Habrá algo más volador que un pasquin. Que un anuncio... Anuncios. Lemas. Escribe ahora tu historia. Es el slogan de un coche todoterreno japones. Escribe ahora tu historia. Compra un 4x4 color blanco y toque urbano. Escribe ahora tu propia historia. Acabo de dudar si la campaña o la frase del anuncio incluye la palabra propia o no. Si es propia historia o solo historia. Es un anuncio de un coche. Un coche. Bonito. Pero un motor y cuatro ruedas. Tu historia. Tu propia historia. Los trozos de camino que desgastarán la goma y se quedarán con su porción de caucho. El tiempo. El camino. Nos rompemos a cada paso. Perdemos adhesión en cada rodadura. Se lee más a la vejez, porque se anda menos. Se ve peor de lejos y se siente más desde dentro, desde el interior del trastero de emociones. El trastero donde se guarda la emoción que se quedó vieja, o la que no se entendió en su moemnto. El amor roto. El amor para el que no hay pegamento. El futuro en pequeños trocitos que tenía pensado y ya casi vivido para los dos. Los dos. Lo más lejos de ser dos que fuimos siendo uno más una. Los dos que fuimos cada uno queriendo ser uno. Querer. Lo que nos quisimos. Lo que se quiso. Eso merece la pena contarlo. Lo que se quiso. Y por qué... Puntos suspensivos. O ni eso. Sin porqué. Sin motivo. Lo que se quiso en toda su irracionalidad. Lo dije hace poco por el micro y alguién gritó Amén. Creo que fue en la Puebla de Cazalla. En Sevilla. Entre canción y canción. El amor es irracional. Si es verdad, si es amor de verdad. Amor. Menuda invención. Si es amor, no atiende a razones. Y decimos que no pero volvemos. Y miramos su perfil. O su teléfono. O su frase de estado. E inferimos. Y soñamos. Que vive uno de los trocitos rotos de futuro del que hablaba. Y eso pasa a todas horas. A todo el mundo. Y sin que sea demasiado importante porque en el fondo no pasa nada. Es justo eso. Un resumen de lo no ocurrido. De lo que no dijiste en su momento, lo que no hiciste en el momento de decirlo o el momento que no fue. Lo que no paso. En todas las formas y maneras que no pasan las cosas que no pasan. No pasan del todo, no se pasan (como las chaquetas de cuero, o los jeans), lo que pasa sin pasar como pensamos que pasaría, lo que pasa sin pena ni gloria, lo que pasa y ni te das cuenta, lo que pasa sin ser como debiera, lo que ya cuando pasa ni te acuerdas de la gana que le tenías, lo que pasa sin parecerse a lo que pensabas que iba a pasar, las pasadas de rosca en general... Lo que no se quiso... Puntos suspensivos. Los momentos suspendidos tratando de enterderlo todo. las erratas. Las malditas erratas. Los textos sucios y el descontrol. El existencialismo de pobre y adolescente perdido. La amenaza a no hacer nunca nada que tenga el suficiente peso. Que nadie se entere. Que nadie se haga eco. Que no existas. Que no ocurre. Lo que no fue. Escribe ahora tu no historia. Reúne todas las ideas, los abortos de bombillazo, las luces que apenas son un punto encendido, los amagos de estrella y los fulgores bajo los párpados. El gran tema del sueño. El sueño que tengo que son las 0:52. Mi querencia noctámbula. Y siempre una amiga durmiendo en el sofá del lado con la boca abierta y el cuello hacia atrás. Alguien que se duerma en el sillón. es el estribillo de una canción nueva. Cuando digo amigas, siempre son amores pero no tengo claro como llamarlas y ahora la mayoría son amigas, otras ni eso. Otras ni existen. Otras, murieron. El tiempo... Los puntos suspensivos. Cuando llegas muy adentro te da la sensación de que las conocerás siempre, a fondo, en la desnudez no del cuerpo que cambia con arrugas y expresiones, en el alma que cambia menos 'cuando se muestra pura y sin disfraz y es la misma en la persona o muy parecida. Voy a dar un trago de refresco. Beber menos. Parte de la herencia de una amiga con la que vivía, una amiga abstemia. Lo que no pasó. Lo que no se bebía ella. Lo que tampoco bebía yo. Alguien tuvo que bebérsela. Lo que no sabremos. Escribir sobre lo que sabes. Ni sabrás. Tener un blog personal para desconocer. Con cierta licencia por aquello de la intimidad de lo personal. Que cada palabra sea más en tono de epitafio que oliendo lo más in. Siendo el más tajante, el más claro, el más aventurado... Puntos suspensivos. Conjunto escaso de certezas, fe inquebrantable en la deducción propia. El criterio. Sea el que sea. Qué haremos... Qué nos pasará. El miedo. Eso lo dije en Alicante. Entre canción y canción. El miendo manda. nos guía. Somos animales. Nos asustan los ruidos en el bosque. En nuestro bosque. Nos asustan los ruidos dentro de nosotros. Nos asustan los que hacen rudo fuera de nosotros. El ruido. El miedo. Los ojos en la oscuridad de la noche. Entre los árboles. Entre los desconocidos. Entre los gritos. Entre las sospechas. Entre lo que puede que ocurra y lo que puede que no. Lo que nos queda por saber de nosotros mismos. Hablo de ambos. Lo que no pasa, ni va a pasar. Lo que ya no toca que pasa. Es demasiado tarde o ya es demasiado tarde me dijo un amigo que era una canción, el título de una canción de Malcolm Scarpa. Que ya es tarde. Que ya ha pasado el tren. Que ya no tienes edad de andar por estaciones. Que no te llegan los ahorros para interrailes. Que el ruido de dentro ya asusta más que el chaca cha del tren. El dolor. El miedo. La soledad. Cuando uno se pone serio, no viene mal viajar. Oler a hotel. Querer volver. Querer. Lo que pase o no pase, se quiere. Lo que se quiso. Lo que te quise. Lo que la quise, Dios