miércoles, 29 de octubre de 2014

Edad de merecer

Cuando esa vocecilla interior nos dice: ¿es que no me lo merezco?, el mejor consejo es responder taxativamente: No, ¡no te lo mereces!

Canciones según estaciones




Acabo de escuchar este ep entero y me ha encantado.
Ecos de Family... la Buena Vida... A eso me ha recordado a mí.
Muy bonito.

Sin alarde ni exceso no hay verdadero poder

Me sorprendió en la película American Gangster, el momento en el que Frank Lucas aparece con un abrigo de chinchilla en un combate de boxeo, y busqué la foto real, Aquí pueden consultar la verdadera historia del traficante al que dió vida en la pantalla Denzel Washington y ver esa foto real, mucho más descarada que cómo se retrata en el film. Me pareció terrible que los criminales fueran capaces de señalarse de ese modo, de ostentar, de ser excéntricos, actuar como nuevos ricos con su riqueza ilicitamente amasada. Ese atrevimiento, esa chulería y ese exhibicionismo ilógico desde cualquier punto de vista, me parece, por otro lado, tan humano y tan disculpable desde esa premisa. Me lleva a barajar muchas cuestiones filosóficas, en primer lugar, que no tiene sentido ser rico si no puedes hacer alardes de ellos, demostrarlo más allá del ámbito de familia y allegados, si no puedes hacer ver a los demás, a todos los demás, que lo eres es una forma de no serlo del todo, El exceso. Iba a eso. Excederse en las muestras de poder, de dinero.,, Es tan feo el dinero como concepto.

Todo esto me lleva a la reciente y estrambótica historia del personaje, bautizado así por la prensa, El Pequeño Nicolás. Aquí pueden consultar un resumen de la historia de este joven timador adscrito al Partido Popular. Al chico se le fue de las manos... El CNI y la casa Real fueron sus abrigos de chinchilla, pero si no se le va, si se mantiene discreto, con sus tretas pero a un nivel más casero y sin los delirios de la seguridad nacional, pues lo mismo sigue ahí y acaba de alcalde en un pueblo del cinturón madrileño de aquí a dos lustros... Por suerte, no. Lo comparaban con la historia de otro Frank, Frank Abagnale Jr. que también fue un timador de altura y fue capaz hasta de hacerse pasar por médico en un hospital, que ya hay que tener sangre fria. También tiene versión en Hollywood, Atrápame si puedes era el no muy afortunado título y Di Caprio ponía la cara al joven impostor. No creo que de El Pequeño Nicolás (por cierto, una colección de libros infantiles que me encantaba de pequeño y que creo que debería tomar medidas para que no se la identificase con el siniestro y trilero joven madrileño) no creo decía que se le haga biopic al chaval en la industria de cine nacional que está más a los Torrentes y a los apellidos vascos y esas cosas. Pero pasa con Lucas como con Nicolás, la ostentación... Ese pecado. Se pierde todo por culpa de querer presumir, de querer mostrarlo... Lo malo es lo otro. La otra parte. ¿Qué pasa si el chico se corta un poco? ¿Qué pasa si prosigue con esas prácticas pero con una mentalidad más práctica, más empresarial, de menos postureo? Se haría una flamante carrera de cargo público y eso es el mayor problema. El camino para llegar a puestos de responsabilidad se abona mostrando dotes de conseguidor y chanchullero. Es grave y es un hecho. Que por mitad se le cruce la neurona al chaval y se le vaya de las manos con fiestas, con Puerto Banús, etc etc... Pues ojo. Ya se pasa a otro personajes reciente de Di Caprio, va entrando más en el terreno del Lobo de Walt Street cuando se trata de estafa piramidal. Pero a ver, que estamos hablando de un chaval que se coló en la coronación del Rey. Es grave. Es demencial. Es algo que deja en evidencia desde mi punto de vista, hasta a la propia Corona. Y si no se le va... Sigue ahí,.. Hace carrera... Sin el abrigo de chinchilla....

Hace poco, cuando murió Robin Williams, un amigo escribía en Facebook que cómo era posible que alguien que fue capaz de hacer tanto reir, de emocionar, tuviera dentro tanta tristeza y se contestaba a sí mismo diciendo que quizá sea siempre así, que es una forma de ajustarlo y que el ajuste (él no usó la palabra ajuste pero bueno) se queda dentro de la persona y bla bla bla, y lo relaciono con el poder, con el dinero, con la notoriedad.... Quizá sin alarde, sin exhibirse, sin mostrarlo, sin excesos, no hay un verdadero poder.... No tiene que ver con lo prosaico de hacer reir y hacer llorar de Williams, va por otro lado, pero es el mismo mecanismo: las dos caras de la moneda. Sin alarde ni exceso, no hay verdadero poder. Sin tristeza y soledad, no hay verdadera risa, o emoción.
En fin, esta reflexión última va un poco forzadita, de acuerdo... En realidad la intención de esta entrada era otra: prevenirnos de los cautos. Ojo a los cautos. Cuidadito con las aguas mansas.