mio, lo que la quise. Y así se canta flamenco. Lo que la quiso y lo que canta de lo que quiso. Y es un resumen de lo que no pasa, que es por tozudez o por hemorragia o por, pongámonos a teorizar libremente, por un impulso físico de fuerza que se crea en el espacio y que dibuja en una dimensión íntima un futuro del tipo que sea que, al final, termina por ser en forma de letra de canción flamenca. Ocurre. Tenía que ocurrir. No es que nos quedemos sentados a que nos pasen las cosas, es que somos la silla. Volverémos. Somos sillas, creemos que andamos. Patas tenemos pero nos mueven fuerzas que se nos escapan como se te escapaban las tormentas o a mí los terremotos y qué pena el miedo. Qué tapón universal de fuerza. el miedo. Que es instintivo y nos ayuda a mantenernos a salvo. Pero podemos tenerlo mal calibrado. Exceso de sensación de peligro. Paranoia. Kamikazes emocionales que se quedan en cada picado. Y no volver. Salir cada noche como si no fueramos a tener casa nunca más. Como nómadas en práctica para siempre. Así vivo. En casas que nunca es la mía o no del todo. Desde los pisos de estudiantes. Las habitaciones con fecha de caducidad y cuál no. Cuando uno se pone seriedad, nada lo es lo bastante. Todo es un teatro. Ymás desde que nos atricheramos en las computadoras. Quería cambiar mi avatar. Una foto de mi reflejo en un espejo. La representación de la representación: recuérdalo. La imagen del reflejo. El doble reflejo. El doble cristal. La doble distancia. El doble Platón y su caverna de dos puertas. Y lo que se altera en la experiencia. La anomalía. Lo despreciable, en todas sus acepciones. Cuando uno se pone serio, solo recuerda el dolor. Los nervios vuelven a apretarse ante el mismo color o los mismos tirones. Es una cuestión de estímulos. Es una cuestión cerebral. No pusimos el cerebro. O no lo hice yo. Lo que no pasó. Tampoco fui tierno. Fui un idiota. He sido idiota casi siempre a los dos años. Siempre he estado muy convencido de lo que hacía y pensaba y decía y las decisiones que tomaba, pero a los dos años el diagnóstico coincidía con frecuencia. Es nuestro idiota. Soy mi idiota. Diría que me tengo cariño pero tampoco, El ego te complica con lo que de verdad tiene importancia. Es el tercer reflejo. El reflejo del reflejo del reflejo. Y todo lo marca nuestra cabeza, esa serenidad, ese futuro, esa calma, esa forma de mirar. De afrontar. De ponerse frente al viento. De que ni nos muevas. Los días que ni sopla. Los días que ni pillas día. Noche tras noche. Amanecer a las cinco, con el cielo morado en invierno. Tan mal las descripciones. Siempre mal. Mal describir, ojalá los años despliegen la memoria aunque se intuye lo contrario, nunca se detiene del todo, siempre nos quedamos con esa sonrisa, ese vaya usted con dios o mañana será otro día... La amabilidad de los desconocidos. La amabilidad de mis puntos suspensivos. Lo que no nos pase, será más dificil de recordar. Ahora eres un miedo a un choque inesperado. El miedo que siempre tengo cuando voy al volante. El miedo por lo que no ocurre. Lo defiendo. Lo reivindico. No bebo. Y no fumo. Es miedo. Y prudencia. Bien en el asfalto, regular en la vida y malo en el amor. Tener ese miedo y a la vez amar no es posible. Solo se ama sin temores. Sin ningun temor. Amor sin temor, tamor. O sin conciencia. Amor en el subsconciente. El sustrato más íntimo de verdad. Una intimidad cósmica. Un pudor de otras dimensiones. Nada importa y menos lo que no ocurre. Me sorprende como se cuentan las noticias. Lo que importa. El fuego. Del que se conoce a gritos. Se grita. La noticia. El fuego. La alarma. El socorro. La urgencia. Cuando uno se pone serio de verdad, las noticias humanas se te cogen a la espalda como contracturas musculares. Mañana será otro día. Uno juega ese rol de minero de emociones. Más por intuición que por dogma. Al final importa lo mismo de poco. Hecho. Lo hecho, hecho queda. Lo dijo Maximo Gorki. He borrado esto sin querer. Estaba buscando la cita textual. He cerrado la pestaña. Por un momento pensé que había perdido todas estas divagaciones y he soltado un suspiro. Acabo de leer al siempre lúcido Pepe Colubi: Como vivo solo me paso el día diciendo en voz alta frases grandilocuentes por si son mis últimas palabras. Uff. He sentido que estaba haciendo justamente eso en el blog. Ahora mismo. Grandilocuencia preventiva. Otro suspiro. Suspiro. Suspiros suspensivos. No me gusta mucho esa palabra: suspiro. Estuve buscando su etimologia y buscándola en otros idiomas. La vida ha sido un suspiro, primicia. Va a ser el próximo single de mi grupo Enrique Octavo. El destino está en los nombres. Lo que se nombra, ocurre. Todo pasará, pero lo hecho, hecho queda. Esa es la cita de Gorki, me han dado ganas de leer La Madre. Me hago viejo más rápido últimamente, o es que me doy más cuenta, o es menos el tiempo o es más la seriedad o veo más cerca el fin de los que amo, el fin de los que amo es un buen título. El otro día se me ocurrieron títulos al azar:
- Basado en pechos reales
- Hemos quemado el turbo
- El frio es psicológico
- Nuestro aburrimiento
- No tenemos donde dormir
- Nuevas canciones, viejos errores
- La burbuja del desamor
- La realidad no existe
. El primer hijo varón
- Perdona tía pero es que yo de verdad te quería
- Un suspiro contigo
- Puta bida
- Calla y afina
- te quiero, traidora
- Cuello fino
- Pan y cebolla
- Contigo al mundo sin fin
- Vagina tonic
- Amor y no a Roma
- Al tun tún y al yon yón
- Todo es verdad 2. El regreso