Porque imagínate el peligro de los cabales que se presten a parecidos tejemanejes.
¿Cuántos pequeños Nicolases tenemos esperando turno con más estrategia y más paso corto a meter cabeza y gestionando sus mínimas áreas de poder con su alicuota porción de tiranía?
Apunto al sistema. A la escalera.... A la podrida escalera....
A que los méritos sean, por ejemplo, de conseguidor y no académicos....
A que las relaciones, el estar bien relacionado, pese más que la valía personal....
A que los padrinos, reales o ficticios o semi ficticios como en el caso de Nicolás, sean credeciales definitivas....
A que todo ese sistema de valores es, realmente, una porquería....
A que sin el alarde y el exceso no lo sabríamos....
A que... en fin.... Me parece simplemente terrible que esa esfera pública se manejen conceptos tan de apariencias, tan endebles.... Tan corruptores, tan poco ejemplares....
Y que me parece indignante.

En suma, esto era para escribir que si Nicolás y otros mil que habrá como él, si no se pasan de la raya.... Si siguen haciendo carrera, son los que nos gobiernan.

Ayer le escuché en una tertulia, no recuerdo a quién. Ernesto Ekaizer no fue, pero alguien como él.... Que no eran un par de manzanas podridas, que lo que estaba podrido era el cesto.
Estoy muy de acuerdo con eso.

lunes, 27 de octubre de 2014

Esto que me ha dado de hacer versiones

Es que el gran Sr. Cabrera me dijo que tenía un punto Radiohead al principio, que insconcientemente yo se lo veía totalmente y lo tiré más por ahí. el rollo Creep que en el deje Pancho Céspedes, y claro, fue un rotundo despropósito http://youtu.be/PG4AgQjdtOU


Explicarse mal es mejor que ni hacerlo

Siempre tengo la sensacion de que no me he explicado lo suficiente. No del todo bien explicado. Que soy un pesado,vaya. Y no termino de contentarme con las soflamas. Es una mala cosa tener un blog personal para acumular observaciones un poco al azar, un poco al tun tun y sobre todo, en plan pesado. Un pesado atemporal. Explicado a tirones. Son otros los caminos que guian a vosotros, a ustedes, a nosotros mismamente a estas lineas en las que nos vemos concitados. No conciliados. Manda un motor de búsqueda. Algunos y alguna, espero, que me quieren igual van más a tiro hecho. Pero es todo tun tún. Al tran tran. Es casi como una tonada flamenca. Este es el nivel. Estrato tonada. y es también tó o nada. Unos ecos. Ruidos. Ruiditos. Rodeos. Tintineo. Onomatopeyas mentales. Tiempo perdido o ni tiempo y apenas perdida, un muermo, un auténtico muermo o casi siempre disperso, a punto de volver a perderse el hilo o lo que es mucho peor, no estar ni atado. En una casa grande siempre se oyen ruidos. El jardín tiene una orquesta de crujidos. La soledad se vuelve muy sonora donde vivo. Desde los tenores, los grillos, hasta el coro de ramas y la melodía del viento, que en tromba o en silbidos, da la nota. En un blog personal siempre debe oirse, opino yo, un fluir que de algun modo sea propio y único, o cómo decirlo, muy de uno, de su casa. Yo pues fluyo a tromba o en silbido y a decir verdad, casi siempre como buenamente puedo pero de diez nueve pues es malo y poco y sea como fuere no hay duda que es se trata de un fluir pesado. Una inercia de glaciar. En un castañear de dientes. Y todo bastante rollo en general. Un rollo.  Es el trasfondo. Es mi excusa. No dar datos. Que es personal, de acuerdo pero hay cierto pudor a las fatigas y las batallitas si no tiene un poco de disfraz poético. O tromba que también me vale. Es el tintineo. Es cualquier excusa que suene bien como tal. Solo el sonido de pensar en voz alta ya me parece digno de ser escuchado y que no se te ocurra nada y mira, escribas y retuerzas las palabras, formando nuevos significados, nuevas ideas, pensar hasta que sea cansado. Eso. Cansar. Exactamente, eso. Un blog personal para cansaros. En plan variadito pero muy de enroque en el a ver que pasa. Mi vida en general. Y ni entretiene. Mi vida en general. Ni queda bien explicado caso que hablase de algo en concreto. Mal explicado. Siempre mal explicado. Es una sensación que cansa. Hay temas. Siempre vuelven. Como en el arte. Como los temas de los clásicos. Me gusta comentar anuncios. El paso del tiempo. Me parece muy de aqui y ahora. Las anécdotas que se evocan en ese no pensar en nada. Comentar spots en un blog. Puro viento. Pura nada. Un puro aburrimiento, intuyo, para el que lo lea. Piensa en ello en tu lecho de muerte. A veces uso esa frase para aclararme las ideas. Es radical, algo extrema, no lo niego. Pero es defintiva. Piensa en ello en tu lecho de muerte. Todo es opinable. Todo tiene matices. Pero morirse es siempre morirse. La vida en general, no ya solo la mía pues va cambiando. Se puede reconsiderar. En general. Todo lo volatil merece atención aquí porque así lo considero. Que son patochadas muchas veces, pues también es cierto. Piensa en ello en tu lecho de muerte. ¿Valió la pena? ¿Estos ratos? Lo que se queda. Lo que se asienta. Los estratos mentales. El filtrado de algún que otro dato. Una impresion. No vale un pimiento, soy consciente. Tengo la fe de los buscadores de oro pero en un río de palabras y las pepitas son una feliz metáfora que me concilie con esta inquietud creadora que tan mal gestiono. Desde que escribo con el telefono movil es como que el blog ha bajado el listón totalmente. No solo poque no ponga tildes. En redes sociales tampoco acentuo. Y me siento mal pero mi teclado no contempla la acción de modo automática. Si es diacrítica o especialmente necesaria para que se entienda la frase, la puedo escribir manualmente pero no es operativo para acometer estos tochos infernales. El listón baja, soy consciente. A veces el predictor de palabras cunple su función y viene de fábrica acentuada. Pero no estoy contento con el blog. Acaso lo estuve alguna vez, pienso. Más bien nunca. Siento que se baja en calidad con esto de parrafear por el celular. Si es que es posible bajar. Hablar de cine. De consumo de cine. De personajes. Actrices. En fin. Filias. Y pronto. Mucho fervor de descubrimiento. Alguna noticia. Movidas de twitter, Todo eso son briznas de viento. A veces veo una película y me entusiasma o el trabajo de una actriz o un actor y me dan muchas ganas de escribir sobre ello aquí, lo que no deja de ser bastante impulsivo e inexplicable. La lectura lineal del blog es infernal También escribo aquí en situaciones muy concretas y casi siempre vengo de la mano del aburrimiento que me deja aquí, jugar, como en un parque infantil y tecleo como el que se columpia con el único ánimo de coger más y más velocidad pero sin moverme del sitio, hacia delante, hacia atrás hacia delante, hacia atrás.... Parece divertido si no fuera por las contracturas que se me cogen al cuello por la ansiedad y los pinchazos en la rabadilla. No es que escriba cómodo como el que dice, ni en un escritorio ni nada de eso. Aunque todo suena a excusa, mi única pretensión es situar el asunto de por qué sigo haciendo esto. Para satisfacer mi propia carencia de visión en el tema de actualizar sin decir nada, Como un estado de facebook. Que mal se nos entiende por facebook o qué mal se me entiende a mí y qué mal manejo los tiempos y qué loco me parece lo de plegarnos a una visión y enjuiciamiento a la ligera de todos los demas, con el ojo, como el de Gran Hermano, cada día encuentro más semejanzas, en lo de sentirse observado 24 horas y eso, y vivir la experiencia y las comandillas de los Me gusta, los compartir y los eventos. Es todo un mundo y me cuesta administrarlo, o dicho de otro modo, soy un pesado y me explico fatal. O no me gustan especialmente las batallas de ingenio intercambiando frases gloriosas o cortes o palos o lo que sea, con la característica verborrea del tertuliano televisivo, opinando de todo, entrando a todos los trapos, en fin, complicándose la vida y sobre todo, viviendola de otro modo, mucha más virtual, inoperante y absurdo. Que no soy del todo lelo y veo, claro, que es también una poderosa arma comunicativa pero me da el rollo de que todo son tiros al aire y los que van a dar, son con balas de fogeo. Es eso. El facebook, las redes, son eso. Balas de fogeo. Tiros al aire. Sitios en los que desfogarse y despotricar. Que mal me explico y el coraje que le tengo a ser o no ser entendido. Nunca he pretendido ser un incomprendido y cuando me lo dicen, casi es como un insulto para mis medios. Me molesta porque, de hecho, me molesto mucho en que me comprendan. Lo hago  lo mejor que puedo, que es una forma de decir que hago poco, pero lo hago. La comprensión es cosa de dos. Tiene mucho que ver con el punto de partida. Por supuesto con el de llegada. En el blog a menudo siento que no hay llegada, que ni siquiera me muevo. Rodeos.. Tintineo. Unos ecos de algo que es lo que creo que quiero decir, y lo creo, solo eso. Sin tenerlo del todo claro. Todo más bien turbio.
Explicarse mal es mejor que ni hacerlo.
Supongo.