martes, 22 de diciembre de 2015

Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no

Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. Se puede cambiar todo, ojo. Y nada ni nadie cambia nunca, atiende. Los dos son tan verdad como mentira. Nada tiene naturaleza inmutable y solo el tiempo puede hacer que las cosas se vean de otro modo, o es el tiempo el que ve lo que ahora se nos escapa y nos lo enseña. Al final lo importante es el tiempo. Solo el tiempo nos pertenece. Tenemos que saber en qué emplearlo. Que haya una llamada, una bombilla que se enciende cuando el tiempo se está malgastando. Ojo con lo de gastar, todo se gasta... Pero no en el modo que creemos. No se pierde el tiempo cuando se piensa por ejemplo. O cuando se toca la guitarra y se practica, que parece que sí pero no. Es un tiempo que avanza gateando. El tiempo dedicado a lo que no se sabe. Lo que hemos aprendido es lo único que nos pertenece. Mientras el tiempo quiera, claro. Y nos embolie el cerebro y nos cortocirtuitee por dentro los recuerdos. El tiempo siempre gana. Y no sabemos cómo administrarlo, es decir, hay estadísticas... Promedio de vida y tal. Pero tiene poco que ver con las medias aritméticas. El tiempo bien empleado lo solemos medir en los picos. En la desconocida que nos deja oler su edredón. En la fiesta que no acaba y nos dormimos ya de día por puro agotamiento. En los amores que flotan fuera del tiempo. El amor vence al tiempo. Es lo único. No en vano, son archienemigos.

En todo caso, es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. No se cambia de familia dicen pero los adoptados tendrán su propio lema. Todo está cambiando a cada momento, a peor, no quepa duda. No es casualidad. Es el tiempo de nuevo el que lo pone a malas. Pensamos que no, en la estabilidad que es un eufemismo que se escucha con frecuencia en las noticias. Una necesidad de la democracia: estabilidad. Lo estable es un cambio medible, es lo único, pero va variando, todo el tiempo porque gira el mundo, gira el sol, gira la tierra, gira la luna y giramos con los astros, es una estabilidad cósmica que hemos llegado a medir mejor que a entender. Se pueden controlar patrones que ni siquiera están del todo explicados. Y no se puede cambiar, no el universo. No el giro. No se pueden parar las galaxias para tomar un respiro. No se puede. Sin embargo, lo hacemos tan a menudo. Con el amor o con su hermano mellizo, el desamor. Que para el cosmos. Que hace muertos en vida. Que anula cabezas. Que vuelve erráticos los pensamientos y te hunde en el lodo. Es amigo del tiempo el desamor. Se llevan bien. Se juntan de higos a brevas pero cuando se ven sigue todo como el último día. Si no coinciden, no cambia nada. Pasa a menudo. Los que se empeñan en cambiar lo que depende de ellos, el giro del universo. Cambiar lo que no es posible. Gente que no cambia nunca. Gente que comete errores y no da marchas atras. Gente que toma otra decisión o que nunca se atreve. Gente que se equivoca con la misma puntualidad que la traslación terráquea. Con la misma banalidad aparente. El desamor no se nota. Gente que desaparece. Otros lugares. Otras suertes. Otras personas. Otros otros. El día a día. El tiempo. Hacen frente común en la guerra del cambio.


Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. En general. Claro en general. Las oscuridades puntuales son menos importantes de lo que creemos. Basta con un poco de buena voluntad. La voluntad es buen socio del amor. Y con todo, se lleva regular con el tiempo. Aunque no suelen entrar en batallas. No hay recetas secretas ni consejos mágicos. Hay que tenerlo claro. Lo que decía de cambiar o no cambiar. El cambio ya es. Ya eres cambio. Que es la palabra mágica que los aspirantes venden en campaña. Vota cambio. Somos cambio. Viene el cambio. Queremos cambio. Como si no lo estuvieran siendo siempre. Hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no. Como nosotros somos cambio. Hay cosas que podemos ser y cosas que no. Y ojo, poco tendrán que ver con la noción de nosotros mismos. No es eso, tema de autoestima. O del reflejo que devuelve el espejo. Todo está cambiando todo el tiempo, tenemos que asumir eso. El giro del universo. Hay un patrón de cambio. En función del nivel de análisis veremos que el patrón no encaja del todo, es lo que tiene cambiar pero más o menos es predecible, digamos, hasta el punto en el que la brújula se imanta. Entonces son las estrellas las que señalan el norte. ¿Ves? El giro del universo. No se puede cambiar. Y tampoco las estrellas fugaces y los deseos. Hay que recordar los deseos. Hay que desear con memoria.  La magia es nuestra cabeza y la relativa fluidez de los neurotransmisores. Física. Chapa. Y un poco de química. Lo que comes. Eso se cambia, tarde o temprano. El tiempo te pone a dieta. Si no ahora, ya llegará la sopa de hospital. Nadie se libra de la sopa de hospital. Puedes no comerla. or elección propia. Quedarte solo con el segundo. Pero lo peor será que nos apetecerá. Algo calentico. Un caldo. Caldo de cambio. Una cosa es cambiar de opinión y otra, bien distinta, cambiar los criterios o el modo en el que se opina. No está el agua igual de fría en un bote que en la cubierta de un yate. No está igual de lejos el universo según nos funcione la brújula. No se puede cambiar el norte. Se puede perder. Se puede encontrar. Se puede convertir. Cuando un país se separa, por ejemplo. Nuevos nortes. Cuando una pareja se separa. Nuevos países. Es importante tener claro el agente de cambio. Lo que quiere o siente la ciudadanía. La ciudadanía que habita en tu pareja. El amor es un conjunto de muchas pequeñas fuerzas no especialmente fáciles de ver o analizar, dicho de otro modo, es o tiene un alto componente azaroso y precognitivo. Vemos con el cerebro. Sobre esto prometí una entrada en el blog este verano y ya es invierno. Vemos con el cerebro. Me pregunto si amamos con el cerebro. Pienso que sí. Pero no como se suele decir o distinguir entre cerebro y corazón. Creo que sería más preciso diferenciar entre cerebro y cerebelo.  El corazón está en todo. Es como el tiempo. El corazón es lo único que nos pertenece. Junto al tiempo y lo que aprendemos, es lo único nuestro.  Que nos pertenece. Que nos lo llevamos en el sarcófago. Lo aprendido es el cerebro. El tiempo es el corazón. Lo que late es lo que tenemos para amar. Incluida el periodo sopa de hospital.   Si juntamos todas las piezas, queramos con el cerebro y pongamos el corazón en el tiempo que tenemos para emplear lo aprendido. La guerra entonces es solo una: aprender.


Es importante saber a ciencia cierta lo que podemos cambiar y lo que no. Claro que pocas ciencias son ciertas o lo eran hasta que se producen determinados descubrimientos que lo cambian todo. Eso pasa igual en las parejas. De lo que hablábamos de la estabilidad y la naturaleza inmutable, es parecido lo que genera el corpus teórico de cualquier materia, la certeza. Es difícil cambiar certezas. Por más que sean errores científicamente comprobables. Es imortante tener clara la referencia, lo que se toma por rreferencia. Os lo conté aquí; bajando con el coche marcha atrás por la cuesta en curva donde vivía mi ex guitarrista para descargar bártulos. ¿Lo conté o no? La pared no tenía noventa grados, estaba inclinada. Setenta y tantos grados. El coche se me iba acercando a la cal mientras en el retrovisor todo iba aparentemente bien. Y estuve a punto de arañar todo el lateral. Pues eso. Así es todo. Las paredes no son rectas. Descubrimiento. Paredes no rectas. ¿Quién iba a decirlo? Una tapia antigua inclinada como la Torre de Pisa. Nada es del todo recto. La recta es una construcción mental. Vengo un poco a decir esto. Las