domingo, 26 de octubre de 2014

Tocar siempre

No hay nada como un mal concierto y viceversa. La sensación al día siguiente, la euforia o la devastación son,  casi siempre, proporcionales a las expectativas. Hace un par de noches hablaba como un amigo sobre cómo gestionar eso precisamente, las expectativas. Uno se prepara como si cada agujero en el que vas a enchufarte fuera Wembley, no queda otra. Es lo correcto, ¿no? Aunque sea un solteros contra casados, correr la banda como si te animara toda la hinchada de un equipo de Primera División. De un grande. Eso son, claro, expectativas a lo grande. Un tanto erradas porque todo se empequeñece al hacerse real. Bueno, el debate sobre lo real lo tuve ayer. Aún no lo tengo claro y todavía está fresco. Lo real. Las expectativas. Viene a ser un poco lo mismo. Lo mejor, lo más rápido, la respuesta más inmediata o lo que parecería más inteligente es no tenerla. Cero expectativas. Y, ya puestos, cero lo real. Cero. Pero claro, es imposiible o para mí, al menos. O lo entiendo como algo contradictorio. No lo tengo del todo claro, eso es verdad.
No hay nada como un buen concierto y viceversa. Tengo una norma que acabo de incumplir con mi última actuación. Tener otra fecha más adelante. Las normas están para romperlas, supongo. Es por pura saturación, cambios de formación, la grabación... Que ha quedado o está quedando muy bien pero va en unos plazos un tanto intermitentes... En fin, nada épico. Lo normal o incluso peor, lo más normalito. Pasa con esto de los grupos y con los conciertos como en la vida cuando hablan los viejos, ves a otros, con sus retrasos, sus cancelaciones, sus imprevistos y piensas, joder, no debe ser tan dificil grabar y al par de meses, presentarlo, tocarlo y en otro par de meses, a grabar más. Pues, no. En mis conciertos solo siempre empiezo con la última canción que he hecho. Es la más buena. No es un tópico. Es la puritita verdad, porque es la que está más viva, la que palpita, la que quiere nacer como un sietemesino. Porque, claro, son siempre partos prematuros y está el estribillo y poco más. Improviso. No es porque no lo haya trabajado previamente, es que uno va a clases para embarazadas, como el que dice, por seguir con el ejemplo de antes... Que me gusta porque algo hay en esto de estar en cinta, de concebido, de milagro de la vida. Pues eso. Que vas a tus clases, tus respiraciones, tus cosas... Que no sé cómo serán, la verdad, pero me las imagino... Lo de las contracciones que también se aplica muy bien como metáfora a las canciones que son un poco también de contraerse y la respiración, las respiraciones, anda que no tiene que ver con cantar, así en general. Cantar es respirar con ritmo. En mi caso es respirar y carraspear. Y en los conciertos malos es como si estuvieras con mocos. Es como si estornudases. Las canciones son accesos de tos y no se puede hacer nada. ¿Sabes cuándo intentas contener la tos y se produce una especie de implosión medio silenciosa que nos estremece de plena y en la que parece que se nos va un hálito de vida? Pues eso mismo ocurre cuando estás fuera de tono y no entras y viene el estribillo y te vas más allá de Ventas de Huelma. No hay salida, tienes que seguir e intentas terminar. Intentas subirlo y no. Es mejor o es preferible que en esos conciertos uno esté solo o poco acompañado. Con la formación al completo, ese tipo de despropósitos anuncian disolusiones. No es lo mismo un bajón compartido y un viaje de vuelta, con su carga y descarga y su pesadez de comer kilómetros y comerse la cabeza con un run run que no va a ritmo y que se multiplica en cuatro o cinco cabezas. Un desastre, vaya. Por suerte, mis últimos tropiezos (uno solo en realidad, no debería hablar en plural pero es la sensación desvastadora de la que hablaba al principio, todo se magnifica) han sido en solitario total. Me lo como yo solo, mucho mejor. Y al fin y al cabo, mucho más útil. No me gusta actuar solo, tengo un grupo, Las canciones están hechas y pensadas desde el principio para ser tocadas por un grupo y es así, aunque las toque solo y muchas veces, en acústicos, me presento como grupo y estoy yo, la guitarra y el micro. En plan talismanes llevo dos cabezas de maniquí que encontré el día antes de salir de fin de semana cuando tocamos en Jerez y en el Puerto de Santa María. Me gusta lo de los talismanes. Y así parece que somos tres, aunque son solo dos cabezas. El primer single será "Que le corten la cabeza". Todo encaja, como véis.
No hay nada como un concierto y viceversa, porque en el fondo los conciertos son casi nada, un día, al día siguiente, salga bien o mal, no queda casi nada, un chorro de fotos, algún que otro vídeo, en fin, bien o mal, se vuelve muy poquito para todo lo que cuesta que sea real, lo real, lo que decía.... Es otro debate.

lunes, 20 de octubre de 2014

me cansa el optimismo

A veces me cansa no voy a engañaros y tampoco a concretar. El cansancio es una mole que lo arrasa todo en plan avalancha y contra la que conozco pocos antídotos porque en cierto modo es natural. Por más que lo tengas planificado, y que dispongas de un tiempo para recuperarte y volver a coger fuerza e impulso, te alcanza la mole y te deja sin piernas ni ideas, o por lo menos, a mí me ocurre y como no es lineal, ni la vida ni cualquier actividad que tenga que ver con la creatividad, al poco te olvidas, te sacudes la nieve que te ha sepultado y vuelves a irradiar esa vitalidad contagiosa que es ahora tan necesaria para cualquier empeño. Esto es algo que me tiene a maltraer en los últimos meses, la condición indispensable del elemento ilusión en todos los ámbitos de mi vida. Al decir esa expresión, o al escribirla, todos los ámbitos de mi vida, me ha llegado muy dentro un acceso de pudor que espero que en unos minutos se me quite. Debería estar fregando los platos y la cocina, en todos los ámbitos de mi vida como digo hay tarea urgente que resolver y ese particular de las ocupaciones domésticas es tan necesaria como en cualquier otro ese componente de motivación. Parecería que no, que poner una lavadora no exige de una cierta predisposición espíritual pero en mi caso, sí, poner lavadoras es casi un estado del alma porque tengo bastante camisas, camisetas y ropa interior como para pasar un mes sin centrifugadoras. Meses y meses sin doblar ni tender y es fuerte pero cierto y me siento orgulloso de que aún me quepan algunas prendas de la época del instituto, lo que demuestra también poco vaivén en lo que se refiera al gusto. Entusiasmo de programa C. Color. Muy sucio. Hora y media y ya.
me cansa tender
no pocas veces se me olvida y la ropa se queda hecha una bola húmeda hasta varios días después y huele a rio quieto
el olor lo llevo mal
Pero el caos se lo come todo y soy pasto de la desidia. Motivación como de limpiar cristaleras o abrillantar la plata. Un extra de puedo con todo. De cambio bombillas fundidas o de azotar alfombras. Ese modo de zafarrancho y de cuartel provisional.  De hacer la guerra a ratos. Esos dolores.  Esas ausencias. Si llega mañana habremos hecho cumbre. Importa seguir. Me cansa seguir. Me cansa imaginar algo mejor que nunca pasa. Me cansa el optimismo. Es agotador esperar buenas noticias y que nunca lleguen.  Que ni miren o se asoman. Es un engorro pensar en positivo. Es todo una mierda. El único alivio es no hacer nada. Esperar que se jodadel todo
 Que se haga pedazos sólo. Que nos pase por encima y no nos demos cuenta. Mejor esperar la riada. Subir el tranco de la puerta. No fuerte de ninguna nube, blanca o negra y no quitar ojo del cielo o de las estrellas. Seguir las conversaciones y no perderse. Aguardar el alud con cero optimismo. Con el mínimo frío. La trinchera cabeza. El zurrón lleno y vino. Como y que venga. Y tender pues tendremos mañana.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Parrafeitor