rectas nunca existen. Descubrimiento. La recta como concepción imaginaria que nos ayuda acotar el mundo, pues no, no existe. En nuestra cabeza hay rectas pero ninguna lo es del todo. Y es importante a la hora de tomar referencias. No es lo mío la matemática porque en general no me gustan, ni me han gustado nunca los problemas. Analizar y diseccionar los elementos de una frase me parece mucho más exacto. Descubrimientos. Las palabras son permanentes descubrimientos. Cuando creemos haber leído bastante, llega alguien con un tono que nos vuelve a dejar lelos. Ojo a las referencias. También al leer. Lo que te crees, de quien te lo crees... Lo que crees es el primer estrato de cambio en lo que se puede cambiar y lo que no. Ciencia cierta. Es importante. No creer. En general no creer demasiado. Los descreídos llevan mucho hecho. Lo malo es que es imposible amar sin creer. Hay que desear con memoria. Y amar con fé. No hay otra ecuación posible. Si no es creyente y dice ser amante, es otra cosa: la mentira. La mentira es enemiga de todas las cosas, en especial, archienemiga del amor pero también del tiempo, que se unirían para luchar contra ella. La mentira no tiene aliados. Actúa sola. Es sibilina. Sabe hacerse querer, eso es lo peor. Que en el fondo la mentira no gustaría que fuera verdad y se le coge cariño. Aún a sabiendas y como sin querer. En el documental The Imposter se explica bien esto. Y es una historia real. Si no hubiera ocurrido, el guión seria del todo inverosimil. Un niño perdido en USA que supuestamente aparece en Linares. Sin tener el menor parecido físico, la familia acepta tácitamente que es quien creen que es. La mentira no tiene aliados pero a veces la fé se une a su bando. Os recomiendo el documental de Bart Layton, AQUÍ más información. Queremos creer. Queremos querer. Queremos encontrar. No queremos mentiras y sin embargo.... Mentirse a uno mismo es el peor escenario posible para una batalla. Es el Stalingrado del amor. Un asedio invisible a la fe. Un simulacro de lo que debería ser y no está siendo y creemos que es. Y queremos creer que es. Queremos cambiar lo que es. La mentira que es. Porque amamos con el cerebro. Con el corazon amamos, desamamos, luchamos, nos arreglamos y lo hacemos todo. Es el cerebro el que ama y no porque se piense sino porque las neuronas son las que sienten los abrazos y los bareman. Calculan su verdad. No está en las palabras. O no únicamente. Es un buen baremo. El treinta por ciento es el mensaje textual. Las palabras no llegan ni a ser un tercio de lo que realmente decimos. Sonreir es buena cosa siempre por eso mismo. Que el setenta por ciento vaya un poco amable, se diga lo que se diga. Es la forma en la que se dice. Hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no, y dentro de unas y otras, hay un setenta por ciento que solo se cambia de forma involuntario, con espamos maxilofaciales, con sonrisas, con subidas o bajadas de cejas y brazos cruzados o palmas hacia arriba... La mentira no existe en la kinésica. No sé cómo de cierta o cómo de ciencia se la puede considerar, pero me la enseñaron en clase. No falla. Parpadea antes de acabar la frase, miente. La mentira tiene a su archienemiga a la kinésica. Y al tiempo, que es, como decíamos al principio, belicoso contra casi todo el resto de parámetros vitales.   Un tiempo sea el que sea, pero el tiempo que nos pertenece suele dejar ko en el suelo a cualquier mentira tarde o temprano, es el giro del universo. Que tiene a la recta imaginaria de la que hablábamos. Que tiende al ideal. Que tiene esa naturaleza de cambio, pero a bien. Que quiere mejorar. Que quiere crecer. Que quiere amar. Que pide verdad. El tiempo mata las mentiras que no actúan como kamikazes. Y que se comen cualquier migaja de amor que pudiera quedar. En sus vuelos en picado. En sus ataques de sinceridad. En sus una colorada, que ciento amarilla. Ojo con los parámetros, también os lo digo. Revisar. Chequear. Autocrítica. Revisar otra vez. Crear formas de echar atrás la mirada. Un blog, por ejemplo. Y la practica, claro. Uno se equivoca cada vez mejor con el tiempo. El tiempo y el error son de irse de cañas. Y echar unas risas. Revisión siempre. Parámetros. Referencias. Revisar la fe. Chequear el amor. Aunque no debería ser necesario. Cuidar las palabras. Cuidar la kinésica. Yo mismo me acabo de columpiar hace un rato en lo que dije, porque si es migaja, no es amor.  Revisar incluso lo que no decimos.