Ha llegado el invierno como siempre, de forma inesperada y pegándome un bocado en el lomo. Me pasa siempre en octubre. Recuerdo el año pasado, después de las navidades, o antes, no sabría precisar que en la radio dijeron que quedaban 88 días de invierno. Me pareció una eternidad. Según el calendario es solo un otoño frio, o sea, que aún queda un mundo. No tengo el plan preparado de contención de heladas. Mi idea era habilitar el sótano, construir un búnker o ponerme a ello, con calma. Como si fuera novedad. Atrincherarme bajo tierra. Viviendo en la montaña, no queda otra. El tema del frío es un verdadero problema y empieza en la garganta. Tengo un nórdico que se enfría como si fuera una nevera de playa. Tocas la parte que no roza con tu cuerpo y está helada. Aparte. las corrientes. Me hacen llorar las rendijas, he hablado aquí de ello. De mi guerra con las rendijas. Se cuela. No sé por dónde. He cambiado las persianas. No sé si es un problema de aislamiento. A veces pienso, en plan soñador de bricomanía, poner madera rollo los sesenta. Aislar una habitación, por el ruido también aunque creo que molesto poco con la guitarra aquí. En invierno se queda lista la urbanización. Es un gusto en realidad que haya tan poco gente y tanto silencio. Pero me da pereza la perspectiva de frío extremo y me lo curro poco con la chimenea. Le sigo dando salida a los troncos que cortamos de la valla, los pinos de cinco metros. Un currele. Es complicado llevar esta casa para adelante. Aunque lo del sótano lo tengo muy en mente. Habilitar es el verbo. Me he roto una uña estos días. El lateral de la uña en contacto con la carne. Donde salen los padastros. Un dolor muy tonto. Y al echar un tronco, me quemé con la chimenea. Tengo una señal en la mano derecha. El dolorcillo de padastro me hace activar el lagrimal también. Qué blandito. Acorralado por el frío y el dedito llorón. En fin. Esas son mis perspectivas. Llevo tiempo sin escribir en el blog, tengo ganas de dedicarle una entrada a Tania Llasera, ya ves, cosas que pasan. También temas políticos aunque hay cada descontrol y cada burrada y cada locura que es como que se va de las manos. Y siempre me pasan cosas. En el blog se queda lo más nimio. Me gusta hablar del frio en el blog. Y de soluciones para mi huerto o para lo que voy plantando. Por cierto que pasé una crása trompeta que estaba sembrada en una vasija de mi abuela, las ideas de E., y la transplanté con éxito al lado del almendro. También me plantó una crasa morada en una cafetera vieja. Las ideas de E. Hoy por ayer miré por primera vez a conciencia una foto suya en Facebook. Ya me vale. Soy un valiente. Un año después. Se puede decir que estoy curado. Se pueden decir tantas cosas... Hoy viendo unas fotos de la valla de Melilla he pensado en una vieja máxima que me decía un amigo... Yo tengo lo que tú pierdes. Lo que él tiene, lo podría tener yo. Nadie tiene nada sin quitárselo a otro. Lo aplicaba al dinero. A los negocios. O no sé a qué. Yo lo aplicaba a todo. Pero no estoy de acuerdo. No veo los recursos como algo finito que tiene que ser, necesariamente, repartido, de modo que lo que a mí me toca, es una parte menos para el resto. Viendo a los valientes encaramados en la valla, he pensado en ello. En que ellos quieren algo que nosotros tenemos y que somos incapaces de rentabilizar eso. No sé cómo. Claro que no. Pero en México, en donde sea... En cualquier frontera. Esa ilusión. Esa energía. Lo que tienen, lo que quieren, lo que tenemos... Esa fuerza, usarla honradamente. Al final es por este tipo de divagaciones por las que no publico las entradas y el blog se va quedando vacío. Tontamente. Siempre he pensado que se pueden generar recursos, el win win. Que no hay que quitarle nada a nadie para tenerlo tú. Llámame romántico, llámame tontico, pero no pienso que sea un reparto... Es más como plantar. Una cosecha. No sé. No tengo datos tampoco. Hablo por hablar. Desde luego no debe ser así desde una perspectiva de estado. A las macrocifras las alimenta la sangre de los que no tienen derechos, eso lo tengo más claro. Es la dinámica del capitalismo no ético. A E. le ofendía que hablase de capitalismo ético. Lo justificaba yo por la sociedad de la información. La información. Qué demonios es eso. Tengo muchas muchas muchas ganas de hablar de periodismo en el blog. Pero entre unas cosas y otras... Está complicado el tema. La censura en RTVE. Solo es un ejemplo. Lo de Tania Llasera, lo de la censura RTVE... Son temas refugio. Reconozcámoslo. También me tienta darle cancha en el blog a Gran Hermano 15, me he enganchado. Después de ver Breaking Bad, tenía que meterme a saco con algo. No lo vibro tampoco. Pero la movida Omar fue tremenda.  Triángulo Paula vs Lucía. Me encanta o me encantaba a mí Lucía. Un viernes. Llegué a las siete. Y veo todo el percal. En el 24 horas, que tiene otra realización. El 24 horas. Antes se le llamaba así a un canal de noticias. En el fondo quiero hablar de periodismo. Me apetece mucho escribir la entrada del periodismo vs. las dinámicas informativas. Dinámicas informativas, vaya eufemismo. Me apetece. Aquí quería compartir las canciones de una sesión que hice hace dos semanas en La Percha. Todo temazos. Una cosa muy seria. Colé de todo. Me llevé una versión tecno de Hoy quiero confesar de IP, la artista que da mala suerte nombrar. No me dejaron pincharla. Tampoco No te vistas que no vas, de K.Narias. Un temazo muy horteraca pero que me pone ruchito, para cerrar, era la idea. Casqué a los Dirtbombs. A Wavves. A Ty Segall. A Parquets Courts. A The Kooks tocando All that she wants, de Ace of Base. Los Kooks esos me caen fatal. Y temazos: Bambani de los Amaya, una versión salsa de They dont really care about us, de Michael Jackson... Every Girl de los Alalas...O como se escriba.  Party 7 de Big boss man. En fin, una selección variadita y siempre arriba. Con Stoned and starving de Parquet Courts que tiene dos pasajes casi instrumentales ahí punteando a muerte con ruiditos, metí de fondo una charla de motivación personal. Quedó muy fino. También puse Radio 222 de Los Esqueletos. Temazo. Y a Novedades Carminha. Y Nuestro invierno de Airbag. Y Owen Wilson de Yo maté a tu perro. Prefiero pinchar canciones chulas, me da igual que sean conocidas o no. Me pidieron a Loquillo. Lo puse, claro. Si te piden canciones, es buena señal. La gente se ofende. Qué mal. A mí me encanta que me pidan canciones, lo interpreto como que les gusta lo que pongo pero no lo conocen y quieren conocer algo que esté acorde con el buen rollete que les estoy creando. Es mi movida. Igual no es así. No le tengo mucho vicio al Spotify, me lo quité hace tiempo. Escuchaba mucha música que en realidad no quería escuchar. He escrito aquí sobre el tipo de consumo musical de Spotify. Me parece un coñazo en realidad. Te tragas mucho que no te interesa. A mí me pasa, al menos. Me lo quité. Si quieres escuchar a un grupo, lo escuchas íntegro y por ejemplo, en bandcamp no hay otros enlaces. No navegas de un grupo a otro. Vas disco a disco. Parece que no, pero creo que tiene su importancia. Tengo que consumir mucha música a lo largo del día que me interesa cero como para encima perder el tiempo con una aplicación que no me ... No sé qué palabra usar. Me cansa la música a veces. Pero porque me dedico a ella. Como generador de emociones, no me aburre nunca. Todo lo contrario, se renueva sin darme cuenta casi. Estoy medio malo. A tope de paracetamol y con mi uña rotita. De la mano derecha, la misma que marcó la chimenea. Por supuesto las matitas de melón están más que congeladas. Volvieron los gatitos. Los gatitos blancos. No soy de gatos yo. Ni de perros. Quizá me caigan mejor los perros pero vaya, que no. De pequeño me gustaban las tortugas pero se me morían con cruel frecuencia y al final, los animales y yo , pues como que no. Los gatitos blancos están en el fondo de este blog. Los volví a ver juntos y me dió un shock. Eran el capricho de E. más bien. A mí me daban igual. Siempre estuve en contra de los gatos porque me rompen el seto. Y las vecinas o una en concreto les ponía comida y había media docena. Y criaban todos los años. Pero aparecieron las dos bolitas de pelo blanco y claro... Después se hicieron grandes. Pasa siempre. Por mí no les hubiera puesto comida. Cada uno es cada uno. Cosa de E. Comida para gatos y flores en cafetera. El rollo. Pensé que uno había muerto. Desapareció. Cuando se fue. Y una vez de las que volvió, mientras estabamos haciendo cosas en el jardín, apareció. Los dos. Nos pusimos a llorar. Qué tontería. Llevo tiempo pensando en cambiar el fondo del blog. Tiene todo el sentido, en mi opinión. Curado del todo, ya digo. Acabaron bufándose. No sé bien por qué. Súper metáfora, ¿qué, no? De hermanos mellizos a enemigos acérrimos. Pasa siempre. No sé, no sabemos, nunca supimos si eran macho o hembra... Las dos bolitas de pelo blancas. Es importante el dato, claro. Esa condición de género, sea la que sea, parece que fue y es la que les hizo chocar y les enfrenta totalmente, y para siempre. Uno se quedó. El otro se perdió. Otra vez. Pero hace una semana lo vi rondar. Vuelve a veces. Por supuesto que en mi mente funciona como una metáfora circular. Quizá el verbo no sea funcionar. Ya estoy, claro, curado, ya os lo había dicho. La he visto fea, eh. En la foto. No sé si es bueno o malo. Me ha dejado tocado verla fea. Me da igual en el fondo. Lo prefiero. Eso es verdad. Soy un puto inmaduro para ese tipo de competis. Es de hace un año, poco menos. La navidad pasada. Odio la navidas. Compartimos amigos en facebook. ¿Por qué? No lo sé. Son suyos, en realidad. Suyas para ser más exactos. No soporto a la gente que no está enganchada al facebook. La gente que no está enganchada al facebook no es de fiar. He pensado en poner esa frase (estúpida) en facebook estos días, pero no lo he hecho porque es ironía. La ironía no nos va a salvar. Y al final no va a haber salvación, lo tengo claro. No