Hay que tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. Y lo que no se puede tener claro y no se puede cambiar es mejor tatuarselo en la piel. En las muñecas por ejemplo. Para verlo cada vez que se nos vaya para atrás la manga.

jueves, 17 de diciembre de 2015

seguimos

Hola, qué pasa, como va la cosi, yo mal muy mal y tirando a malísimamente porque estoy bastante desquiciado y de los nervios, mis amores del blog, con el conjunto de acontecimientos que se suceden socialmente a mi alrederor pero sobre todo por la sucesión de leves desdichas personales que me tienen reptando el ánimo en el fango y regodeándose en ese suave lodo que es la autocompasión, y os dejé o dejé en algún punto del tiempo y el espacio, lo siento de verdad, me duele como un balazo en el estomágo, mis criaturicas queridas, pero es que mis ganas de escribir en el blog en el momento  son distintas, sobre todo en el que grababa las canciones nuevas, que ya casi no lo llamo disco, era el disco nuevo pero ya no sé qué va a ser o cómo va a ser, nunca se sabe lo que va a pasar, lo creemos saber y lo sabemos mayormente, pero tarda o no se cumple o no depende de nosotros muchas veces, no está bajo nuestra responsabilidad, no está en nuestra mano, y eso pasa con las canciones, son del viento, vuelan, se oyen y se soplan, así que no sé, si se las llevará un vendaval o aterrizarán en el desierto con un golpe de calima, y sobre todo no sé cuándo será, porque todo se está volviendo lento y tedioso hasta el infierno y hasta el infinito, infierno infinito, sería un buen título para el disco, o lo que sea, suena un pelín jevi, jevimetal, Infierno infinito, pero desde luego es así como lo estamos viviendo, o como lo vivo yo, que soy el que hace casi todo, y luego cuando estás cerca de las cosas, hablas de ellas con poco criterio, eso es así, uno está inmerso y no ve, lo bastante dentro como para no entender cómo funciona lo de fuera, no hay aliados, no hay otra forma, no se puede, solo el tiempo y su perspectiva, el tiempo no vence, la gravedad se impone, las fuerzas que no pueden frenarse, la lenta conquista de la vejez sobre nuestro entusiasmo, habitual darro de discurso por donde se aplaca el nervio bisoño y el torrente de clichés, la crecida de la palabrería juvenil, la muerte que son los ríos que van a dar al mar, que es la sal que nos conserva, o quizá la muerte sea el mismo mar, que el mar a mí me da un miedo de muerte, y desde luego, joder, ha sonado un ruido, la naturaleza parece responder, acaba de sonar una rama del árbol de fuera, del almendro y caen como si fueran satélites que se marean por no comer y caen desplomados, un universo que se queda sin batería, a mi el pum me trae unos sustos que vienen del espacio, y el clima alrededor de lo que veo, de lo que leo, de lo que ponen en las redes sociales, toda es mierda del día a día, me tiene particularmente pertubado y tenso: La Guerra de las Galaxias, las elecciones y sus guerras y sus galaxias... Y es que mayor que el universo y que mil universos, hay está la estupidez humana. Me calienta tanto veros tan seguros, tan dominadores del tema, tan preotentes porque no hay otra palabra que se pueda usar... Tan altivos en vuestros muros... De verdad que me molesta.... Esa absurda adicción a Facebook que todos sufrimos, menudo timo. Mirando y mirando. Sin ver nada. Y vuelta a mirar. Sin que haya nada que realmente nos interese. Actualiza. Mira. Actualiza. Vuelve a mirar. Un espejo infinito. Un espejo infernal infinito. Nada que ver con lo que debería ser las cosas, la forma de enfocarlo... El internet que nos prometían, con el que soñamos... La biblioteca de Alejandría que siempre deseamos es una archivos de resbalones en gif... Y estoy desquiciado como reconocía de antebrazo, por mí y por mis cosas que creo que lo qe veo a mi alrededor se ve condicionado por esto, y así, en ese amargor, pues voy a tope con las tontunas que veo y me enervan pero paso de meterme en fregaos y de pisar por donde hayan dado un agua, por eso me callo o paso, que pontifico lo justo para que no me llegue a encender con debates que me dan igual, porque es la cosa, que todos nos da bastante igual... no he cenado, tengo horarios de deportista pero una dieta de portero de discoteca En fin. Las nuevas canciones. De que quieres hablar realmente... Que era o qué será o sería lo que se queda ahí, aquí... Por decir. Por escribir. Mil cosas. Mil estupideces, pensé. Pensamos mayormente estupideces y uso el plural metiendoos en el saco pa no sentirme el más muñeco de cartón, mil tonterias nos rondan la mente a lo largo del día, que en mucho o en casi todo son ensoñación, o proyección... Pienso sin parar. Ansiedad por anticipación. Y a veces por no anticipar y ansiedad en general de todas sus formas y maneras. La televisión. Un disco. Que ideas de esas mil que tienes, ¿dejas aquí? Cero Por más inconexo que sea el senderillo, o la vereda un día lo lee alguien y entonces cobra sentido la maleza. Los años de maleza. Los siglos de sustrato. Pienso en los sitios. Pensaba mientras grababa las nuevas canciones. QUiero hablar de las nuevas canciones, se han hecho viejas muy pronto. Hemos vivido. Un año largo, ese tono de balance, de pérdida... Pensaba hace poco, por qué no leo? No dejo de moverme. Me funcionan las rodillas. NO demasiado pero van. Ha caído otra rama. Es un reloj arítmico de golpetazos inesperados. De sustos. Así es la vida. Un árbol al que se le caen ramas de repente. Ramas grandes. Y sigue vivo. Y echando frutos y flores. Aquí no sé si caen rayos, a mí me deben caer unos cuantos al día porque ando mega chamuscao con la vida pero a veces me he encontrado las ramas tronchadas como si les hubiera podido el día a día y les hubiera faltado la savia corriéndoles por dentro. Árboles que se rinden. Las ramas que claudican, Las canciones son eso. Ramas muertas. A ver qué coño pasa con el disco, voy a iros contando. Estoy harto ya. Grabar es una puta mierda. Lo odio. Y el repertorio estaba vivo y en estos dos meses, tengo la sensación de haberlo matado. He hecho lo mejor que podía y me he esforzado. Técnicamente me queda muchísimo por aprender. Por mejorar. Pero bueno, solo se puede hacer así. Equivocándose. Sufriendo. Buscando. Pasandolo mal. Y perdiendo por el camino el entusiasmo y la fe. Es así: es siempre así, hay que recorrer rápido el puente. Hay que pasar al otro lado y seguir. Simplemente seguir.