se puede salvar uno del facebook. El otro día le eché un ojo a lo de desactivar perfil. Un tiempecito. Mientras pase frio. Los 88 días de invierno. Aquí hago un repaso y mentalmente ordeno ideas que quería dejar por escrito, es como si hubiera algo mejor que no logro recordar, algo más... ¿interesante? Un tiempecito. No es de fíar tampoco estar 24 horas enganchado al Facebook. La gente que se lo hizo, el perfil digo, entre 2009 y 2010, que son un gran número de mis amistades, va a un cumplir un lustro de presencia online. Un lustro. Es mucho. Anda que no ha cambiado el percal. Me acuerdo de mi amigo A., de Cádiz, que cuando se hizo el perfil puso un par de fotos disfrazado, rollo carnavales y de borrachera y decía que no le sonaban ni la cara de sus amigos, que ni los reconocía con sus fotos, todos guapeaos.... Lo he explicado fatal. Es el rollo El pueblo guapeao, de Veneno. Ese rollo. Me gustaba más el facebook con fotos de borrachera los domingos. Con estados que no se podían editar. Con erratas. Con gazapos. Con etiquetas en fotos borrosas, en fotos mal encuadradas, o embarazosas... Menos social media, Más vida. Más verdad. Pero ya digo... Estoy pensando en desactivarme el invierno, por lo menos, Florecer en primavera. No tengo claro si podría administrar páginas no teniendo activo el perfil personal pero me intuyo que sí. Hace poco me he cambiado la foto de perfil. No soy muy de fotos. Que podría parecer malo, que lo es seguramente... Pero tiene una parte buena. Qué me gustan unos puntos suspensivos. Es una cosa, eh. En la vida real luego dicen.... Cucha. Pos no es tan feo, Claro. Vivimos en una época de tiranía de la fotogenia. Así. Tiranía de la fotogenia. Quería escribir una entrada al respecto. ¿Lo hice y quedó en borrador? Seguramente. Es donde debería quedarse esto. No se me ocurre un título. ¿Por qué? Porque no hay unidad. Se ha jodió la luz del baño. Ya me he duchado un par de veces a oscuras. Una sensación curiosa. He pensado en comprar velas. Igual da un poco de miedo pero me gusta la idea de ponerlas al fondo de la bañera. Velas chiquitas. Diez, un euro. Con olor si se puede... Hace unos meses cambié la cortina de baño. Rosa. Me gusta. Alegre. Es mala. De un euro. Pero muy rosa. Fresa. Color chicle. Esos pequeños cambios de mobiliario a coste casi cero me animan bastante. Hoy he pensado que lo más necesario para mi vida ahora mismo son unas fundas de sillón. Odio la tapicería de mis sillones, lo más en el mundo. La prioridad absoluta es el frio. El búnker anti invierno. Estoy escuchando Mamoneo de Mala Rodríguez con Kultama. Temazo. Cuando estoy bajo me pongo una lista de reproducción de La Mala en Youtube y me vengo arriba. He hecho una cafetera. Calentico. Tengo los pies helados. Esto se va a quedar así hasta marzo y me deja desolado. Está bien pensar a medio plazo. A mí me cuesta pensar a secas, a corto plazo a largo. Me cuesta. No lo imagino. No me imagino la próxima primavera. No soy bueno en esos planes. Me paso siempre. Casi prefiero no hacerlo. Luego llega la desilusión pero no es porque esté mal lo que se ha conseguido, era que las previsiones eran locas. Y uno piensa, es porque está mal planificado o porque al aspirar al 100 se queda en un 60 y no está mal porque se aspira al 100 pero si no fuera así, no se superaría ni el 50. Qué mal explicado. Cada día escribo peor. Esto es alarmante de verdad. Lo mal que me explico. Pero bueno. Se entiende, espero. Lo de las perspectivas. ¿Qué es lo más coherente? ¿Cómo es la forma correcta de hacerlo? Uso los signos de interrogación para que me aligeren el párrafo, soy parrafeitor. Me casco un párrafo de mensaje privado de facebook en un periquete, no me cuesta, eh. Leerlo es más cansado casi que escribirlo. Pero oye, lo intento. Al final el 60 no está tan mal. Es algo. Pero siempre le queda a uno la sensación de que un 40 se le derrama por el camino. Y muchas veces me pasa que parece que espero a que ocurra algo. No sé el qué. Algo. Que parece que tiene que ocurrir. Cada vez me pasa menos. Cada vez ocurre menos. Lo que quiera que sea que tenga que ocurrir. Esto es lo contrario de aligerar pero bueno, esto es un blog personal. Y cansa. En serio, es feo decirlo. Pero me canso tela de escribir aquí y de intentar contar algo. Y explicarme bien. Me canso. Hace tiempo que no escribo poemas. Estoy casi curado de eso también. Me está entrando el frío por los riñones. Es la peor hora, eso también. Lo estoy intentando con Mad Men. No es la primera vez. Lo intento. Me cuesta. La primera vez me quedé en el capítulo seis... Y no se sabía quién era Don. Y como que no me daba ganas de saberlo. Ahora lo he retomado. Casi he llegado a la tercera temporada. Nada que ver con Breaking Bad y el enganche que tuve en dos semanas, que fue lo que tardé en verla. No soporto a la gente que ve las series lento. Yo me las casco rápido. No tengo paciencia. Ni para eso, ni para nada. Bueno, Parrafeitor se va a recostar y es muy probable que se duerma.