ME MOLESTA / NO ME MOLESTA

ME MOLESTA 
- la superioridad moral
- las consideraciones morales
- la moral
- la consideración
- la piedad
- la mentira
- las mentiras piadosas
- las verdades piadosas
- los ímpios
- los desconsiderados
- los desapegados
- el status
- el desconocimiento
- la arrogancia del que desconoce
- los veinteañeros que oyen a the Seeds por primera vez y se creen superiores a los demás
- los veinteañeros en general
- los que llevan camisetas de los Ramones
- los que llevan camisetas de Joy Division
- los que llevan camisetas de grupos heavies (Iron Maiden, Metallica...) y no son heavies, sino que es por moda...
- la moda
- llevar camisetas de grupos que no escuchas
- Inditex
- el rollo copia de las camisetas de Inditex o H&M etc
- las multinacionales en general y las de moda en particular
- las moscas
- las hormigas
- las migillas en el suelo
- recoger mientras dura la sobremesa sobre todo si hay charla animada
- los que cortan en general charlas animadas
- los que no hablan
- la condescendencia
- la falsa modestia
- los egoistas
- los egoistas falsos
- los egoistas encubiertos
- los egoistas modestos
- el ego mal administrado
- los envidiosos del ego bien administrado
- las pesadillas recurrentes
- la envidia en general
- los mal follados y mal folladas
- los que no tienen respeto por la palabra dada
- los que no tienen respeto por las parejas de los demás
- los que no devuelven llamadas nunca
- los que piden a voces o llaman al camarero haciendo aspavientos
- los que no dan las gracias a los camareros
- los que no dicen hola adiós y de nada a los clientes
- los que nunca invitan
- los que siempre se hacen los locos para pagar
- los que llevan la cuenta al dedillo pero disimulan
- los que nos disimulan sus malos sentimientos
- los malos sentimientos
- los manipuladores
- los malos manipuladores
- los viajes muy planificados
- los asesores de Rajoy
- las mujeres que no son claras
- las mujeres y los hombres que tienen a alguien detrás y pasan pero quieren que siga detrás de ellas o ellos
- los que van detrás y les da igual ser correspondidos o no
- los que no corresponden nunca
- los que solo miran su interés
- los que no tienen el más mínimo interés
- los privilegios de algunos por sus conexiones familiares
- las estructuras de poder en los medios
- la deriva de contenidos en internet en el sXXI
- la deriva de contenidos en los medios en el sXXI
- la deriva de contenidos en los informativos en el SXXI
- la deriva de las relaciones amorosas en el SXXI
- los amores líquidos
- los amores secos
- los amores que no lo son pero los llaman así porque no son odios
- los odios
- los odios enconados
- lo enconado sea lo que sea
- lo enconado si es odio
- los conos en la carretera
- la carretera en verano
- las multas
- la política de multas en carretera
- las carreteras con punto negros
- los puntos negros del tramo de Los Palacios-Utrera
- el mal estado de la A92
- las infraestructuras de mierda de Granada en particular y de Andalucía en especial
- la publicidad turística sobre Andalucía
- Granada y su embargo de todo tipo de dotaciones
- la política municipal
- la política regional
- la política autonómica
- la política nacional
- la política internacional
- la política en general
- los apolíticos
- los que nunca se contradicen
- los que olvidan y en particular las amantes que se olvidan de mí


NO ME MOLESTA- ir descalzo y ponerme los pies negros
- las migillas en la mesa durante la sobremesa
- las llamadas de amigos a cualquier hora
- la cerveza sin gas
- la cerveza caliente
- la cocacola sin gas
- la cocacola del tiempo
- los ajos
- el sabor a ajo
- que todo esté hecho "al ajillo"
- los errores por buen corazón
- los errores por despiste
- las comidas sin sal
- las chicas sin sal
- las películas malas
- la pizza un poco quemada
- que cocinen regular o abiertamente mal
- que no tengan instintos maternales
- que sean un poco masculinas, más en la forma de ser que en aspecto
- que sean un poco pijas
- que sean un poco tontas
- que tengan verrugas
- que tengan lunares
- que tengan arrugas
- que sean bajitas
- que sean muy altas
- que sean caballunas
- que sean aratonadas
- que no sepan de música
- que no sepan qué es el Primavera Sound
- que no sepan quién es Ray Liotta
- que no sepan quién es Tristán Tzara
- que no sepan ni quieran saber de según qué cosas
- que no hablen mucho de lo que es mejor no saber de más
- que beban
- que se drogen
- que no crean en el amor
- que crean en el amor
- que cancelen la compatibilidad
- que no haya compatibilidad
- que la compatibiliad se vaya a tomar por culo
- que no sea feliz nunca pero esté siempre contento
- que no tenga pareja fija pero siempre salga con gente interesante
- que se dedique a algo en apariencia no interesante pero te cuente con pasión sus cosas
- que odie lo que hace pero te lo cuente con pasión de todos modos
- que la pasión se haya perdido pero se ganen otras cosas
- que hagamos balance constantemente
- que haya entradas con cero visitas.
- que haya erratas en muchas entradas
- que sea una tonteria este blog
- que no vuelva a leer nunca mucha de las cosas que escribo y luego, si vuelvo a verlas, diga... pero qué puta mierda es esto
- que las cosas que hago me parezcan una puta mierda al tiempo
- que no esté convencido de nada de lo que hago
- que parezca que es mejor con el tiempo de lo que nos pareció que era en su momento
- que se joda todo
- que nos jodan con todo
- que no nos rebelemos
- que no saltemos de rabia
- que no nos levantemos en armas
- que me regalen cosas que no me gustan mucho
- que pierdan la fe
- que se pierdan
- que no me hagan caso
- que se alejen
- que no escuchen mis consejos
- que me olviden pero se acuerden de mí a veces de una forma que, si no es bonita, por lo menos entrañable o peculiar.... única de algún modo
- que nadie lea esto nunca

Políticos saludando por la calle indiscriminadamente

Será por ser de Granada pero a mí siempre me ha ofendido un poco esa libertad que se toman los políticos en campaña de ir por la calle saludando cordialmente a desconocidos impunemente, sin que nadie le suelte un exabrupto del tipo quepollases! porque ese teatrillo me agrede mucho visualmente y en las pocas ocasiones que, como periodista, he tenido que cubrir actos de ese tipo con lameculeo provincial galopante y espontáneos baños de masas, pues me ha dado toda la urticaria, concretamente recuerdo a Susana Díaz cuando estaba a tope de superstar que vino a una inauguración, y salió hiper diva del coche oficial tras una breve espera a la prensa y se fue directa no hacia donde estaban las cámaras para el pactado posado sino en dirección contraria a por una señora mayor que iba con la bolsa de la compra y sobre la que se abalanzó casi sin que a la anciana le diera lugar de apercibirse del respingo y la abrazo. Y siempre me he preguntado yo, y os los pregunto ahora a vosotros, ¿cómo saben los candidatos que es uno de los suyos al que le están tendiendo la mano? ¿Saben que es de los suyos? ¿Van de locos? ¿Los viejos son de atrezzo? ¿Están ahí adhoc? ¿Son partidarios siempre? Pues no. Es el fulgor de la fama. De los flashes. De las cámaras. Es el mensaje.

A mí me parece la mar de interesante, como concepto. Y, por el aburrimiento, pues una vez saqué el tema en corrillo de compañeros más veteranos y la respuesta fue casi unánime: No lo saben. Saludan por doquier. Saludan por deporte. Saludan con simulacro. Saludan para la foto. Saludan para la prensa. Saludan a las cámaras en realidad pero necesitan estrechar una mano, una mano inocente. Saludan al infinito. Saludan al ciudadano desconocido. Saludan sin saludar. Y se la juegan.... Ojo, con un par. Puro instinto... Y si te sale rana.... Y si te hacen la cobra.... Y te dejan ahí, en la foto, con la mano puesta... Con la mano tendida.... La mano tendida y que empieza a llover. Es el mensaje. Es la sonrisa. Es política, joder. Es un teatrillo. Toca saludar, pues saludan. Les acerca a la gente, les conecta con la ciudadania. Es un formidable teatrillo en realidad. El teatrillo es el mensaje.

Oiga, teatro en toda regla. Del bueno, que decía el entrenador portugués. Porque, por cierto, en el acto no se admitían preguntas de la prensa, es decir, era para nada. Los que estaban de atrezzo éramos nosotros, los periodistas. Qué penita de vida, señora. Ir cargando con el microfono para que no te permitan usarlo. Que no nos dejen preguntar, a ver si los sacamos del guion o se equivocan y dicen una verdad... Qué asco da el periodismo, a veces. Qué asco de periodismo político, y más municipal. Qué asco de corrillos, de meritorios y de gerifaltes con pocas luces. Y, en medio, los que se prestan a esa mierda, que somos los periodistas locales... Las últimas putillas... Los periodistas de pronvicias que hacen política municipal....Apasionante gremio, amigos, en el que a veces no se admiten preguntas y se admite. Admitir que no admitan preguntas. Inadmisible, a mi entender. Se arriesgan a estrechar la mano del ciudadano pero no a encarar una pregunta difícil, que tampoco es que te vayan a poner contra las cuerdas por concender un breve turno de preguntas... NO es lo profesional, joder. Eso es lo que me jode. Y hacer el paria. Hacer de tonto. Contribuir. Forma parte de ese simulacro. Ser el tonto que hace su papel de árbol en el teatro porque no te dan una línea, no puedes hablar, y solo contribuyes a la puesta en escena, a que se pueda dar el estrechón de manos que acerca al que cobra el astizal con el que se lo paga sin saberlo... Y allí estaba yo, con mis malos pelos y mi mala cara, deseando acabar cuanto antes y figurando como un monigote con los veinte compañeros, incluyendo a gráficos para los que no posó apenas cinco segundos. El posado. Es el mensaje. La foto. El saludo. Las manos que se encuentran. El discurso de inaguración. La maquinaria de la propaganda. Más de dos décadas de imperio. Lo de los socialistas es más grande de lo que nos imaginamos en Andalucía. Es como Nueva York, que no te haces una idea... Pues igual. El mensaje es el que ellos quieren. Y no hay físuras. Y no hay filtraciones. No hay disidencia. Es el mensaje.

Alguien contó hablando del tema, de lo de estrechar manos a ciegas, que no siempre son bien recibidos los saludos y que le escupieron en un pueblo de Sevilla a Díaz precisamente... A la presidenta. Que fue noticia y tal. Podria googlearlo pero me da pereza. Se acerco a saludar a una señora y pum, resultó no ser de las suyas. No sé si lo del escupitajo lo he añadido yo y es cosecha propia, y fue solo reprimenda o exabruto sonoro... A veces sale mal. Y les da igual... No lo saben y les da igual. Se aplica una lógico de patio de vecinos. Cámaras, tv... Es famoso, sale en la tele y lo saludan... Saludan por defecto. Por miedo incluso a pasar por ignorantes de no conocer a la supuesta celebridad. Y es un teatro, y según vean el rictus improvisan. Son actores. Es ficción. Pues eso. El puño es real. La indignación es real. La miseria es real. Y hay que superar un ámbito perverso de moralidad o moralina, sobre si es o no es decente o indecente porque eso es irreal. Y dejar el teatro... Que es dejar los antagonismos. Que es dejar el bipartidismo. Que es dejar la manera más cómoda de organizar sobornos. A cinco bandos es difícil untarlos, a dos, o es uno o es el otro y en los consejos de administración, pues los unos por los otros. Es el mensaje.

No hay preguntas.

Una de las veces que me dio asco ser periodista.

Fue en la inuguración de un centro de Covirán en Granada, un acto de propaganda del que formé parte y me siento avergonzado, sinceramente.

Yo, en lo poco que me toca, retiro la mano.
No hay preguntas. No hay manos.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Desesperanza bailonga

ahora solo me dan ganas solo de coger la guitarra y hacer canciones super depresivas, super amargas, super tristes y super desesperanzadas en plan bailongas

más de salir corriendo

los que condenan la violencia, si un día me veis y me están dando una paliza dejad de condenarla unos minutos y la usáis para al menos separarnos porque yo diría que condeno la violencia pero en general soy más de salir corriendo